Se usa en el Perú y el Ecuador aplicado a la persona encargada de la atención de enfermos en hospitales al nivel más prosaico. El origen de este término se debe a Pedro Fernández Barchilón, un oficial pizarrista que fue absuelto después de haber sido condenado a muerte. El hecho lo convirtió en una persona muy religiosa y servicial. Por ello, cuando fue administrador en el hospital de Huamanga, los enfermos gritaban su apellido para solicitar auxilio. Barchilón se aplicó luego a los ayudantes de enfermería y se ha mantenido hasta nuestros días.