La historia, en rigor, empezó el último sábado 3 de octubre en Charleston, Carolina del Sur; pero haremos un ‘flashback’ a una cena en los primeros meses del 2011, en el departamento de Mario Vargas Llosa (MVLl), en Barranco.
¿Qué pasó en Charleston? La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) invitó a MVLl a su Asamblea General 71. Durante el evento, Andrés Oppenheimer le hizo una entrevista sobre temas de libertad de expresión y política internacional. No faltó, por supuesto, una pregunta sobre la campaña peruana al 2016. “¿Las elecciones van a legitimar la dictadura o van a legitimar la corrupción? Espero que no ocurra”, respondió Vargas Llosa, aludiendo, sin lugar a dudas, a Keiko Fujimori y a Alan García. Ampliando su respuesta, añadió: “Todo lo que ha salido de la corrupción en el gobierno de Alan García de los últimos tiempos ha sido terrible”.
Vargas Llosa, al igual que hizo al inicio de la campaña del 2011, hablando de la elección entre “el sida y el cáncer terminal” –refiriéndose a Keiko y Humala–, había establecido una nueva dicotomía entre dictadura y corrupción. Pero esta vez no tendría que optar por uno de los extremos, como hizo la campaña pasada con Humala. Sus simpatías, como también lo dijo en Charleston, ya están definidas: “Tiene buena capacidad y es el mejor preparado de todos. Tiene experiencia tanto en la empresa privada como de gobierno. Sin ninguna duda, me gustaría Kuczynski”.
Alan se pica y replica
Alan García –faltaba más– se picó y replicó. El martes 6 de octubre, a la salida de un evento, declaró a los periodistas que se acercaron y le preguntaron por la nueva dicotomía de MVLl: “En marzo del 2011, en su propia casa, el señor Vargas Llosa me dijo que Pedro Pablo Kuczynski no debía ser candidato por ser lobbista y por ser norteamericano, por eso me sorprenden sus declaraciones”.
Unos días después,el domingo 11, PPK, en el programa “Agenda política” de Canal N, le dijo al periodista Enrique Castillo que lo dicho por García era una “mentira y un invento total”, pues él había estado en aquella ocasión. Evidentemente, PPK se confundió de cena, pues estaba claro, en la versión de García, que la supuesta declaración de MVLl se dio en ausencia del mentado.
García envió una nota a Castillo (“Perú 21”, 12/10/2015)donde decía que PPK estaba confundiendo una cena de tiempo atrás en casa del embajador Carlos Pareja. E insistió en su versión y puso de testigo al empresario Ricardo Vega Llona. El siguiente domingo 18, en una entrevista que le hice en El Comercio, tras la pregunta en la que le comenté “Vargas Llosa habló de ‘dictadura y corrupción’ y usted reaccionó airado con una infidencia”, respondió: “¿Por qué infidencia? En una cena en su casa, Mario Vargas Llosa dijo que Kuczynski no debería ser candidato porque era lobbista, negociante y norteamericano, y que perdería de todas maneras las elecciones. Hay testigos y, para mi asombro, insistió varias veces”.
Las mil y una noches
La insistencia de García por invocar aquella cena de otra época y de otra campaña merece una reconstrucción. Hasta donde pude averiguar, MVLL invitó a su departamento barranquino a García, entonces presidente en ejercicio, y a amigos comunes como Ricardo Vega Llona y su esposa, Fernando de Szyszlo y Mariella Pinto (actual gerenta de Cultura de la Municipalidad de Lima). También estuvieron Patricia Llosa y el matrimonio Luis Llosa y Roxana Valdivieso, quienes se retiraron temprano.
Según lo declarado por García, la cena ocurrió en marzo del 2011. Sin embargo, luego de la entrevista que le realicé, le pedí mayor precisión de fecha y me dijo que recordaba que Vargas Llosa lo invitó a su espectáculo “Las mil y una noches” en el auditorio de la Universidad de Lima, tras el cual se produjo la cena. Pero resulta que solo hubo dos funciones de MVLl contando historias al lado de Vanessa Saba en la UL: el jueves 7 y el viernes 8 de abril. Las elecciones en primera vuelta fueron el domingo 10. Era inevitable hablar de política y de candidatos en esa mesa. Como recuerdan, Keiko Fujimori era la favorita y Humala había experimentado una gran escalada, colocándose ambos para la segunda vuelta. Pero quienes no simpatizaban ni con uno ni con la otra, como parecía el temperamento extendido en esa mesa, todavía apostaban por las probabilidades de Alejandro Toledo o PPK en las vísperas.
Hablé con Vega Llona y con De Szyszlo. Ambos recuerdan que la cena fue próxima a las elecciones, pero no pueden precisar el día. Vega Llona me dijo lo siguiente: “No me puedo acordar , pero el comentario de Mario iba por ese lado. Él apoyaba la candidatura de Toledo, yo apoyaba la de PPK”.
De Szyszlo me confirmó que estuvo en la reunión, pero que no recuerda bien lo que se dijo. Por cariño al anfitrión y por sus simpatías tanto con Alan como con PPK, se excusó de realizar cualquier comentario. Mariella Pinto, actualmente fuera del país, me contestó por correo: “Efectivamente estuve en la comida en casa de MVLl, pero no recuerdo haber escuchado esa conversación”.
Vargas Llosa duplica
Por supuesto, esta crónica no estaría completa sin la versión de Mario Vargas Llosa. Le escribí pidiéndosela y al cabo de dos días me envió su respuesta:
No recuerdo todo lo que hablamos en aquella cena en mi casa pero sí le puedo asegurar que nunca dije sobre Pedro Pablo Kuczynski las cosas que Alan García me atribuye. Kuczynski es un viejo amigo y jamás me hubiera expresado de él de esa manera vulgar e indigna. Vi con simpatía su candidatura en aquella ocasión, como la veía el propio Alan García, y recuerdo que el día de las elecciones, antes de que se diera el fallo definitivo, García me llamó a mi casa para decirme que habían quedado como finalistas para la segunda vuelta Ollanta Humala y Keiko Fujimori. Recuerdo clarísimamente que ambos lamentamos que PPK hubiera quedado fuera de la segunda vuelta. Por fortuna, Humala moderó su posición política y cumplió con lo que nos ofreció a quienes lo apoyamos en esa segunda vuelta. No entiendo por qué el presidente Alan García miente de esa manera tan flagrante en este caso. Tal vez, exasperado porque no levanta en las encuestas y porque esta vez ve muy difícil su reelección. Yo la creo imposible.
Un cordial saludo de
Mario Vargas Llosa
Lee la crónica completa en la edición impresa de El Comercio.
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