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Estudiantes y autoridades académicas de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (UNSCH), en Ayacucho, descartaron que agrupaciones cuestionadas como el Movadef (Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales) estén captando simpatizantes en el campus universitario.
En abril del 2014, un informe de inteligencia de la policía detectó presuntos miembros del Movadef infiltrados en 8 universidades del país, una de ellas era la UNSCH.
En aquel entonces, un grupo de universitarios (sin vínculos probados con el Movadef) tomó por más tres días varios locales de dicha casa de estudios. Exigían un reglamento que permitiera la tacha de docentes que no cumplían con sus expectativas.
Gualberto Cabanillas, vicerrector académico, negó la presencia del Movadef en la universidad pública de Huamanga.
“Aunque tenemos centros federados bien organizados, en ese caso [en la toma de los locales] se optó por la violencia. Felizmente, hubo un entendimiento y la propuesta de la tacha de docentes se acogió”, dijo Cabanillas.
La posibilidad de que discursos afines a la subversión tengan eco en la UNSCH genera suspicacia porque dicha casa de estudios sirvió a Abimael Guzmán Reynoso, cabecilla de Sendero Luminoso, para publicitar su movimiento en 1969. En los años 80, algunos estudiantes y docentes integraron el grupo terrorista.
Según estudios del desaparecido antropólogo Carlos Iván Degregori, Guzmán se valió de la desigualdad y necesidades sociales desatendidas en la región.
"NO HAY LUGAR PARA TERRORISTAS"
Sixto Huamán Córdova (22), estudiante de Ingeniería Agrícola, afirma que dicha desigualdad aún existe. Sin embargo, los jóvenes rechazan cualquier enfrentamiento con el Estado, pues optan por la exposición pública para hacer saber sus demandas.
“Por la reforma laboral juvenil, que rechazamos, marchamos 200 veces. Nuestra posición fue clara y sin recurrir a la violencia”, aseveró Huamán.
Tania Quispe Garay (21) y Carmen Quispe Meza (23) coinciden con Huamán. Ellas, estudiantes de Administración y Biología, estiman que la UNSCH tiene unos 200 líderes entre sus alumnos, quienes son reconocidos por sus preferencias por el diálogo antes que la confrontación.
“Ya sea con la ‘ley pulpín’ o la marcha contra la TV basura, nuestra opinión se defiende con ideas. Aquí no hay lugar para terroristas”, afirmó Quispe.
