“A ver quién tira la primera piedra”, remarca Araoz en alusión a las investigaciones fiscales por el Caso Lava Jato. (Foto: Alessandro Currarino/El Comercio)
“A ver quién tira la primera piedra”, remarca Araoz en alusión a las investigaciones fiscales por el Caso Lava Jato. (Foto: Alessandro Currarino/El Comercio)
Diego Chirinos

Antes de iniciar esta entrevista, dice que está agotada con lo que sucede alrededor del gobierno del cual es vicepresidenta y primera ministra. Califica de una experiencia “mala y dolorosa” aquella que enfrentarán el próximo jueves: un segundo pedido de vacancia presidencial. Señala además que está contando los votos de una decisión que puede definir el futuro del gobierno.

—El Ejecutivo tiene diversos frentes abiertos: el pedido de vacancia, la relación tirante con el Congreso, la declaración del presidente ante la Comisión Lava Jato. ¿Cómo evalúa todo lo que viene sucediendo?
Me sorprende no tener criterios de responsabilidad frente a la población. Nos descalifican en las encuestas tanto al Ejecutivo y más al Legislativo. En un país con todas las oportunidades, las estamos perdiendo por una guerra de tronos. Todos quieren arrancharse un pedazo de poder y no están preocupados en para qué sirve.

—Hace poco señaló que después de ser vicepresidenta y primera ministra terminaría su carrera política. ¿Se arrepiente de esta experiencia?
No me arrepiento. Sí creo que es una mala y dolorosa experiencia. Nunca he visto un Congreso donde no puedas conversar con la oposición. Hay una actitud de bloqueo. Por ejemplo, pedí facultades y la mayoría me dijo que no me iba a recibir para conversar. Eso no es hacer política.

—Otras bancadas, si bien accedieron a conversar, remarcaron que habían perdido la confianza por el indulto al ex presidente Alberto Fujimori.
Las bancadas de izquierda tomaron una decisión equivocada. Nosotros no negociamos. Hubo una decisión presidencial. No estaba en manos del Gabinete y menos de la bancada.

—Indultar a Fujimori en plena vacancia se prestaba, por lo menos, para pensar en que hubo una negociación.
Sí, se puede prestar. Yo, de hecho, hubiese dudado muchísimo para indultar a Fujimori. El presidente reconoce que esa decisión le ha costado.

—Más allá de lo sucedido en torno a la oposición, ¿cuál es el mea culpa del Ejecutivo ante la actual crisis?
Yo he tratado de tender puentes con todos los partidos políticos y el presidente también. Nuestra gestión no es perfecta. Tratamos de cumplir nuestros compromisos, pero es difícil cuando la contraparte no está dispuesta a mirar un objetivo común.

—¿Hay alguna autocrítica respecto a todas las veces en las cuales el presidente negó que haya tenido vínculo alguno con Odebrecht?
El presidente tuvo un discurso en el que pudo ser más cuidadoso. Explicitar un poquito más el tema del vínculo, que no ha sido directo, sino que ha hecho trabajos para una empresa que le daba servicios a Odebrecht en particular. Él no trabajó para Odebrecht y muchas cosas que dicen que hizo eran las gestiones del señor Gerardo Sepúlveda bajo el manto de la empresa propiedad del presidente. Él, como accionista, recibía sus dividendos.

—El presidente dijo que no tuvo ningún vínculo con Odebrecht, nunca.
Pudo haber sido más cuidadoso. Pero, como digo, el accionista no siempre sabe qué está haciendo la gestión de la empresa. El presidente trabajó para Odebrecht en un solo caso, a través de First Capital. Dando un servicio a otro. Quizá no lo recordaba, no lo tenía suficientemente ordenado, pero no ha hecho ningún acto que implique corrupción. La mejor prueba de que no es un dinero sucio es que todo fue bancarizado acá y en Estados Unidos.

—¿Coincide en que puede no ser un dinero sucio, pero sí un conflicto de intereses?
Bueno, debió de ser más cuidadoso al explicitar estos temas. Pero eso no lo hace un incapaz moral. Esa no es una actitud para juzgarlo de esa manera.

