Una familia campesina de la comunidad Chichillapi, jurisdicción del distrito de Santa Rosa de Mazocruz, en la provincia puneña El Collao, fue intervenida con cuatro avestruces juveniles, el ave no voladora más grande del país en peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
La operación fue realizada por el jefe de la Administración Técnica Forestal y Fauna Silvestre de Puno, Heber Cossio Cahuana, luego de varios días de seguimiento. Se conocía que la familia pretendía comercializarlos para venderlos en Bolivia a S/.2.000 cada ejemplar.
El funcionario reveló que las aves también conocidas como ñandús eran convenientemente domesticados con fines de tráfico. Los especímenes tenían cuatro meses de vida y estaban listas para su comercialización.
Estas aves son objeto de caza furtiva para aprovechar sus plumas en la confección de disfraces en algunas danzas del Altiplano y para consumir su carne. Sus huevos son usados como cábalas. Su comercialización y salida del país sin autorización está prohibida.