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La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) anunció una sentencia contra el Perú por una agresión durante el servicio militar que causó la pérdida de la visión en un ojo al ex recluta Valdemir Quispialaya Vilcapoma en 2001. El hecho ocurrió en Junín.
La Corte encontró culpable al Estado por la violación de los derechos a la integridad personal y garantías judiciales de Quispialaya, así como del deber de adoptar disposiciones de derecho interno.
"Esta Corte considera que la agresión sufrida por el señor Quispialaya durante la práctica de tiro en el campo de tiro de Azapampa el 26 de enero de 2001 representó una violación a los artículos 5.1 y 5.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos", indicó el fallo.
Los jueces condenaron "el ejercicio abusivo de la autoridad militar, la violencia de la conducta desplegada contra Quispialaya, su situación de indefensión en la que se encontraba durante la práctica de tiro, su temor fundado y las amenazas sufridas para no denunciar lo ocurrido".
Fue golpeado con un fusil
Quispialaya fue agredido por un superior quien lo golpeó con la culata del fusil en su frente y ojo derecho. Como consecuencia del hecho, perdió la visión del ojo golpeado y sufrió afectaciones psicológicas, explicó la CorteIDH.
"La Corte constató que los comportamientos descritos formaron parte de un contexto de maltratos físicos y psicológicos en el ámbito del servicio militar, provenientes de una arraigada cultura de violencia y abusos en aplicación de la disciplina y la autoridad militar", indicaron los jueces.
Investigación y reparación
La investigación de los hechos se realizó tanto en la jurisdicción militar como en la ordinaria, pero aún no se han determinado las responsabilidades correspondientes. En la sentencia, la CorteIDH ordena al Estado peruano continuar las investigaciones y castigar a los responsables, así como ofrecer capacitaciones acerca de los límites de la disciplina militar.
Además, el Estado debe asegurarse de que este disponga de todos los recursos para recabar pruebas, documentar denuncias y para acceder a la documentación para investigar los hechos denunciados.
Los jueces también ordenaron a nuestro país expedir una cédula de retiro por invalidez para Quispialaya debido a la lesión sufrida y otorgarle de inmediato los beneficios correspondientes a una pensión por invalidez.
En cuanto a reparaciones, la CorteIDH fijó en 50.000 dólares el daño inmaterial sufrido por el ex recluta. En favor de la esposa de Quispialaya, Victoria Vilcapoma, los jueces establecieron una indemnización de 20.000 dólares por daño inmaterial y de 2.000 dólares por daño material. El Estado deberá pagar otros 10.000 dólares a los representantes de las víctimas por los costos del proceso.
EFE