En el Frente Amplio pasó lo que se preveía: Verónika Mendoza terminó por consolidar su bloque de congresistas y con ellos comenzará la recolección de firmas para la inscripción legal de su nuevo movimiento que lleva el nombre de Nuevo Perú. Con las posiciones fijadas, son nueve los congresistas que cruzaron la línea en esta nueva aventura electoral de la ex candidata presidencial.
Los otros 11 legisladores integrantes de la bancada no se unieron al proyecto de Mendoza y reafirmaron su lealtad a Marco Arana, vocero parlamentario y líder de Tierra y Libertad, grupo dueño de la inscripción legal del denominado Frente Amplio.
El bloque de ‘aranistas’ es el más afectado con esta separación. Sufrió la baja de dos de sus miembros, Marisa Glave y Horacio Zeballos, quienes la semana pasada renunciaron públicamente –junto a otros 112 militantes– a Tierra y Libertad. Glave y Zeballos firmaron el pasado miércoles un pronunciamiento en el que se invocaba a la adhesión al nuevo partido de Verónika Mendoza, que inicia su recolección de firmas la próxima semana.
Sin embargo, no todo es color de rosa. De los nueve congresistas que acompañan a Mendoza en Nuevo Perú, la única firma que no aparece en el pronunciamiento es la de Indira Huilca. Esto a pesar de que Huilca pertenece al movimiento Sembrar, de la propia Verónika Mendoza. Fuentes consultadas sobre esta omisión se limitaron a decir que existieron “discrepancias internas” y que “ella deberá explicarlo”.
Ambos bloques han asegurado que mantendrán la convivencia legislativa. Marco Arana incluso le deseó “suerte” a Verónika Mendoza con su nuevo grupo y dijo confiar en un futuro “acuerdo electoral”. Pero su brazo derecho en la bancada, Wilbert Rozas, no reparó en acusar a Mendoza de haber propiciado la renuncia de los 114 militantes de TyL.
“Desde luego que la mano de ella [Mendoza] está allí y no creo que ella no esté actuando en todo esto”, aseguró.
—Repartición de bienes—
Como en todo matrimonio que se termina, la separación lleva consigo una repartición de bienes. En el caso del Frente Amplio, existen tres temas en disputa: el diezmo sobre el salario de los congresistas, el financiamiento público que recibirán del Estado a partir del 2017 y quién usará el nombre Frente Amplio en el 2021.
Para Alberto Quintanilla, todos los aportes deberían ir a una especie de fondo para distribuirse equitativamente entre los dos grupos. Esto no ha caído bien en el bloque ‘aranista’, porque en cantidad de miembros (11) predominan sobre los allegados a Verónika Mendoza (9). Es decir, los de TyL aportarían un poco más de S/17.000 mensuales y los de Nuevo Perú unos S/14.000. La otra opción que se evalúa en la bancada es que cada grupo maneje sus propios aportes con su respectivo líder.
Por la cantidad de votos obtenidos en la pasada elección, al Frente Amplio le corresponde recibir 2’342.000 soles de las arcas del Estado como parte del financiamiento público. ¿Se repartirá ese dinero entre los dos bloques teniendo en cuenta que Tierra y Libertad es el dueño legal de la inscripción electoral del Frente Amplio?
“Habrá una polémica”, admite Quintanilla. “Lo correcto sería que ninguno de los dos se aleje y tenga que llevarse una parte. En el eventual caso de que se rompa en dos el frente, sería otra situación”, alega. Luego de reflexionar unos minutos, continúa: “Tiene que respetarse la proporcionalidad. Mitad, mitad cada uno”.
¿Y el nombre Frente Amplio? Quintanilla asegura que “es el nombre de todos” y que si se lo adueña un solo grupo deja de ser un frente. La pregunta que queda en el aire y nadie de ese frente se atreve a responder es: ¿Llegarán juntos para las elecciones del 2021? Fuentes de Tierra y Libertad sostienen que –más que una alianza con Mendoza– lo que sí ha avanzado son las conversaciones entre Marco Arana y Gregorio Santos.
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— Política El Comercio (@Politica_ECpe) 21 de noviembre de 2016