"Más que obras, progreso", por José Carlos Requena

JOSÉ CARLOS REQUENA

Analista político

En lo referido a las regiones, el primer discurso presidencial de Pedro Pablo Kuczynski ha sido pródigo en alusiones a un país integrado, y ha prestado particular atención a temas muchas veces olvidados. Hubo, sin embargo, una omisión que vale la pena anotar.

El cierre con ribetes republicanos (“Una sola república, firme y feliz por la unión”), por ejemplo, hace referencia a la necesidad de una visión compartida, que debe extenderse a todos los gobiernos locales y regionales. Las disputas plagadas de recelos añejos deben empezar a superarse para alcanzar un progreso amplio y sostenido.

Ha sido importante también la referencia a los sectores rurales, donde la pobreza se resiste a desaparecer, muchas veces refugiada en los innegables desafíos geográficos del país. El énfasis del presidente Kuczynski fue puesto en la salud y el agro, pero sería positivo incorporar a otros sectores. Debe esperarse que los funcionarios a su cargo hagan suya esta sensibilidad.

Cuando el presidente Kuczynski menciona la infraestructura (“En el año del bicentenario, se habrá construido infraestructura para el desarrollo como nunca se anticipó”), debe empezar por aquellas demandas que han sido largamente postergadas sin que sea posible encontrar razones técnica o políticamente sustentables. La principal vía que une a la capital con el centro del país sigue siendo un homenaje al caos y la negligencia, lo que hace que los solo 306 kilómetros que separan a Lima de Huancayo puedan tomar en algunos casos más de 14 horas. En tanto, la carretera Panamericana conserva tramos en los que solo hay un carril de ida y uno de vuelta.

Aunque con toques personales, la alusión a Iquitos (“No olvidaré a Iquitos, la ciudad de mi infancia, hoy aislada”) debe promover un cuidado mayor hacia la selva amazónica, ese tesoro al que la república casi bicentenaria ha mantenido olvidada. Hoy, que existe una mayor conciencia por los desastres ambientales que originan la tala y minería ilegal o la actividad de colonos agrícolas, el mensaje dado por Kuczynski es oportuno.

La principal omisión en el discurso, que debe ser saldada por la próxima presentación del presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, en el Congreso, es la referida a la descentralización. Hace 15 años, el entonces presidente Alejando Toledo lanzó el (quizá apurado) proceso descentralizador, al anunciar los primeros comicios regionales para el 2002.

El presidente Kuczynski, en cambio, no mencionó esa palabra en absoluto. Aunque el primer ministro Zavala ha salido rápidamente a indicar que el énfasis de la gestión estará fuera de Lima (“Las grandes brechas están fuera de Lima, ahí estará el foco de este gobierno”), bien se haría en precisar que la “demanda por obras y progreso” trasciende los pedidos por mejorar la infraestructura.