Marcha llegó hasta el frontis del Congreso de la República. (Foto: Jorge Malpartida / El Comercio)
Marcha llegó hasta el frontis del Congreso de la República. (Foto: Jorge Malpartida / El Comercio)
Diana Seminario

El primer ministro obtuvo apenas 46 votos a favor después de su presentación en el Parlamento en lo que se denomina la investidura al nuevo Gabinete. Si bien el titular de la logró la confianza, no convenció ni a sus más conspicuos admiradores. Los votos en contra y las abstenciones sumaron más que las 46 adhesiones alcanzadas. La mayoría simple salvó al actor.

“Vengo a hacer un llamado sobre lo que debieran ser nuestras prioridades…”, dijo el jefe del Gabinete durante su discurso, que consta de 31 páginas, pero que no esbozaba ni una palabra del conflicto en Las Bambas, latente al momento de su presentación.

Si bien el sábado por la noche se anunció con gran entusiasmo que se había alcanzado un acuerdo con los comuneros de Fuerabamba, ayer su nuevo asesor Jorge Paredes Terry anunció que este lunes aún no se liberaría la vía. Según Paredes, Gregorio Rojas se equivocó al firmar el acuerdo y este lo deberá consultar a los dirigentes de las comunidades. Estamos advertidos.

Tras lo leído y escuchado el jueves pasado, Del Solar tiene invertidas las prioridades, o lo que realmente resulta importante para un país. Habla de que los “niños y niñas deben crecer sanos para que cuando sean jóvenes puedan desarrollarse de manera integral”, pero está plenamente de acuerdo –y hasta celebra–, que los escolares peruanos sean adoctrinados en la ideología de género.

Del Solar anunció en el Parlamento la publicación de la política nacional de igualdad de género, “esta publicación se une a la sentencia de ayer de la Corte Suprema que declaró infundada la demanda interpuesta contra el enfoque de género en el currículo nacional. Un enfoque que seguiremos defendiendo, así como la defensa de los derechos de las mujeres”. La sentencia de la corte se dio el miércoles. Del Solar se presentó en el Congreso el jueves.

Nadie puede estar en desacuerdo con la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, pero también reclamamos por su dignidad.
Oponerse a la inclusión del enfoque de género en el currículo no es fundamentalismo religioso ni “fanatismo ultraconservador”. Es simple sentido común.

¿O creen que los padres de familia (la mayoría), aplaudirá alegremente que el texto de Desarrollo Personal Ciudadanía y Cívica –dirigido a niños entre los 13 y 14 años– exponga explícitamente y con lujo de detalles cómo obtener el máximo placer sexual? Ni una palabra sobre los afectos ni la dignidad de las personas.

Son los liberales los que reclaman por la mínima presencia del Estado en todas las actividades, pero llaman conservadores a los padres de familia que se oponen a que el Estado intervenga en la formación de sus hijos en temas que atañen a algo tan importante como su sexualidad.

Los padres de familia organizados ya anunciaron una multitudinaria marcha que pronostican será la más grande que se haya visto en la historia del Perú.

Para un gobierno con 34% de aprobación, un presidente con 56% en tendencia a la baja, y que es incapaz de resolver un conflicto que ya lleva 60 días, no resulta buen negocio enfrentarse a una mayoría que no está dispuesta a callar.