Osos andinos, jaguares, huanganas, sajinos, gatos andinos y yaguarundis. ¿Qué tiene en común todos estos animales? Pues, además de hallarse en el Perú, todos se encuentran amenazados, unos más que otros. Los motivos son distintos, desde la caza para comercializar sus pieles, su uso en rituales, la destrucción de su hábitat natural y más. Por ello, es de suma importancia la labor que realizan entidades como el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), a fin de llevar un registro de estas especies. Sin embargo, la poca cantidad estimada de ejemplares y lo raro que es avistarlos dificulta la labor. Es aquí donde radica la importancia de las cámaras trampa.
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Se trata de dispositivos automáticos que registran fotos y videos gracias a un sensor infrarrojo que detecta el cambio de temperatura y el movimiento. Entonces, cuando un animal se posa delante de la cámara a cierta distancia el sensor se activa y, de acuerdo a la configuración que tenga la cámara, empieza a captar imágenes.
El propósito de las cámaras trampa es hacer registros de las distintas especies que hay en un territorio. En el caso del Perú, el Sernanp las utiliza como herramienta que contribuye significativamente en el monitoreo y conservación de la vida silvestre en las áreas naturales protegidas. De esta manera se comprueba la presencia o no de una determinada especie en peligro o de la que no se cuenta un balance poblacional actualizado.
(Puma yagouaroundi): Se trata de un felino endémico del sur de Norteamérica y Sudamérica. En el Perú, también se puede hallar en la Reserva Nacional Tambopata, así como en los refugios de vida silvestre Bosques Nublados de Udima y Laquipampa. La foto se efectuó en el Santuario Histórico de Machupicchu por investigadores del Museo de Biodiversidad del Perú (Dr.José Ochoa) y el proyecto Conservación del Oso de Anteojos, conjuntamente con personal de la referida área natural protegida. Para este registro se instalaron en total unas 200 cámaras trampa.
¿Cómo se instala una cámara trampa?
El biólogo y ecólogo Erick Huamaní Villalobos, especialista en monitoreo de biodiversidad en las Áreas Naturales Protegidas del Sernanp, explicó a El Comercio que por lo general las cámaras trampa se instalan en los troncos de los árboles y, dependiendo del mamífero que se va monitorear, se colocan a una determinada altura. Normalmente entre 30 a 60 centímetros. Asimismo, las cámaras deben estar ubicada a una distancia de hasta 3 metros del sitio donde se espera que pase el animal.
Se recomienda no colocarlas en posición de este a oeste, mirando al sol o al ocaso, porque en un momento del día probablemente el sol le va a dar directamente la cámara y si esta toma una foto se verá quemada (todo blanco). Se recomienda establecerla en posición de sur a norte. Se debe tatar de que el lugar elegido sea un poco abierto. Si está muy cerrado probablemente el animal vaya a pasar muy pegado a la cámara y la foto salga mal.
(Tapirus pinchaque): El tapir de montaña, al igual que el oso andino, es una especie carismática y de gran importancia en el mantenimiento del ecosistema. No obstante, ambas se encuentran amenazadas a lo largo de su distribución geográfica y sus poblaciones han ido disminuyendo de forma alarmante en los últimos años. La foto corresponde a una cámara trampa ubicada en el Santuario Nacional Tabaconas Namballe como parte de un estudio desarrollado entre agosto y de noviembre del 2014. El Sernanp estableció 36 cámaras en un área de aproximada de 36 km2. La imagen fue gracias también al trabajo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
“Hay especies que prefieren determinados lugares para pasar. Por ejemplo, a los jaguares les gusta mucho las trochas, los caminos, los senderos. Entonces si se coloca una cámara en el bosque es menos probable que los registre. En cambio, hay otras especies que no, el venado prefiere los bosques, no le gusta mucho los caminos, todos esos criterios se manejan en las capacitaciones. A los osos les gusta mucho rascarse en los árboles, entonces hay que poner una cámara cerca de un árbol para tener mejores imágenes. Es importante conocer cómo se mueve la especie a monitorear y qué lugares le gusta”, detalló Huamaní.
Toda cámara trampa tiene un sensor infrarrojo el cual detecta cambios de temperatura. Si un animal que tiene una determinada temperatura pasa delante de la cámara activa el sensor y empieza a tomar fotos. Se puede configurar para que el dispositivo tome una cierta cantidad de imágenes y también haga un vídeo. Vale precisar que años atrás las cámaras tenían flash, pero ahora ya no, por lo que no produce ningún temor en los animales.
