Juráis por todas las banderas: no hay peruano al 100% [CRÓNICA]
Juráis por todas las banderas: no hay peruano al 100% [CRÓNICA]
Fernando Vivas

Todos ellos son peruanísimos, productos made in Perú de nuestros amores y odios, logros y frustraciones, altas y bajas pasiones, del sancochado de todas las sangres nativas y extranjeras. Sin embargo, su  peruanidad ha sido puesta en duda por caprichosas razones: por un pasaporte extraño, por una nacionalidad que adoptaron sin abjurar de la suya que es la nuestra, por su ascendiente, su matrimonio, sus estudios, sus intereses.

La primera vez que sentí jaleo porque se dudó de la peruanidad de un grande fue en 1992. Tras el autogolpe del 5 de abril de 1992, , desde su exilio europeo, declaró incendios contra y pidió sanciones internacionales contra su régimen. La réplica fue pura inquina montesinista: crearle una imagen de descastado y soltar el rumor de que podría quitársele la nacionalidad peruana.

Todo ello llevó a MVLl a solicitar la nacionalidad española, que se le concedió rápidamente. Al agradecer las gestiones personales del presidente Felipe González, Vargas Llosa ironizó: “Corría el peligro de convertirme en un paria” (“El País”, 3/7/93).

Aunque dejó en claro que no abjuraba de su peruanidad, recrudeció la inquina contra él. Sin embargo, en las siguientes temporadas, ironías de la patria se clavaron contra sus enemigos políticos.

Alan colocho
y el Apra apoyaron entusiastas a Fujimori en la campaña de 1990, con tal de cerrar el paso a MVLl. La fiesta duró muy poco a los apristas, pues el fujimorismo decidió perseguir a García asociándolo a delitos de corrupción durante su primer mandato. El plan del golpe del 5/4/92 incluía acciones de amedrentamiento contra él. Avisado de su posible detención, este huyó por los tejados y pidió asilo a la embajada colombiana. Pudo viajar a Bogotá y en junio el gobierno de César Gaviria le concedió el asilo.

Las acciones contra García, ya judicializadas, continuaron con un pedido de extradición que Colombia rechazó en febrero de 1993. En noviembre de ese año, el abogado colombiano de García, Ernesto Amézquita, hizo una explosiva declaración a Radio Caracol: “[Alan García] me solicitó que iniciáramos los trámites para lograr su nacionalización” (El Comercio, 1/11/93). Inmediatamente arreciaron las críticas a García, acusándolo de querer evadir a la justicia peruana con otra nacionalidad que lo protegería de nuevos intentos de extradición.

García, desde París, desmintió a su abogado, admitiendo que conversó informalmente con autoridades colombianas, pero que no hizo ninguna solicitud. El incidente se cerró con un  HNHNJM,mí Sacín, aclarando que García le había formulado un pedido oral, pero que no había iniciado un trámite formal.

Tapar el sol naciente
El ascendiente japonés jugó a favor de Fujimori. Se lo vio como el ‘chinito’ honrado y de cálculo industrioso. Hasta que tuvimos un primer atisbo de su doble nacionalidad en fuga: tras el frustrado golpe de noviembre de 1992, nos enteramos –por una conversación interceptada– que pensó refugiarse en la embajada de Japón. Pero no fue hasta julio de 1997 que Cecilia Valenzuela en “Caretas” denunció que su mandato podría ser inconstitucional si se confirmaba que había nacido en Japón.

La defensa de Fujimori desmintió rápidamente esa posibilidad, pero tuvimos la pista para confirmar su doble nacionalidad. El 19/11/2000, desde Asia, renunció a su mandato en una carta dirigida al presidente del Congreso, Valentín Paniagua. Su nacionalidad japonesa le permitió evadir los requerimientos de la justicia hasta que se aventuró a dejar Tokio, paró en Chile y lo extraditamos.

, su hija y cabeza de todos los sondeos al 2016, ha asegurado que no tiene nacionalidad ni pasaporte japonés, ni estadounidense en virtud de su matrimonio con Mark Villanella. “Ni japonesa por mis abuelos ni gringa por mi esposo”, tuiteó el 15/8/15, respondiendo a un dardo de .

Un ojo de la cara de PPK
Una nueva ola de debate electoral patriótico fue provocada por PPK. Ya había surfeado una ola similar en el 2011 y, antes, varias otras durante su gestión como ministro de Economía y primer ministro del toledismo.

Antes de jurar en el 2001, sus enemigos esgrimieron su doble nacionalidad y él replicó que tenía pasaporte de EE.UU. debido a su matrimonio con la norteamericana Nancy Lange. También podría tener el alemán y el suizo, por la nacionalidad de sus padres Kuczynski y Godard. Pero tiene el gringo, que tanta roncha saca debajo del trópico.

La doble condición de PPK reapareció, dramáticamente, en el 2005, cuando el difunto Javier Diez Canseco lo acusó de infringir la Constitución, pues la nacionalidad estadounidense obligaba, aparentemente, a renunciar a cualquier otra. Su abogado, Jorge Santisteban, admitió que PPK hizo un juramento que podía ser entendido como una renuncia a la primera patria, pero tal era un mero procedimiento retórico. De lo contrario, EE.UU. no admitiría la doble nacionalidad.

Lo polémico en el caso de PPK no es tener dos pasaportes, sino haber prometido en la campaña del 2011 devolverlo y no haberlo hecho.

“Siempre he dicho que la presidencia de la República es incompatible con el pasaporte de otro país” (El Comercio, 24/3/11), dijo al sustentar su promesa.

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