(Foto: El Comercio)
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Enrique Vera

Atado, sobre el fango y casi inconsciente por las patadas que había recibido en el abdomen, el motociclista Hermes Mamani salvó de una muerte fija.

Quienes lo golpeaban, de pronto giraron hacia donde estaba un grupo de policías que llegó a La Pampa por una trocha ubicada a la altura del km 107 de la vía Interoceánica, en Madre de Dios.

Los agresores eran cinco sujetos que vestían prendas militares y portaban fusiles; cuatro de ellos fueron detenidos en medio de un tiroteo con los agentes. El otro tomó la moto, que minutos antes había robado a Mamani, y se perdió entre los troncos secos de ese infierno de minería ilegal asentado en la zona de amortiguamiento de la Reserva de Tambopata.

Eso ocurrió el 25 de febrero pasado; fue la última vez que la policía tuvo al frente a ‘Venado’. No volvieron a tener contacto con él hasta el viernes 22 de setiembre, cuando perpetró quizá su crimen más atroz.
El expediente fiscal sobre la balacera de febrero consignó que el delincuente prófugo solo fue identificado por sus cómplices como ‘Venado’. Se trata del cabecilla de una banda criminal integrada por unos 30 ex licenciados del Ejército.

A inicios del 2016, los asesinos a sueldo al mando de ‘Venado’ fueron contratados como personal de seguridad por los capos de la minería ilegal que operan en La Pampa, y por los dirigentes de las asociaciones de mototaxistas que allí laboran. Así lo informaron jornaleros de asientos mineros que, meses después, serían extorsionados por esta misma banda.

Les decían Los Guardianes de la Trocha porque cuidaban los caminos de lodo que parten de la vía Interoceánica (km 98 al km 107) a los campamentos de donde se extrae el 11% del oro que exporta el país, según estadísticas del Ministerio de Energía y Minas.

Los robos a mineros ilegales se redujeron, pero comenzaron a repetirse los casos de extorsión, sicariato e incluso se reportaron desapariciones de personas. El enfrentamiento de la policía con ‘Venado’ y sus sicarios permitió también descubrir varias fosas clandestinas donde estos sujetos incineraban a sus víctimas. Aquel iba a ser el destino de Hermes Mamani.

Según el Departamento de Investigación Criminal de Madre de Dios, entre diciembre del 2016 y marzo de este año, 48 personas fueron reportadas como desaparecidas. La cifra actualmente habría crecido pero muchos de estos casos no han sido denunciados a las autoridades por temor a represalias.

Antes del fuego cruzado de febrero, no era extraño ver en los campamentos mineros de Zorro Valencia, La Peña y Tres Fronteras a ‘Venado’ al frente de un grupo de encapuchados con fusiles en ristre.
En julio, cuando la policía realizó una megaoperación contra la minería ilegal y la trata de personas en La Pampa, varios casos fueron revelados a un equipo de El Comercio que recorrió la zona.

En el campamento de Tres Fronteras, la esposa de un minero ilegal que allí operaba dijo a este Diario que se habían reportado violaciones a mujeres que se negaban a entregar oro o dinero cuando eran asaltadas por estos sujetos armados.

Tal salvajismo, al parecer, también forjó un grupo de aniquilamiento formado por familiares de las víctimas de ‘Venado’. Varios de sus lugartenientes fueron asesinados o desaparecidos. Uno de ellos, Alexander Huamán Jaro ‘Solitario’, murió acribillado en su casa, situada en Mazuko.

La situación era cada día más oscura. La policía sostiene que ‘Venado’ había llegado a dirigir las labores ilegales de extracción de oro y que incluso decidía qué mineros entraban a La Pampa.

Su ámbito de acción habría abarcado también el tráfico de drogas en las localidades de Mazuko, Iberia y Laberinto. Se convirtió en el hombre más buscado en Madre de Dios .

—Emboscada brutal—
La mañana del 22 de setiembre, seis policías del Departamento de Medio Ambiente que habían inspeccionado la instalación del puesto de control Otorongo, cercano a la zona de amortiguamiento de la Reserva de Tambopata, fueron emboscados. Diez encapuchados descargaron 90 proyectiles de fusil, pistolas y escopetas contra ellos.

El suboficial Jhony Cáceres Gonzales falleció. El comandante Alberto Rojas y los suboficiales José Horqque Ferro, Rodolfo Delgado Gutiérrez y Édgar Barrientos Sánchez resultaron heridos.
Las características del sujeto que dirigió el ataque coinciden con las de ‘Venado’, según un perfil elaborado por el Departamento de Investigación Criminal de Madre de Dios .

Además, durante el atentado, uno de los agentes que quedó herido habría escuchado el apelativo en cuestión en repetidas ocasiones.

Hay más de una hipótesis sobre lo sucedido. Aquella mañana, los Guardianes de la Trocha habían irrumpido en el campamento de Balata y allí cargaron con el oro de las últimas extracciones más dinero de las tiendas y bares del lugar. En su huida, los asaltantes se internaron en la espesura de la selva que traza el río Malinowski.
Desde ahí salieron y atacaron a los policías, creyendo que estos los perseguían.

La otra tesis apunta a que Los Guardianes de la Trocha dispararon a los policías por temor a ser despojados del oro. Como algunos de los agentes atacados estaban de civil, ‘Venado’ y su grupo creyeron que se trataba de alguna banda rival: la que busca vengar los asesinatos y desapariciones o la que estaría encabezada por un sujeto apodado ‘Álex’. A fines de julio, este asesinó a la presunta pareja de ‘Venado’ en su vivienda. La escalada de terror continuaría.

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