(Tremarctos ornatust): La colocación de 50 cámaras trampa en agosto del 2022, permitieron registrar ejemplares adultos del oso andino en el Parque Nacional Yanachaga Chemillén (Pnych), en Pasco. Cada dispositivo fue colocado en un árbol durante casi un mes y se mantuvieron encendidos todo el día. Las imágenes captadas han proporcionado a los especialistas y guardaparques una herramienta que complementa el monitoreo de esta especie, estableciendo estrategias de manejo y conservación. Las cámaras trampa fueron instaladas por guardaparques del Pnycha, por lo que el Sernanp les acredita la foto.
Lo que sí sucede es que algunos son atraídos por el olor dejado por la persona que instaló la cámara: perfume, desodorante, repelente u otro aromático. Para ello se debe limpiar la zona y retirar también ramas y hojas que puedan haber en el suelo. ““Algunos mamíferos son territoriales. Por ejemplo, al sentir un olor el jaguar encuentra una cámara y se empieza a frotar, luego araña el dispositivo y hasta la puede destruir. En el caso de los osos ellos son bastante curiosos. Ven una cámara y se acercan, y si esta no está sujetada adecuadamente, de un golpe la puede romper”, dijo Huamaní.
Respecto a la duración de las cámaras en campo, esta varía dependiendo del modelo. Si se utilizan pilas alcalinas, durarán unos dos a tres meses. En tanto, es muy importante tener en cuenta que las memorias sean de buena calidad y con suficiente capacidad para almacenar toda la información que se estima recoger. “Las memorias que más utilizamos en Sernanp y que se recomiendan son de la marca Burner, más o menos buenas. No son de las más caras tampoco”, agregó.
Análisis de los resultados
Una vez que se recolecta todas las memorias y cámaras, el personal ya en gabinete empieza a analizar la información reunida: un montón de fotos y vídeos de animales. El personal primero selecciona el material de la especie de interés. Esto lo puede hacer de dos formas. La primera es de forma manual, que obviamente toma mucho más tiempo. La segunda es mediante programas especializados que con ayuda de inteligencia artificial permiten manejar, identificar y separar más rápidamente las imágenes. El Sernanp lo hace de ambas formas.
Luego, se pasa a analizar el indicador que previamente definido, y con eso se hace un estadístico. Al final del monitoreo, el personal elabora un informe. “Lo que a nosotros nos interesa es que esa información sirva para la gestión del área natural protegida, poder tener información periódica de cómo está la población de una determinada especie”, comentó Huamaní.
(Puma concolor): La foto corresponde a una cámara trampa instalada en el sector Huallata de la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca, en Arequipa. Se tarta de un puma macho juvenil. El registro es del 19 de julio de 2023 y fue realizado por el Sernanp y la asociación Procarnívoros. Este animal, el segundo felino más grande de América, enfrenta diversas amenazas, incluyendo la pérdida de su hábitat debido a la deforestación y la expansión humana, la caza furtiva y la disminución de sus presas naturales. Como resultado, la especie se encuentra en peligro de extinción en algunas áreas de su distribución.
Si la población varía de forma natural en el tiempo, que es lo que se espera, entonces todo está bien, pero si vemos que la población está disminuyendo más de lo normal, por debajo del umbral establecido por el Sernanp, es que es un tema de preocupación y salta la alerta. En un contexto así el personal de las áreas tiene que empezar a investigar para saber qué es lo que está pasando.
“Por ejemplo, en el caso del oso andino, se ha encontrado que la ganadería afecta su presencia, entonces, en lugares donde hay ganado el oso prefiere no estar. Ante un panorama así lo que tiene que hacer el área es hacer una mejor gestión de ese ganado, tenerlos en espacios más reducidos, un mejor control, y de esa manera se va a reducir un poco el impacto que pueda tener esa variable sobre la población del oso”, indicó.
Algunos logros y avances
El experto del Sernanp detalló que los guardaparques y demás personal de las áreas naturales protegidas vierten todo su esfuerzo en el monitoreo de animales con cámaras trampa. Algunas especies registradas últimamente han sido el jaguar, la sachavacas, el oso andino, entre otras. Una especie que es emblemática del páramo es el tapir de montaña, que en el Perú solo lo tenemos en una región que colinda con Ecuador, en el Santuario Nacional Tabaconas-Namballe.
“Justamente ahí hacemos el monitoreo del tapir que es una especie altamente amenazada; está en peligro crítico. Este año estamos terminando el monitoreo y me imagino que para el siguiente año ya tendremos resultados. Otro animal captado, esta vez en la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, con el apoyo de aliados, como la ONG Pro carnívoros, es el gato andino, especie que se creía estaba extinta. Pero tras varios años de poner cámaras se han registrado hasta tres ejemplares diferentes de esta especie, que está en peligro crítico también”, expresó Huamaní.
