Procuraduría pide a Vilcatoma entregar informe de La Centralita
Procuraduría pide a Vilcatoma entregar informe de La Centralita
Mariella Balbi

“…Me nombraron coordinadora de la Fiscalía Anticorrupción de Chimbote en julio del 2012. Antes trabajé en Ayacucho seis años en la Oficina de Control Interno. En Chimbote vi el Caso ‘La Centralita’. Había terror, era difícil investigar, pensaban que los seguían, que los ‘chuponeaban’. Enviamos la carpeta al fiscal de la Nación para evidenciar que era una investigación compleja y que no había seguridad. Contestaron al cabo de un mes y medio”.

¿Qué resultados tuvo…?
Indicaron que debía seguirse un procedimiento para el traslado de competencia y devolvieron la carpeta. En ese tiempo sufrí amenazas, acoso. El 9 de setiembre, entraron siete hombres armados a la fiscalía. Yo acababa de retirarme. Redujeron a la gente de seguridad. Nos enteramos un mes después, los vigilantes no dijeron nada. Siguieron las amenazas, dormía en distintos lugares. La doctora Nancy Moreno, fiscal superior, me ofreció protección. Al mes la doctora Moreno hizo un inventario pero no habían robado nada. ¿Para qué entraron? El Caso ‘La Centralita’ estaba a punto de vencer. Lo declaré complejo y ampliamos el plazo por ocho meses. Dispuse recabar información sobre César Álvarez, , Rodolfo Orellana Rengifo, José Luis Carmen Ramos, las personas que figuraban en las actas de investigación. La carpeta se había archivado irregularmente. En medio de esto se hace presente el señor Ezequiel Nolasco…

Para denunciar…
Fue el 19 de setiembre. En la carpeta se indicaba que en ‘La Centralita’ se organizó el primer atentando en su contra. Estaba desesperado y pidió le tome la declaración inmediatamente. Dijo que lo iban a matar. Era viernes, quise pasarlo al lunes. Nolasco respondió: “No, yo de aquí no me muevo, doctora”. Acepté y a la media hora comienza a recibir llamadas amenazantes…

Usted las escuchó…
Sí, me pasó el teléfono. Decían: “Maldito perro, sal de ahí, vamos a ir a buscarte”. No borro esa voz tan agresiva. El señor Nolasco entró en shock, empezó a temblar, los lentes se le caían. Fue terrible. Llamé a la policía y a los minutos su chofer le informa que el sicario ‘El Goro’ –implicado en el primer atentado a Nolasco– pasaba por la puerta de la fiscalía. Nolasco daba información importantísima. Al rato los policías suben a informarme que otra vez ‘El Goro’ estaba en la puerta. Les dije: es un sicario con requisitoria, deténganlo. Pero está armado, respondieron. Ustedes también, cumplan su labor. Cerré la puerta y continué con su declaración, duró de 10 a.m. a 8 p.m. En la tarde volvieron a llamarlo, le dijeron que sabían dónde estaba su hija. Entró en shock, fue algo de terror.

El fiscal José Antonio Peláez dijo que usted pidió su cambio a Loreto…
Está mintiendo, que muestre la solicitud. A mí me cambian para salvarme la vida por la cantidad de amenazas. César Álvarez me atacaba duramente con palabras agraviantes, también periodistas. Me decían “payasa, mentirosa”. En Loreto fui fiscal superior anticorrupción. Tuve los casos emblemáticos contra Yván Vásquez. Me enfermé y pedí verbalmente mi cambio a Lima. En enero del 2014 me ofrecieron trabajar en la Procuraduría Anticorrupción. El 14 de marzo asesinaron a Ezequiel Nolasco. Fui donde el ministro Figallo y le pedí que me nombrara. Conocía el caso de memoria y le dije que podía aportar. Depositó su confianza en mí y me nombraron.

¿En qué momento percibe que Figallo estaba en demasía interesado por el caso Martín Belaunde Lossio (MBL)?
En mayo del 2014. Con el equipo de Christian Salas pedimos en Chimbote la detención preventiva de César Álvarez. Logramos resultados positivos. También pedimos al fiscal Laureano Añanca incluir a MBL como parte de la cúpula de la organización. Añanca aceptó y amplió la investigación a 50 personas más, pero no precisó su condición de cabecilla.