—Un informe de la UIF señala que First Capital y Westfield Capital transfirieron US$3 millones al presidente entre el 2005 y el 2017. Parte de esa cantidad tendría como origen servicios brindados a Odebrecht. ¿Qué explicación tiene el Ejecutivo?
Westfield es una empresa del presidente. Tiene acciones en otras empresas y muchos de esos recursos pasan por ahí. Es como si fuera una cuenta bancaria. En todo caso, están hablando de un período donde el presidente ha estado entrando y saliendo del gobierno. Ha recibido plata de sus acciones o pagos de cuando estaba en la actividad privada.

—Los US$3 millones pasan por Westfield Capital y First Capital, pero parte de su origen estaría en pagos de Odebrecht a esas empresas.
No necesariamente.

—Según la UIF, sí.
Eso no está tan claro. Él tiene muchas otras fuentes de ingreso en ese período. No tienen cómo asegurar que son fondos de Odebrecht. Y si alguno lo fuera, son pagos de dividendos de cosas que ha podido hacer el señor Sepúlveda cuando el presidente no ha estado. Porque el señor Sepúlveda sí ha tenido una relación comercial con Odebrecht; el presidente, no.

—En el 2005, Kuczynski fue ministro de Estado y presidente del Consejo de Ministros. ¿Pudo recibir fondos originados en una empresa que contrataba con el Estado?
No tengo por qué saber los detalles. Pero entiendo que hay un error en el tema de las fechas del informe de la UIF. Lo que puedo decir es que el presidente, durante todo ese año, recibe muchos más fondos en Westfield Capital a través de sus otras fuentes de ingreso familiares: acciones, su fondo de pensiones, etc.

—¿Para usted el presidente no incurrió en falta alguna?
Hay información muy preliminar. Información que además se difunde a la prensa. Eso es terrible porque puedes vincular a personas inocentes. ¿Le han preguntado al presidente qué pasó o qué otras fuentes de ingresos había? Esas son las preguntas que hay que hacernos. Soltar una información así es temerario, además de ilegal. Estoy casi segura de que él lo va a aclarar. Es una persona correcta.

—¿Cree que el presidente deberá ser juzgado?
Sí. Y será la fiscalía la que hará la aclaración, pero yo no puedo juzgarlo por informes periodísticos. Esto me suena a una actitud lapidaria. Y a ver qué pecador tira la primera piedra, porque también podría hacer lo mismo con los informes sobre los demás partidos políticos. Esto de filtrar la información de la UIF nos pone en riesgo internacional frente a los acuerdos que tenemos en materia de intercambio de información. No van a confiar en nosotros. Si le pasa al presidente, le puede pasar a cualquiera.

—¿A qué atribuye esa filtración?
Quieren generar una conmoción frente a la opinión pública. Decir: “Mira él es corrupto, alinéate conmigo”. Y, sí, parece que les falta votos [para la vacancia] o quieren ocultar algo. Está saliendo información de lo que dice Jorge Barata sobre otros partidos políticos, cosa que yo también critico porque no sé cómo se filtra. Pero quieren taparla diciendo “el presidente es más corrupto”.

—¿Considera que el presidente superará un nuevo pedido de vacancia presidencial?
Sí y va a significar un nuevo balance. Una necesidad de articular más con miembros del Congreso que no sean oposición recalcitrante. Vamos a encontrar espacios de diálogo otra vez.

—¿Han obtenido el compromiso de alguna de las bancadas para votar en contra de la vacancia?
Hay gente que va a estar de nuestro lado, no puedo decir quiénes. Gente con la que se puede conversar en el Congreso y que son demócratas. Esas conversaciones nos llevan a compromisos futuros de trabajo conjunto. Un trabajo tanto parlamentario como de acompañamiento. No digo sin críticas o sin control, sino un trabajo como debe ser.

—Se habla de posibles abstenciones en Fuerza Popular. ¿El congresista Kenji Fujimori ha conversado con ustedes sobre esa posibilidad?
He conversado con él. Tiene su grupo que está dispuesto a acompañar, evidentemente, por la democracia y la gobernabilidad. Ya ha habido una muestra como la abstención del señor Miguel Elías [en la votación de la admisión a trámite] y hay otros más.

—¿Les ha garantizado algún número de votos específico?
Nada es garantizado, pero sé que hay gente que va a mirar esto con esa profundidad. Nuestro compromiso, pasada esta situación difícil, es sentarnos otra vez a conversar con todos. Incluyendo al fujimorismo.

