(Foto: AFP)
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Diana Seminario

No logro entender a quienes se alegran del mal del otro. He sido y soy una crítica de los Humala-Heredia desde que ingresaron a la política activa, pero no puedo celebrar la desgracia ajena. Sin embargo, debe quedar muy claro que la decisión del juez Richard Concepción Carhuancho se ajusta a ley. El magistrado no solo desmenuzó las pruebas que configurarían el delito de lavado de activos que se atribuye a la pareja, sino que explicó que, dados sus constantes intentos de obstruir la justicia, la prisión preventiva es más que necesaria.

Hemos leído y oído las más variadas teorías conspirativas que apuntan a la supuesta injusticia de la detención. Sus defensores mediáticos de oficio insisten en que ha colaborado con las campañas de todos los candidatos importantes. Pero lo que no dicen es que este caso es solo uno de los elementos del supuesto ilícito de lavado de activos. Ante la teoría del “mal de muchos consuelo de tontos”, precisemos que los tres millones entregados por la empresa brasileña (campaña del 2011) tuvieron su origen en la oficina de sobornos de la constructora, nunca fueron declarados y habrían ido a parar a las cuentas personales de la familia . Además –fiel a su estilo–, primero negaron tal aporte para luego admitirlo diciendo que “no es delito”. Esa es la estrategia.

Conscientes de la irregularidad del dinero brasileño, consignaron 65 supuestos aportantes que resultaron ser “fantasmas”, pues consultados por la fiscalía negaron que hubieran colocado fondos a la campaña. ¿Más pruebas?

Si bien la estrategia humalista del 2011 fue sacudirse del ‘padrinazgo’ de Hugo Chávez para ponerse bajo el amparo de Lula y el Partido de los Trabajadores, convirtiéndose en ‘beneficiarios’ de Odebrecht, su conexión con el chavismo y sus ilegales vínculos les pasan hoy la factura. Durante la audiencia de prisión preventiva, el juez Concepción Carhuancho mencionó los fondos provenientes de Venezuela. Según un testigo protegido, en enero del 2006 los nacionalistas recibieron maletas con dinero en efectivo de manos de la chavista Virly Torres.

La situación legal de la ex pareja presidencial es un golpe bajo a la imagen de la política del país y revela cómo todo vale si se trata de que el candidato favorito del sector autodenominado “progre” llegue a Palacio de Gobierno. Los delitos que ahora se les imputan y de los cuales ya se hablaba ya se habían cometido antes de que se instalaran en Palacio de Gobierno, pero para sus defensores de entonces y de ahora, todo ello era parte de una “guerra sucia” y hasta se habló de un ‘plan Sábana’ para aniquilar la candidatura de Humala en el 2011.
Ni contubernios ni odios ni conspiraciones. Han pasado 11 años para que todas las sospechas queden plasmadas en la investigación del fiscal Germán Juárez Atoche, quien solicitó la prisión preventiva que finalmente el juez Richard Concepción determinó.

Desde aquí un homenaje a quienes no cejaron en su posición de que los Humala-Heredia no solo usaron el poder para su beneficio personal, sino que vislumbraron esta realidad mucho antes de que asumieran la presidencia. Mucho que reflexionar. Nada que celebrar.

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