En el 2013 MBL fue a declarar como testigo.
Sí, fue por el allanamiento de ‘La Centralita’ en el 2011. En mayo del 2014 viajó el doctor Salas y el ministro Figallo me llamó a su despacho. Me dijo: ¡Has visto los periódicos!  Necesito un informe inmediato del Caso ‘ LaCentralita’. Teníamos un informe avanzado de las acciones de la procuraduría, lo terminé, llegó el doctor Joel Segura, lo firmó y me preguntó si iba donde el ministro. Vamos, te acompaño, dijo él. Ingresamos al despacho con mis tomos…

Y estaba con el asesor presidencial Roy Gates…
Sí, pero no sabía quién era. No nos presentaron. Inicié mi exposición genérica, hice una pausa y directamente me preguntan por MBL…

¿El ministro Figallo?
Sí. Tenía todo en mi cabeza porque conozco el caso. Le dije: Ministro, el propio MBL ha declarado ¡Qué –interrumpió–, ha declarado! Sí, respondí, el 2013, ante el fiscal Añanca. Dijo ser amigo de César Álvarez. Figallo exclamó: ¡Cómo, ha dicho eso! Sí, contesté. ¿Y qué más ha dicho? Que se encargaba de la imagen de Álvarez, que no cobraba un sol, que no había suscrito contratos ni públicos ni privados con alguna institución. A medida que iba explicando de manera contundente, el ministro se tiraba para atrás, se agarraba la cabeza y decía:¿Cómo? ¿Eso ha dicho?

¿Y Roy Gates?
Poco a poco comenzó a ofuscarse. Me llamó la atención su perturbación. Preguntaba y también se sorprendía. Le impactó que MBL declarara que conocía del allanamiento a ‘La Centralita’ en el 2011, dos días antes, y que señalara que su contrato había vencido. Le dije al ministro que eso era falso pues estaba vigente. ¿Por qué, si era una productora, retiró antes de tiempo sus cosas? Ese punto los ofuscó bastante. El ministro y Joel Segura comentaron algo entre ellos. Yo me acerqué a Roy Gates, le dije: Usted quién es, cómo se llama? Se sorprendió: Soy Roy Gates. En qué área trabaja, señor, pregunté. Contestó: En Palacio de Gobierno. ¿Le puedo hacer una pregunta? ¿Después de lo que ha escuchado, qué le recomendaría a sus asesorados? Me miró, y le reiteré: ¿Qué aconsejaría? Con dificultad respondió: Que deslinden. Yo expresé: Que deslinden, pues, señor. Me senté y me quedé callada.

El ministro Daniel Figallo se presentará a las 4 de la tarde ante el pleno del Congreso, a raíz del Caso Vilcatoma. (Foto: Archivo El Comercio)

El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Daniel Figallo, podría enfrentarse a la censura del Congreso, si es que se vota el día de mañana. (Foto: El Comercio)

¿Figallo la escuchó?
Probablemente, estaba cerca. Nos retiramos y Segura informó al doctor Salas. Luego nos dijo que Roy Gates no debió haber estado y que grabáramos cualquier conversación en adelante. A partir de la fecha registramos todo.

¿Y por qué no denunció esto a la prensa?
No teníamos pruebas mayores de la reunión. No sabíamos si era un hecho aislado.

¿Pasó algo irregular luego?
Hasta el 6 de junio del 2014 la investigación la llevaba el doctor Añanca, en Chimbote. Intempestivamente lo sacaron. Sin ninguna notificación, el fiscal Gustavo Quiroz viaja a Chimbote y trae la carpeta a Lima. La doctora Nancy Moreno se lo impide, informándole que Añanca estaba en Lima. Pero Quiroz quiso romper la puerta del despacho y se llevó la carpeta. La doctora Moreno hizo un informe al respecto, pídalo.

Nuevamente, por qué no denunció…
Hicimos un informe en la procuraduría y el ministro lo conoció. No nos dijo nada. Cuando viene la carpeta a Lima la investigación pierde fuerza. Los colaboradores eficaces empiezan a recibir maltratos. El fiscal Marco Huamán, quien asume la investigación, nos dijo que no había caso, que estaba muerto, que los colaboradores no aportaban nada. Me dijo: Doctora, usted ha sido fiscal, parece que esto se ha hecho en Azángaro. Todo era malo. El maltrato a los colaboradores se hizo inmanejable y el doctor Salas lo denunció públicamente.

