La escena del chofer entregando un billete debajo de sus documentos a un policía para que no le impongan una multa es el fiel reflejo de una realidad: la corrupción que nos afecta en todos los niveles.
La mayoría de peruanos que ha pagado alguna vez una coima lo ha hecho solo con el fin de evitar una sanción mayor, según la encuesta nacional sobre corrupción.
Durante tres años (2012, 2013 y 2015) ese ha sido el motivo que ha llevado a los peruanos a avalar la corrupción, según el estudio publicado por Ipsos y Proética.
En todos los casos, esta opción supera el 50%. Otra postura ("Porque si uno no paga, las cosas no funcionan") es la que alcanza el segundo lugar.
Otros dicen que es "como una costumbre" cometer estos actors de corrupción y la menor cantidad se refiere a las coimas como una "ayuda" para funcionarios que ganan poco.
Según la novena encuesta sobre este tema, elaborada para Proética por Ipsos Perú, el 72% de la población tiene una tolerancia media hacia el problema y 6% una tolerancia alta. Es decir, un 78% acepta convivir con el flagelo de la corrupción.