(Leopardus jacobita): La foto corresponde a una cámara trampa instalada en el Sector Huallata de la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca, en Arequipa. El registro de este macho adulto es del 3 de febrero de 2023. Este animal habita, por lo general, a 3.600 m.s.n.m., en zonas rocosas y de escasa vegetación. Su principal presa es la vizcacha. Cada ejemplar puede pesar entre 4 y 6 kilos. Se señala a la minería y el empleo de perros para el pastoreo como sus principales amenazas. La ausencia de un registro actualizado sobre la población de gatos andinos profundiza la degradación de su hábitat. La imagen fue captada por el Sernanp y la asociación Procarnívoros.
El biólogo destacó también que las cámaras registran muchísimas otras especies que al principio no eran consideradas para el monitoreo, pero que también son analizadas. Un caso es el del santuario histórico Machu Picchu, donde se tomaron algunas fotos de especies que si bien habían sido registradas en los alrededores, no se conocía su existencia dentro del área. Un ejemplo de ello son el venado enano, el majas de montaña, el leopardo tigre, de los cuales no se tenían registros.
Por otro lado, Huamaní resaltó el rol y aporte investigativo de las cámaras trampa. Contó que instituciones, universidades y ONGs realizan investigaciones dentro de las áreas naturales protegidas para saber cómo está la población de una determinada especie, conocer cuál es su rango de actividad, etc. También sirve para aportar y resolver los conflictos, ya que en algunas áreas hay conflictos entre la gente que vive en zona aledañas y la fauna silvestre.
(Dinomys branickii): La especie captada es un roedor propio de Sudamérica y es el único miembro vivo de la familia ‘Dinomyidae’. Alcanza entre 10 y 18 kg, y mide entre 70 y 90 cm, sin contar la cola. El registro de este mamífero se llevó a cabo en el Santuario Histórico de Machu Picchu, una de las áreas naturales protegidas más emblemáticas del Perú, en la región Cusco. Para este registro se instalaron 200 cámaras trampa y se complementaron con acciones de monitoreo desarrolladas por el personal guardaparque del Sernanp. El crédito de la imagen se le otorga al Dr. José Ochoa y al proyecto Conservación del Oso de Anteojos..
“En Tambopata se ha tenido registro de ganado que ha sido atacado por animales silvestres, entonces le echan la culpa al jaguar, pero cuando se han instalado las cámaras trampas se dan cuenta de que realmente no es así, no ha sido el jaguar, ha sido otra especie”, dijo.
Un logro fruto del uso de las cámaras trampa es lo ocurrido en la Reserva Nacional Tambopata. Huamaní Contó que esta área ha sido constantemente afectada por minería ilegal. Tras la operación Mercurio del 2020, con la que se retiró esta actividad del área protegida, quedó todo un territorio degradado, sin vegetación. Un suelo descubierto, prácticamente un desierto en medio del bosque. Entonces, se puso en marcha un proyecto de reforestación y desde hace un tiempo se inició con el monitoreo a través de cámaras trampa para ver si realmente la restauración está funcionando y, además de las plantas y árboles, cerciorarse si hay presencia de fauna.
Este animal corresponde pertenece a la familia Sciuridae, del género Hadrosciurus. Ha sido la primera vez que se reporta una especie de esta familia en el Santuario Histórico de Machupicchu. Para este registro se instalaron 200 cámaras trampa y se complementaron con acciones de monitoreo que desarrolla el personal guardaparque del Sernanp. El registro fue efectuado por investigadores del Museo de Biodiversidad del Perú y Conservación del Oso de Anteojos, conjuntamente con los guardaparques oficiales del Sernanp: Elodio Dávalos y Constantino Quispe, así como guardaparques voluntarios. La imagen se le atribue al Dr. José Ochoca Cámara (Mubi).
“Se ha tenido registro de alrededor 26 especies de mamíferos para el 2022, los cuales están regresando a esta área degradada. Jaguares, pumas, huanganas, sajinos sachavacas regresan a estas áreas porque ya empiezan a tener cobertura vegetal, se empieza a recuperar el bosque, es una muestra bastante importante y evidente de cómo utilizamos las cámaras trampa dentro de las áreas naturales protegidas”, precisó.
Producto de un monitoreo hecho entre 2021 y 2022, se estima preliminarmente que son 16 jaguares los que se han logrado registrar en Tambopata, en el ámbito del estudio que son alrededor de 780 kilómetros cuadrados. Esta reserva, en base a esta información, es un buen refugio para una buena cantidad de jaguares.