El 18 de julio fue la reunión del ministro Figallo y los fiscales, Huamán…
Ese día juramos los procuradores. Luego de la ceremonia, el doctor Figallo se reúne en el ministerio con los fiscales.

Figallo dice que la reunión la pidieron los fiscales. Huamán, en un audio, le cuenta que fue Figallo…
Se reunió con los fiscales Quiroz [el que quiso romper la puerta para sacar la carpeta] y Rosario López. Recibí luego la llamada de Huamán, que me dice: Doctorcita, acabamos de salir de la reunión con el ministro, ya sabe de las debilidades del caso, le hemos pedido que el trato sea directamente con usted y ya no con Salas, también sobre la situación anómala de un colaborador. Le contesto: Yo he sido fiscal, es grave que hables con un ministro sobre un caso e imputaciones. Eres autónomo. Era una reunión ilegal…

Quién convoca la reunión…
Corto la llamada de Huamán, lo llamo yo y lo grabo. Quería probar que esa reunión había existido. Ahí dice que Figallo la convocó. Ese es el segundo audio. Le informé a Salas. El fiscal Huamán no incautaba los documentos solicitados de la empresa de Martín Belaunde, no pedía originales. Salas era un estorbo.

Pero un mes antes de dejar la procuraduría, el doctor Salas dice que el ministerio lo dejó trabajar con autonomía funcional…
Eso lo tiene que explicar Salas. Yo me remito a mi caso. Huamán se negó sistemáticamente a nuestras peticiones. El 15 de setiembre  pedimos el levantamiento del secreto bancario de MBL y nada. Ante las negativas pedimos que se excluya al fiscal Huamán, denunciando su parcialidad. Está colgado en Internet y es detallado. La petición llegó a Peláez Bardales, pero hasta ahora nada. No le informamos a Figallo sino a los canales debidos.

Quiere volver a la procuraduría.
En el sentido de que se han vulnerado mis derechos laborales. Yo publiqué el audio el 1 de diciembre porque días atrás el doctor Salas había dicho que no procedía la colaboración eficaz para MBL y el ministro Figallo lo contradice. Ese día me llama para arrancarme una respuesta a favor de la colaboración eficaz de MBL, lo grabé.

Figallo dice que era una reflexión…
Parece que supiera más que yo sobre colaboración. Coincidentemente, el fiscal de la Nación, que está implicado en el caso, se pronuncia sobre esto. Igual el fiscal Huamán. Se estaba allanando el camino. Además Huamán nos dijo que no nos informaría de la citación a nuevos colaboradores, que nos llamaría en una segunda etapa. De esa manera no sabríamos si colaboraba MBL. Se dirigen a mí porque llevaba el caso. Curioso, el primer día de la gestión de Joel Segura, nos reunimos con Figallo y el primer tema es la colaboración eficaz. Los audios no están editados. En la segunda parte del audio es claro que Figallo no quiere nuestra queja contra Huamán por obstaculizarnos, pide que la canalicemos a través suyo y él la llevaría al fiscal de la Nación, que está implicado en el caso. Su voz es agresiva. En el audio le explico a Figallo que para nosotros MBL es parte de la cúpula y que no procede la colaboración pero que el fiscal Huamán no lo ha precisado. Lo hace solo cuando se publica el audio. Lo considero un triunfo.

¿Qué pide Ud.?
Que se investigue. La contraloría desestimó mi petición, voy a apelar. Pero es importante que haya enviado los tres audios, al Congreso y a la fiscalía para ese fin. Los audios no están editados. Yo actué por convicción. He visto la corrupción en Chimbote, he trabajado incansablemente. Una vez que apareció el Caso Antalsis se hizo la noche y se cayó el mundo. Vino el asunto de la colaboración eficaz y se complicó todo. Estábamos trabajando el Caso Antalsis y teníamos una estrategia. No sé si continuará.

¿Confía en el procurador  Joel Segura?
Estoy esperando que emita un pronunciamiento sobre mi caso. Me dio su respaldo, pero calla. Su trabajo en el Caso Madre Mía me crea suspicacia. No lo conocía.

¿Cree que el presidente Humala la escuchará?
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No ha respondido a mi pedido de cita y me despidió. Voy a acudir a instancias internacionales porque no se atiende a mis peticiones, ni se garantiza mi seguridad.