.
.
Redacción EC

Este viernes, en el distrito de Challhuahuacho (Apurímac), tras varios días de tensión el Gobierno central, las comunidades y la empresa privada dieron fin al conflicto de Las Bambas, tras una extensa serie de reuniones. Sin embargo, ese mismo día otro conflicto se tornaba más violento en Puno, en el distrito de San Gabán.

Los conflictos sociales continúan en el sur del país, y esta vez con la consecuencia de dos personas muertas. ¿Qué fue lo que pasó? Estos cinco puntos ayudarán a entender los últimos hechos.

► 
► 
► 

1 - Más producción de hoja de coca
El narcotráfico no funciona solo. Para ello necesita de quienes producen la hoja de coca, pero de manera ilegal. Según informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) del 2018, en el distrito de San Gabán no se han erradicado cultivos de hojas de coca desde hace dos años, periodo en el que los sembríos crecieron 226%.

Se detalla que pasó de 398 hectáreas, en el 2016, a 1.296 hectáreas, al 2018, con un destino de comercialización incierto. El distrito cuenta con 6.832 habitantes, la mayoría subsiste gracias a la comercio de la hoja de coca.

2 - Instalación de campamento
Como parte de las actividades para la erradicación de hoja de coca, el Centro de Erradicación de Cultivos de Hoja de Coca (Corah) buscaba iniciar la instalación de una base para comenzar sus actividades. Hasta el valle de San Gabán llegó un equipo de 72 efectivos de la PNP y 158 miembros del Corah. Según el ministro del Interior, Carlos Morán, del 12 al 30 de abril se iniciaría un proceso de información y concientización con la población.

El campamento temporal iba a estar en la zona de El Carmen, en el distrito de San Gabán, durante cinco meses. Tras el proceso de información, desde allí se iniciaría la erradicación de la hoja de coca ilegal.

(Foto
(Foto

3 - Dos muertos
Con estos antecedentes, y tras el inicio de la instalación del campamento Corah, el viernes 12 de abril se produjo el enfrentamiento que culminó con dos muertos identificados como Ángel Quispetupa, del distrito de Ayapata (Puno), y Héctor Velásquez, proveniente de Andahuaylas (Apurímac), con heridas de bala.

La gresca inició en las primeras horas de la mañana del viernes. Un numeroso grupo de comuneros y agricultores acudió hasta el campamento Corah para evitar su instalación. Según el ministro Carlos Morán, en su presentación en el Congreso de la República, fueron tres los ataques que soportaron los agentes que respondieron haciendo uso del gas lacrimógeno. Los agricultores contaban con piedras, palos y huaracas, que calificó como un arma mortal. Indicó que la población fue azuzada por personas ajenas a la zona.

4 - ¿Qué dice Aduviri?
Tras este hecho, una de las autoridades que acudió de inmediato a la zona de conflicto fue el gobernador regional de Puno, Walter Aduviri. Habló con las comunidades y visitó a las personas que resultaron heridas. En diálogo con la prensa local, Aduviri responsabilizó al Ministerio del Interior por las muertes que ocurrieron.

“El que ha generado el conflicto es el sector, el mismo Ministerio del Interior, y tiene que asumir su responsabilidad”, señaló, no sin antes dejar en claro que lo que se necesita es una mesa de diálogo, tal como lo exigen las comunidades cocaleras. “Esperemos que el Gobierno central acepte este diálogo que se tiene que instalar en esta jurisdicción. Toda la población y nosotros estamos pidiendo diálogo", dijo el gobernador. Negó que Puno se esté convirtiendo en un nuevo Vraem, zona conocida por la producción del narcotráfico.

Actualmente, los agricultores cocaleros mantienen bloqueado el tramo de la Vía Interoceánica que une Puno, Cusco y Madre de Dios. El puente Inambari también se encuentra tomado y los pobladores de San Gabán acatan un paro preventivo de 24 horas en respaldo a los agricultores del sector El Carmen.

5 - ¿Adónde va la producción de coca?
El reciente conflicto se da en medio de un contexto. Más allá del uso tradicional y ancestral, la hoja de coca es el principal insumo para la producción de cocaína. Es por ello que se realiza un fuerte control en su producción por parte del Estado. Y es que la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito informó a fines del año pasado que el Perú registró un incremento de 14 % en su producción de este insumo, es decir, un aumento de 43.900 en 2016 a 49.900 hectáreas en el 2017.

Víctor Rucoba, director ejecutivo del Corah, indicó a El Comercio que en la zona de San Gabán ningún cocalero está empadronado a la Empresa Nacional de la Coca, única entidad autorizada para la comercialización de la hoja de coca y sus derivados. "Por lo tanto todo lo que se siembra está dirigido al narcotráfico. En ese lugar hay pozas de maceración para la producción de cocaína”, sostuvo. Además, según la Dirección Antidrogas (Dirandro), en esta zona se estaría produciendo droga de alta pureza.

Contenido sugerido

Contenido GEC