—Aquí apelo a su sinceridad. ¿Se cansó del tema de Martín Vizcarra?
De que me lo pregunten todos los días [ríe]. No tengo por qué hablar por nadie. Nuestro deber como plancha es soportar la gobernabilidad. Fuimos elegidos los tres juntos para dar seguridad al país de que nuestro gobierno duraba hasta el 2021. El gobierno es el de Pedro Pablo Kuczynski con su partido Peruanos por el Kambio.

—La plancha estuvo unida en la campaña y en los primeros meses del gobierno Vizcarra tuvo un rol activo. ¿Cómo se llega a esta situación de incertidumbre en torno a su figura?
Todos dicen que lo hemos aislado, que lo hemos botado. Eso es totalmente falso. Al contrario: el presidente, para reemplazar a Fernando Zavala, primero pensó en Martín Vizcarra. Nadie lo sacó. Él dijo que quería bajar un poco el ruido.

—¿Él eligió irse a Canadá?
Él eligió irse con su familia a Canadá y es respetable. Pero fue la primera persona en la que el presidente pensó porque le tiene mucha confianza. Y yo fui una de las que le dijeron: “Martín tiene que ser”. Martín prefirió que no.

—¿Por algún motivo particular?
Decía que no quería exponer al gobierno a un ruido político después de lo que pasó con lo del aeropuerto de Chinchero. Y lo hizo de buena fe. Eligió irse como embajador a Canadá.

—El oficialismo, en general, le pidió un pronunciamiento. ¿Buscaban que dijera algo sobre la vacancia o que se comprometiera a renunciar ante ese escenario?
Nadie le pidió que se pronunciara sobre una renuncia.

—No era explícito, pero ese parecía el mensaje.
El pedido era pronunciarse sobre todo después de lo que dijo la señora Keiko Fujimori. Hizo sentir que había un diálogo [con él] y que era la continuidad del presidente hasta el 2021.

—Si la decisión de Vizcarra fuera relevar al mandatario ante una eventual vacancia, ¿la respetarán?
Nadie le impone nada a nadie. Nuestro pedido era que dijera que no estaba de acuerdo con la vacancia, porque somos un equipo. Creo en lo que nos ha dicho: que sigue en Canadá comprometido con su trabajo. No ha sido explícito respecto a una renuncia.

—Dijo que renunciaría en caso de que vaquen al presidente. Si fuese convocada por Vizcarra, ¿aceptaría formar parte de un gobierno suyo?
Continuar en el gobierno si vacan al presidente sería volverme títere de un modelo de gestión que a mí no me gustaría. Porque, después de la vacancia, olvídate de la fiscalía, del Tribunal Constitucional, de la libertad de prensa y de todas las demás cosas.

—De superar la vacancia, ¿Martín Vizcarra continuará siendo embajador del Perú en Canadá?
Me imagino, ¿no?

—Se lo pregunto porque el vocero de la bancada oficialista, Gilbert Violeta, pidió que sea retirado del cargo y que venga a articular el diálogo con el fujimorismo.
Cada uno es responsable de sus palabras. Yo no tengo nada que juzgar. No he conversado con nadie de ese tema.

—¿Susana de la Puente también seguirá como embajadora?
Ella se ha puesto a disposición de la fiscalía para ser investigada.

—¿Qué balance hace el gobierno de la declaración del presidente Pedro Pablo Kuczynski ante la Comisión Lava Jato?
Espero que haya sido respetuosa y que no haya habido ninguna escena. Vinieron las personas que estaban en la lista, con las características de intercambios que hubo entre instituciones. Pudieron venir con sus celulares, tablets y con su equipo técnico. Espero que no se filtren cosas, pero, en todo caso, está todo grabado también.

—¿Sigue creyendo que esa comisión carece de legitimidad?
Sí creo que el tema de filtrar información y perseguir a un solo actor no hace una investigación pareja. Todo es Kuczynski. Ojalá que continúe con una presidencia más independiente.

—¿Eso implicaría una presidencia ajena al fujimorismo?
Así es. Porque yo he conversado con congresistas como Marisol Espinoza, quien fue bien explícita respecto a un proceso totalmente sesgado. Los congresistas que no piensan igual son arrimados, por decirlo de alguna manera.

—¿Podrían haber cambios en el Gabinete tras la votación de vacancia?
Todo es posible en estas circunstancias.

—¿Lo están contemplando?
No sé. Tenemos pocos meses todavía. Déjennos trabajar un poquito más [ríe].

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