(Foto: Johnny Aurazo)
Semana Santa
Johnny Aurazo

Son las 2:45 de la mañana del  en Calipuy (Santiago de Chuco, La Libertad). Unos 15 pobladores dejan la vivienda de uno de los mayordomos luego de chacchar [mascar hoja de coca] y se dirigen a la iglesia del pueblo para 'capturar' a Jesús. A más de 3 mil metros sobre el nivel del mar, la temperatura en este centro poblado ubicado a seis horas de Trujillo no supera los 5 grados.

En la iglesia, Leiva Domínguez Corro, cargador de Cristo de Calipuy, toca el portón con un madero. El portero le abre y con él ingresa el resto de pobladores. De una urna sacan la imagen de Jesús, le limpian las 'heridas', lo coronan y luego lo crucifican en el atrio del templo junto con 'Barrabás' y 'Choro'. Se trata de una tradición de dos siglos.

"Ir a la iglesia para 'capturar' a Jesús y luego crucificarlo es una tradición de 200 años en este lugar. Primero nos reunimos en la casa de uno de nosotros, rezamos y luego de más de cinco horas nos vamos al templo. Jesús fue capturado a las 3 de la mañana, por eso lo hacemos a esa hora", cuenta don Leiva, de 45 años.

En el templo, mientras cinco cargadores de Cristo limpian la imagen, dos hombres chacchan, cantan y oran con una vela encendida entre sus manos. Sus cantos y oraciones son una combinación de lo religioso con costumbres andinas. "Lo que leemos es un libro que heredamos de generación en generación", cuenta Néstor López Tiburcio, de 64 años.

Son las 3:15 a.m. en Calipuy. Los focos de la única iglesia que tiene el pueblo se apagan. Los cargadores de Cristo se retiran. Todos regresan a la casa de uno de los mayordomos. En el mismo lugar donde horas antes oraban toman el tradicional caldo de cabeza de carnero para reponerse de la agitada noche.

A las 8 p.m., regresarán al templo para sacar la imagen de Jesús crucificado y pasearla en procesión por el pueblo. Es Jueves Santo en Calipuy, en Santiago de Chuco, esta última la tierra del vate universal César Abraham Vallejo Mendoza.

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