Aldo Ruiz Morote

Edmundo del Águila, congresista de Acción Popular, destaca que la es una medida favorable para la educación superior. Sin embargo, estima que esta norma puede mejorarse en el transcurso de los debates en la Comisión de Educación, de la cual es miembro.

Además, Edmundo del Águila cuestiona la modificación propuesta por la Célula Parlamentaria Aprista, pues considera que esta iniciativa representa un retroceso a los avances y las medidas realizadas con respecto a la Ley Universitaria.

Es miembro de la Comisión de Educación, ¿cuál es el debate más importante en el grupo?
Dentro de la Comisión de Educación lo principal que habría que hacer es consolidar bien y debatir bien el tema de la Ley Universitaria. Es el tema que hoy en día está al centro de la comisión, que tiene muchos detractores y muchas personas a favor, pero estoy seguro que una ley siempre es perfectible. Lo que se tiene que buscar es un consenso que permita hacer que finamente esta ley tenga el objetivo que busca, que es poder garantizar la calidad de la educación.

—¿Y de qué manera piensa hacer esos cambios significativos?
Primero, recogiendo aquellas falencias que indican que la ley ha estado mal y demostrarlas, dar a conocer esas falencias para poder mejorar el tema de la ley. Y segundo, hacer entender que los extremos nunca son buenos. Hoy en día tenemos una ley que probablemente represente un extremo, pero a su vez también hay personajes o congresistas que lo que desean es regresar a la situación anterior en la cual nos llevaría a ese caos educativo en la que estábamos inmersos en algún momento.

—¿Qué opinión le merece el proyecto de la bancada aprista que busca modificar la Ley Universitaria?
Yo creo que ese proyecto representa precisamente lo opuesto a lo que es la Ley Universitaria y se coloca al otro lado, al extremo contrario de la ley. Entonces, lo que se tiene que hacer es buscar un equilibro. Yo entiendo que hay preocupación y espero que esta preocupación sea una preocupación sana y no sea llevada o marcada por intereses sobre la ley.

—¿La propuesta de la bancada aprista sería negativa para la educación?
Lo que proponen es regresar a una situación anterior, en la cual había una independencia [de las universidades] pero que muchas veces no se manejaba con independencia, sino que estaba sometida a intereses. De otro lado, lo que ellos quieren es otorgar un licenciamiento a perpetuidad. Es decir, una vez otorgado el licenciamiento, que las universidades no vuelvan a sacar otro. Pero hay que tener un proceso, un intermedio que asegure que las universidades puedan cumplir ya permanentemente el tema del licenciamiento.

—Mesías Guevara lo acusa a usted y a los congresistas García Belaunde y Armando Villanueva de querer provocar un cisma dentro del partido.
No, eso es mentira. Hoy en día, como toda organización política, el partido es una aglomeración de opiniones distintas. Como todo partido tiene indudablemente vertientes y alas distintas. Nosotros tenemos una manera de pensar y actuar distinta a las que tiene Mesías Guevara. Pero los que creemos en los partidos tenemos una gran ventaja, que es la Ley de Partidos Políticos, que te permite dar solución a aquellas discrepancias que tienes al interior para poder solucionarlas de forma civilizada. Eso es lo que hemos hecho, nosotros hemos acudido al Jurado Nacional de Elecciones y finalmente ellos, creo yo que de manera justa, nos han dado la razón.

—Guevara consideró que Alfredo Barnechea desvirtúa la ideología de Acción Popular y que sigue siendo un aprista.
No, eso no es cierto, porque todo el mundo tiene el derecho a la rectificación. Alfredo fue militante aprista, seguidor y de repente pensador aprista en sus inicios, pero hoy en día, y gracias a que conoció a Fernando Belaunde, logró un vuelco, un cambio dentro de su forma de pensar y actuar en la política.  

—¿Barnechea estaba preparado para ser presidente del Perú?
Yo creo que lo demostró en campaña. Finalmente, los temas que él tocó fueron temas que estuvieron en agenda. Cuando habló del tema del gas, sobre la no renegociación del gas; el tema de volver a las viviendas sociales; el tema de la exoneración tributaria para poder potenciar todas las clases medias... Siempre las propuestas han estado ahí, sobre el tapete.

—Durante la campaña a la alcaldía de Lima del 2014, en la que participó, dijo que de ser elegido continuaría con el proyecto de Vía Parque Rímac. ¿Fue un error de Luis Castañeda Lossio haber paralizado este proyecto?
No solamente eso, creo yo que las buenas obras deben continuarse. No hay que ver la política como un escenario de mezquindad sino, por el contrario, verla como una posibilidad o un canal para darle beneficios a la ciudadanía. Esta paralización hace que esta obra tenga una tercera gestión y aún no esté concluida. La empezó Castañeda, Villarán la continuó y hoy en día Castañeda la paraliza y va a tratar de retomarla. Entonces, creo que la ciudadanía no puede estar sujeta a la voluntad y a los malos matices que malas autoridades entregan.

Edmundo del Águila considera que la gestión del alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, no está siguiendo una planificación a futuro para la ciudad. (Foto: Percy Ramírez / El Comercio)

—¿Qué opina de la actual gestión de Castañeda?
Él, al no continuar con la obra de su antecesor, se convierte en una persona mezquina. Esta gestión es muy propia y muy característica del actuar de Castañeda, es decir, una gestión llevada a cabo de obras de infraestructura pero sin un horizonte, sin un norte. De nada sirve construir un by-pass cuando antes y después va existir tráfico. No hay una planificación por tocar el tema del transporte.

—¿Tiene intenciones de postular nuevamente a la alcaldía de Lima?
Sí, me gustaría en algún momento, claro que sí. Es un tema que ha quedado pendiente.

—¿Qué necesita Lima?
Primero, se necesita algo que se ha perdido hace mucho tiempo y que lamentablemente el gobierno de Fujimori lo perdió, lo canceló y hoy en día se está retomando, que es un tema de planificación. Para poder administrar una ciudad como Lima, de casi 10 millones de habitantes, tenemos que tener en claro hacia dónde queremos llevar a Lima, cómo queremos que vean a Lima y, en función a eso, poder darle solución a los problemas álgidos y sensibles, que básicamente son dos: el transporte y la seguridad. Inclusive, me atrevería a decir que hay otro tema adicional que es el tema de la vivienda. La municipalidad debería de coordinar bien con el gobierno central para retomar ese rol promotor de planificador en cuanto a viviendas.

—¿Qué opina de su labor parlamentaria en estos meses? ¿Cómo evalúa el rol de Acción Popular?
Yo me siento bastante satisfecho. Somos una bancada bastante consistente, en la que los cinco integrantes tenemos la misma formación. Es decir, tenemos muchas cosas de pensar de forma muy particular, lo cual hace que seamos muy cohesionados. Las discrepancias las limamos al interior, pero siempre de forma pública lanzamos una sola voz.

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