“En proporción a los objetivos iniciales, estamos muy lejos de alcanzar nuestras propias metas”, reconoce Vizcarra. (Foto: Nancy Chappell/El Comercio)
Diego Chirinos

será el nuevo embajador peruano en Canadá. La confirmación no sale de su boca, pero habla como tal. El vicepresidente hace una autocrítica del gobierno y niega tener la intención de evadir las investigaciones que se le siguen por el Caso Chinchero.

—Hace poco afirmó que “uno debe ser duro para evaluarse”. ¿Cómo evalúa el desempeño del gobierno?
Si comparo con gobiernos anteriores, diría que este tiene una buena gestión. Pero si lo vemos en proporción a los objetivos iniciales, estamos muy lejos de alcanzar nuestras propias metas. Somos conscientes de ello.

—¿Cree, como algunos, que al gobierno le falta habilidad política?
Algunos creen que hacer política es ser populista. El gobierno necesita más visión política, en el concepto responsable y positivo [del término]. El servicio a la población que debe ser más democrático. La crítica al gobierno es que un equipo reducido de personas toma las decisiones. Sea verdad o no, hay que tener mayor relación con diferentes niveles de gobierno.

—¿Pocos toman las decisiones?
Esa es la crítica. Entonces, hacer política es demostrar que las decisiones nacen de las necesidades de la gente.

—¿Tener un gobierno más cercano?
Sí. Es necesario tener un gobierno más cercano. Problemas como el de los docentes comienzan a atenderse cuando hay una huelga. Se necesita comunicación para prevenir. No para hacer algo irracional o populista sino lo previsto en el plan de gobierno.

—Dijo que el Ejecutivo no hizo lo suficiente para solucionar la huelga docente. ¿En qué se equivocaron?
Quizás el aumento salarial comprometido para el primer año de gobierno y los esfuerzos para pagar la deuda social, si es que se miraban con una perspectiva de mayor anticipación, podrían haberse adelantado. Así no se hubiese generado la huelga [que ayer llegó a su fin].

—¿Y por qué no se hizo?
Porque esto viene de muchos años atrás. Cuando uno entra al gobierno encuentra tantos problemas que empieza a atenderlos de forma gradual. Ahora se están atendiendo.

—Tras más de dos meses de huelga.
Claro, se ha atendido cuando ya estuvo declarada la huelga. Quizás el análisis posterior es, si estábamos comprometidos para hacerlo, ¿por qué no lo hicimos antes?

—Como consecuencia, la ministra de Educación, Marilú Martens, será interpelada por el Congreso. ¿Qué espera de esa interpelación?
Ella ya estuvo en la Comisión de Educación y respondió todas las preguntas. Ahora responderá lo mismo ante el pleno. Pero, bueno, es una práctica a la cual ya nos tiene acostumbrados este Congreso. El Ejecutivo y el Legislativo deberíamos concentrarnos primero en superar al 100% la huelga.

—En el Legislativo ya hay quienes piden “refrescar” el Gabinete. ¿Qué opina usted?
Más que refrescarlo en cuanto a personas, se necesita poner nuevamente sobre la mesa los objetivos de gobierno. Los problemas sociales y políticos de los últimos meses han generado una ligera turbulencia que amerita recordar lo que queremos. Parece que el objetivo del gobierno es atender el problema social de coyuntura. Hay que hacerlo, pero lo central es mejorar la vida de todos los peruanos.

—¿Para ello es necesario un Gabinete multipartidario?
No sé si multipartidario, pero sí se necesita un Gabinete mucho más abierto. Que vengan personajes con experiencia a contribuir al país.

—¿Jorge del Castillo,cuyo nombre ha sido rumoreado, es una opción?
No hablaría de nombres porque es una potestad del presidente, pero hay muchos profesionales.

