Si hay algo en lo que han coincidido los principales líderes políticos este año es en que han mantenido una baja aprobación a lo largo de los últimos meses.
Sin embargo, al finalizar el 2018, es el ex presidente Alan García el que registra la menor aprobación: 8%, dos puntos porcentuales menos que en noviembre. Y también la más alta desaprobación: 88% [ver infografía].
En cuanto a desaprobación, la segunda cifra más alta es 81% y le corresponde, según la encuesta de El Comercio-Ipsos, a la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.
Precisamente, ambos son investigados por el fiscal José Domingo Pérez, del equipo especial del Ministerio Público para el Caso Lava Jato.
Y si bien Julio Guzmán, Verónika Mendoza y Alfredo Barnechea tienen mayor popularidad, esta ha estado por debajo del 30% durante el actual gobierno.
En ese contexto, el analista político José Carlos Requena considera que García no logró ubicarse como una personalidad importante en el terreno político, sobre todo tras quedar quinto en los comicios del 2016. Asimismo, sostuvo que se habría reducido el voto duro de la lideresa del fujimorismo.
“Un claro indicador de la pérdida de arrastre de Keiko Fujimori es que sigue en la cárcel”. Añadió que las críticas que se han hecho a la medida no han impactado en la población. “Y en el caso de García, la negación de asilo lo golpeó severamente, en la retina de la gente quedó como un intento de huir de la justicia”, manifestó.
En cuanto a Guzmán, Mendoza, Barnechea y Acuña, refirió que su posicionamiento dependerá de la identidad que planteen frente al fujimorismo y el propio gobierno de Martín Vizcarra.
Para el politólogo Jorge Aragón, “es muy improbable que Fujimori y García sean figuras políticas gravitantes en los próximos años”.
Sobre los otros líderes políticos, refirió que la expectativa permanece sobre ellos en base a que pueden representar “alternativas de cambio”.
Sin embargo, advirtió: “Estamos aún lejos de la próxima coyuntura electoral. Llegan a un momento en el que hay temas que a la población le interesan, entonces deberán tener presencia, pero además [deberán] leer bien el nuevo estado de ánimo”.