En un mismo día, las puertas del hemiciclo le fueron temporalmente trancadas al primer ministro Salvador del Solar, el Congreso decidió elegir un nuevo magistrado para el Tribunal Constitucional (TC), pese a la advertencia de que ello acarrearía su disolución, y el presidente –como había anunciado– decidió disolverlo.
Existen días trascendentales en la historia de cada país. Días que, para bien o para mal, quedan marcados en la memoria colectiva de toda una nación. Con el paso de los años, se convierten en fechas ancla y empiezan a resumir procesos políticos que no se limitan a la fecha en la que ocurrieron. Ayer fue, con toda certeza, uno de esos días.
-Una advertencia-
La tormenta que se desató con la visita de Del Solar al Parlamento no estalló de improviso. Desde que el presidente Martín Vizcarra anunció el 28 de julio su proyecto para adelantar las elecciones al 2020, el Ejecutivo y el Congreso empezaron a bailar lo que terminaría convirtiéndose en la danza de la lluvia.
Mientras Vizcarra aprovechaba sus presentaciones públicas para declarar contra el Parlamento apelando al sentimiento del pueblo, la Comisión de Constitución del Congreso le daba largas a un debate que, según los analistas consultados por este Diario en su momento, ya tenía un pronóstico claro: el archivo.
La primera nube negra de esa batalla apareció cuando la mayoría parlamentaria decidió finalmente ejecutar ese plan. El Gobierno se vio obligado a dar una respuesta de emergencia, que no versó sobre ninguna medida específica, pero dejó claro que estaba dispuesto a desatar las fuerzas que estuvieran a su alcance para responder al Congreso. Del Solar se presentó ese día ante el país, pero no realizaron ningún movimiento.
-Preparados para lo peor-
El viernes, el presidente anunció en mensaje a la nación que presentaría una cuestión de confianza para cambiar las reglas de elección de los magistrados del TC. Una fuente cercana a su círculo íntimo había contado previamente a este Diario que Vizcarra ya sabía que su propuesta de adelanto de elecciones sería archivada y había venido barajando opciones como esa desde hacía varias semanas.
Sin embargo, al tratarse de la tercera cuestión de confianza presentada por el presidente en menos de dos años, la oposición –que se había preparado para escenarios más radicales– asumió el anuncio como la reutilización de una carta gastada. “Nosotros pensábamos que cerraba el Congreso”, dijo a este Diario, con espíritu premonitorio, el vocero alterno de Fuerza Popular, Juan Carlos Gonzales.
Como los congresistas se habían pertrechado para enfrentar un huracán, el anuncio les cayó más bien como una mezquina lluvia tropical. Tanto las bancadas de oposición como los eventuales aliados de Vizcarra consideraron el gesto como una muestra de debilidad. No terminaría siendo, sin embargo, más que el capítulo intermedio de una crisis política en tres tiempos.
-Estalla la crisis-
La mañana de ayer, 30 de setiembre, el cielo se abrió y desató toda su furia. El primer estruendo se escuchó en el hemiciclo del Congreso, al que el primer ministro intentó ingresar cuando se dio cuenta de que no sustentaría su pedido de confianza antes de que se eligieran a los nuevos magistrados del TC.
En una escena que quedará en el archivo audiovisual de la política peruana, la puerta del hemiciclo le fue trancada momentáneamente para frenar su afán de ingresar a la sesión del pleno. Recién después de varios minutos, y ante la insistencia de varios parlamentarios, la puerta fue abierta. Del Solar pudo sustentar la confianza solo gracias a que el congresista de la Bancada Liberal Gino Costa le cedió la palabra.
El Congreso, sin embargo, no supo interpretar los signos del temporal que venía. La mayoría parlamentaria hizo caso omiso al pedido del primer ministro y eligió a un nuevo magistrado del TC antes de suspender la sesión. Vizcarra ya había anticipado el día anterior, en entrevista con “Cuarto poder”, que esto acarrearía el cierre constitucional del Parlamento. La actitud que este tomó lo dejó sin otra opción política que cumplir su advertencia.
“Pueblo peruano, estamos haciendo historia. Este momento lo recordarán las siguientes generaciones, y cuando lo hagan espero que entiendan la magnitud de esta lucha que hoy libramos”, diría Vizcarra horas después. A las 5:40 de la tarde, anunció la disolución del Congreso de la República.
-La policía y las FF.AA.-
Hace 27 años que los peruanos no escuchaban la palabra “disolver” en televisión nacional y con el énfasis que ayer se le ha dado. Esta vez el presidente ha interpretado la denegación de dos confianzas consecutivas como un motivo constitucional para cerrar el Congreso.
“Ante la denegación fáctica de la confianza, y en respeto irrestricto de la Constitución, he decidido disolver constitucionalmente el Congreso y llamar a elecciones de congresistas de la República. Este es un acto constitucional previsto en el
artículo 134 de la Constitución”, especificó Vizcarra en el momento político más importante de los últimos años.
La tempestad, sin embargo, todavía no parece estar ni cerca de haber terminado. “Espero que esta medida excepcional permita que la ciudadanía finalmente se exprese, y defina en las urnas el futuro del Perú”, dijo Vizcarra. Horas después, el Congreso votó una moción para suspenderlo por 12 meses –no alcanzó los 87 votos necesarios para vacarlo– y tomó juramento a Mercedes Araoz como presidenta encargada por el Legislativo.
Mientras tanto, en Palacio de Gobierno, Vizcarra nombraba como nuevo primer ministro, ante la caída del Gabinete Del Solar, a su exministro de Justicia Vicente Zeballos. Este Diario ha podido confirmar que los ministros de Economía y Relaciones Exteriores no continuarán en el nuevo Gabinete.
Posteriormente se publicó en el diario oficial “El Peruano”el decreto supremo del Ejecutivo que declara oficialmente la disolución del Congreso de la República y la convocatoria a la elección de un nuevo Parlamento para el domingo 26 de enero del 2020, a fin de completar el período constitucional del Congreso disuelto.
Anoche, la Policía Nacional del Perú y las Fuerzas Armadas anunciaron que reconocían a Vizcarra como único presidente del país.
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, César Astudillo, los jefes de las Fuerzas Armadas (Marina de Guerra, FAP y Ejército Peruano), así como el comandante general de la Policía Nacional, José Luis Lavalle, participaron ayer en una reunión en Palacio de Gobierno y posteriormente emitieron comunicados de respaldo al mandatario.