Especialistas recomiendan replantear esquema de evaluaciones. (Foto: Archivo El Comercio)
Especialistas recomiendan replantear esquema de evaluaciones. (Foto: Archivo El Comercio)
Redacción EC

La Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) y la Evaluación Muestral de Estudiantes (EM), realizadas en octubre y noviembre del 2018, y cuyos resultados fueron publicados en abril de este año por el (Minedu), muestran desempeños diferenciados y retrocesos.

De todos los niveles evaluados, el segundo grado de primaria registró la mayor caída durante el 2018. Los resultados revelaron que solo el 37,8% de alumnos entienden cabalmente lo que leen, mientras que el 14,7% de ellos resuelven con éxito operaciones matemáticas [ver gráfico]. Ambas cifras representan los niveles más bajos observados en este nivel escolar de los últimos cuatro años.  

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El porcentaje más alto de estudiantes que lograron el nivel satisfactorio –equivalente al aprendizaje esperado– en matemáticas y comprensión lectora se observó en el 2015 y el 2016, ellos alcanzaron el 49,8% y el 34,1% respectivamente.

La caída más pronunciada en este grado ocurrió en colegios públicos, donde la proporción de alumnos con rendimiento satisfactorio en matemáticas bajó de 37,4% a 14,6%, descenso mayor que el reportado en instituciones privadas, que pasaron de 25,4% a 14,9%. En tanto, solo el 33,1% de alumnos de escuelas públicas tuvieron rendimiento satisfactorio en lectura. Esta cifra es menor en 11 puntos respecto al 2016 y es menor que el 49,5% registrado en colegios privados.  

—Causas del retroceso—

¿Qué factor (o factores) explican el marcado retroceso en este nivel? La última evaluación fue formulada después de varios de eventos que afectaron el desarrollo del calendario escolar, como la ocurrencia de El Niño costero o la huelga nacional de maestros del 2017. Pero también existen elementos relacionados al actual diseño del esquema de evaluación, basado en estudios censales.  

César Guadalupe, profesor de la Universidad del Pacífico y expresidente de CADE Educación, considera que los resultados en este nivel de estudios reflejan un sinceramiento en el rendimiento de los escolares. Aquellos indicadores registraron una distorsión al alza en años anteriores debido a la aplicación de incentivos focalizados solo en aprobar las pruebas, tales como el bono escuela. 

Esta es la evolución del desempeño en escuelas. (Infografía: El Comercio)
Esta es la evolución del desempeño en escuelas. (Infografía: El Comercio)

“La preocupación por los aprendizajes no ha sido real, sino por los resultados de la prueba, que no es lo mismo. En los últimos años, los resultados de segundo grado han tendido crecientemente a estar distorsionados. En el 2015, prácticamente todos los colegios de las regiones hacían entrenamientos [para pasar la prueba]. Esto se exacerbó con la introducción del bono escuela. Uno quita este incentivo y los resultados se caen”, opina. 

Esta opinión es compartida por Hugo Díaz, miembro del Consejo Nacional de Educación, quien añade que estas medidas ocasionaron que los profesores descuiden otras áreas de formación. “Había un incentivo un poco perverso. Por un lado, el buscar que los resultados mejoren a partir de un adiestramiento previo; y en segundo lugar está que hubo el bono escuela que daba un incentivo a los profesores”, opina. 

Para Ricardo Cuenca, director general del Instituto de Estudios Peruanos, este descenso obedecería a cuestiones técnicas y suele producirse en evaluaciones estandarizadas de este tipo tras períodos prolongados de subidas. “Las pruebas tienen un límite sobre los tipos de pregunta que se hacen porque la enseñanza va cambiando. Después de mucho tiempo la forma de preguntar se va agotando, señala. 

—Cuestión de fondo—

Frente a estos resultados, los tres especialistas recomiendan un cambio en la metodología y las áreas incluidas en las evaluaciones.

Respecto al primer tema, señalan que el Minedu debería optar por aplicar encuestas muestrales antes que censos, ya que proporcionan más información para ser utilizada en la implementación de políticas.  

“Las pruebas censales son en teoría positivas porque entregan informes a cada alumno. Eso podría hacerse con una buena capacitación para que lo hagan las escuelas. La idea de las evaluaciones muestrales es que abarquen más áreas y grados para dar mayor información al sistema. Técnicamente son mejores”, explica Cuenca.

¿Es posible una recuperación en el futuro? Guadalupe estima que el avance podría darse a un menor ritmo, dado que la evolución de indicadores educativos de años previos –tanto en la ECE como en la prueba PISA– ha estado relacionada con la mejora de las condiciones socioeconómicas en el país.  

“Si el país ha estado creciendo a 6% anual durante 15 años y ahora empieza a crecer a 3%, y la reducción de la pobreza es más baja, es posible que también se desacelere la mejora [en términos educativos]. Ojalá la política educativa actual se consolide y permita una mejora más acelerada”, explica.

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