—Fue jefe de campaña de Peruanos por el Kambio. ¿Cómo explica sus tensiones con el Ejecutivo?
Hasta cierto punto son naturales. Se dan en todos los gobiernos.

—Pero no tan pronto como en este.
Además de tan rápido, con un exceso de transparencia. Todos sabemos que hay otros partidos que, en el interior, se dicen de todo y luego salen con un solo discurso. Partidos con una disciplina forjada a través de los años.

—¿Esa es la política a la que aludía?
Claro, ahí hay que mejorar. Ser conscientes de que puede haber discrepancias pero manejarlas con límites.

—La oposición atribuye esas discrepancias a una falta de liderazgo.
Soy parte del Ejecutivo y veo un claro liderazgo del presidente. También lo vi en el partido, pero en la etapa previa al gobierno.

—Ya en el gobierno, ¿el presidente dejó de liderar el partido?
Él ejerció un liderazgo en toda la campaña. Cuando se convirtió en presidente, lo trasladó al Ejecutivo y delegó la responsabilidad de liderar el partido en otros. Eso generó este ‘impasse’ de comunicación que estamos a tiempo de superar.

—¿Se imaginaba como embajador de Canadá?
[Ríe] No. Como nunca me imaginé de ministro o de vicepresidente. Soy un ciudadano que enfrenta las responsabilidades que se presentan.

—¿Un ciudadano cansado del rol protocolar de la vicepresidencia?
Es que no hay metas que cumplir ahí. Es solamente acompañar y complementar. Creo que mi potencial puede dar más. La vicepresidencia tiene un rol protocolar y mi formación es más ejecutiva. Igual, pongo todo el esfuerzo.

—Algunos ven en su designación como embajador un “escape” a las investigaciones por la adenda del aeropuerto de Chinchero. ¿Lo es?
En absoluto. Como parte de la investigación del Ministerio Público, iniciada a pedido del procurador Amado Enco, pidieron nuestro descargo y lo dimos. Quien investigue con objetividad e imparcialidad verá que ahí no hay ningún problema.

—¿Por qué no esperar a que termine la investigación para irse a Canadá?
Si en algún momento se requiriera información complementaria, solo faltaría ser citado para viajar inmediatamente [al Perú].

—Desde el punto de vista logístico, eso ya sería un problema.
No. Por ejemplo, el descargo me lo pidieron por escrito y así lo hice. Pude enviarlo desde Moquegua, Lima o Canadá. Además, con Chinchero se trató de salvar un contrato y el gobierno no desembolsó un sol. Y, como una muestra extrema de transparencia, le dijimos a la contraloría: “Si dices que está bien lo que estamos haciendo, vamos para adelante; y si ves alguna observación, paramos”.

—¿Por qué parar si creían que la adenda era buena?
Porque, como se cuestionó el procedimiento, nos pusimos a disposición de la evaluación de la contraloría.

—Para luego decir que esa no era una buena evaluación.
Pero fuimos consecuentes. Si condicionamos el rumbo del proyecto a esa evaluación, pudimos discrepar pero la respetamos. La adenda y el contrato quedaron sin efecto. Ese mismo proyecto ahora se va a hacer en mucho más tiempo y a mayor costo por culpa de la contraloría.

—¿Le gustaría volver a ser ministro más adelante?
Si el presidente lo determina así, yo estoy dispuesto.

—¿También está dispuesto a tentar la presidencia en el 2021?
Estoy dedicado a apoyar el gobierno del presidente Kuczynski para cumplir los objetivos.

—¿En sus objetivos personales está ser presidente?
No está, como nunca estuvo ser vicepresidente o ministro. Mi objetivo es siempre poner mi conocimiento y esfuerzo para tener un buen país.

—¿Ve su futuro político en Peruanos por el Kambio?
No analizo mi futuro político. Estoy dedicado a ser parte del gobierno y, hasta que termine, de mi parte no va a haber ningún movimiento para ser candidato en las elecciones del 2021.

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