(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

La pugna de poder entre el presidente del Congreso, , y su ex bancada parecía haber llegado a punto muerto durante el receso parlamentario. Esta semana, sin embargo, la cúpula del grupo parlamentario pasó a la ofensiva en busca de dejarlo fuera del trono legislativo antes de julio, cuando se elige a una nueva Mesa Directiva.

El domingo pasado, el programa dominical Cuarto Poder reveló que seis congresistas habían cobrado viáticos por funciones de representación en viajes al interior, cuando se encontraban fuera del país. Cinco de los seis denunciados eran de Fuerza Popular.

Desde el grupo fujimorista, la sospecha es que la información salió directamente del despacho presidencial de Daniel Salaverry. Dicha sospecha apresuró la estrategia que venía preparando la cúpula fujimorista para sacar del juego al presidente del Congreso.

La pugna de poder parecía haberse enfriado en enero, tras la discusión por la recomposición de fuerzas en las distintas instancias legislativas donde Fuerza Popular perdía mayoría en todas. El tema quedó estancado tras la creación de nuevas bancadas.

Fuerza Popular venía trabajando en su estrategia, empezando por lo comunicacional. En la bancada han contratado a ocho periodistas experimentados en campañas en medios y en redes sociales.

Las contrataciones surgieron después de que Salaverry decidiera, en enero, no renovar contrato a 300 trabajadores, entre ellos unos 100 con militancia fujimorista. A la fecha han logrado recolocar 13 trabajadores en puestos dependientes de la bancada y los despachos de sus congresistas.

-La suspensión-
La cúpula de Fuerza Popular decidió responder a la denuncia con una acusación. La encargada fue Karina Beteta, quien acusó al mismo Daniel Salaverry por supuestamente haberla maltratado e insultado en octubre del 2018.

"He sido maltratada por Daniel Salaverry por pedir un derecho que nos corresponde (...) por ejemplo, el decir 'vete a la mierda, no me jodas'", dijo Beteta en ATV Noticias.

Varios colegas de la bancada como Úrsula Letona y Federico Pariona salieron a respaldar la denuncia de Beteta. Tras acaparar la atención de los medios de prensa, Beteta formalizó su denuncia este viernes ante la Comisión de Ética.

Fuentes de la bancada sostienen que la estrategia busca que el proceso en Ética acabe con la suspensión de Salaverry. En dicho grupo, Fuerza Popular tiene más factible alcanzar los votos para la sanción y llevarla al pleno para su ratificación por ser un tema que actualmente es muy sensible ante la opinión pública: el maltrato contra la mujer.

Una posible suspensión de Salaverry -con la máxima sanción de 120 días- implicaría su separación de la presidencia del Congreso por tres meses, hasta junio. Para efectos legislativos, junio es un mes de inactividad porque comienzan las negociaciones para la elaboración de las listas que postularán en la elección de la Mesa Directiva.

Con Salaverry suspendido, la conducción de la Mesa Directiva -y por ende del Congreso- recaería en la primera vicepresidenta Leyla Chihuán, legisladora de Fuerza Popular.

-El denunciante-
El accionar de Fuerza Popular ya dejó de ser una simple intención para Daniel Salaverry. "Primero intentaron censurarme, ahora inventan acusaciones que rechazo tajantemente. Exijo a la congresista Letona que muestre el supuesto video [de la agresión contra Beteta]. Pido a la Comisión de Ética que inicie las investigaciones. Basta de mentiras", escribió el presidente del Congreso miércoles en su cuenta en Twitter.

Salaverry utiliza el plural de "denuncias" porque considera que esta no es la única denuncia en su contra dirigida desde Fuerza Popular.

El pasado 4 de marzo, el ciudadano Carlos Quispe Gonzales presentó ante la Fiscalía una denuncia contra Salaverry basada en un informe de Panorama (Canal 5) donde se reveló que el despacho del actual presidente del Congreso presentó fotos alteradas para sustentar actividades de los años 2017 y 2018.

Quispe Gonzales es una persona que tiene vínculos con el congresista de Fuerza Popular, Angel Neyra. A través de un pedido de acceso de información, este Diario corroboró que el denunciante y el congresista se han visto hasta en siete oportunidades en sede legislativas.

El registro de visitas del Congreso muestra que Quispe visitó el despacho del congresista Neyra entre el 2014 y 2015. Neyra resultó electo en el 2011 y si bien no logró la reelección en el 2016, hoy ocupa una curul como accesitario mientras dura la suspensión de Kenji Fujimori (hasta que termine la investigación fiscal en su contra).

Consultado por el registro de visitas, Neyra dice no recordar a Quispe Gonzales. “No sé de qué rubro será, al despacho vienen varias personas sobre los temas que abordo, como pesca o industria”. Sin embargo, Neyra reconoce que está enterado de la denuncia de Quispe contra Salaverry, y que ha analizado el tema. “¿Te acuerdas del caso del congresista ‘comepollo’? Es lo mismo. [Salaverry] tiene 9 casos donde ha mentido en su informe de representación, 2 de enero, 26 de marzo, 27 de marzo y así… Esto sobrepasa a una sanción disciplinaria en Ética”, afirma.

Salaverry ha dado visos de que permitirá el regreso de Kenji apenas acabe su proceso. El regreso de Fujimori, junto a Guillermo Bocángel y Bienvenido Ramírez, le restaría tres curules a los 55 que quedan en la bancada fujimorista.

Neyra dice no estar preocupado al respecto y que respetará la decisión judicial. “La idea de Kuczynski era quitarnos 30 congresistas, quizás están continuando ese plan. El premier [Salvador del Solar] sale a decir que el enemigo es el fujimorismo y Salaverry sale a decir que le haremos la vida imposible. Todos juntos. Si nos quieren disminuir, no nos vamos a quedar quietos”, añade.

-En busca de tregua-
Pero no todos dentro de Fuerza Popular creen que la confrontación es el único camino para sobrevivir en lo que resta de gestión de Salaverry. Unos 15 legisladores han expresado la voluntad para entablar una especie de "tregua".

Este es el denominado bloque de provincias como Carlos Ticlla, Modesto Figueroa, Wilmer Aguilar e incluso Lourdes Alcorta. Pero las conversaciones aún son preliminares. Salaverry ha expresado su voluntad para sentarse a conversar, pero quiere condiciones concretas.

La cúpula fujimorista, por su lado, no está dispuesta a dar su brazo a torcer. Por ello es que al último cónclave que realizaron en febrero solo asistieron 25 de los 55 congresistas que quedan en el grupo.

A esto se suma que no toda la cúpula está unida. Fuentes de la bancada hablan de un distanciamiento de Cecilia Chacón y Miguel Torres quienes ahora coordinan sus temas directamente con Keiko Fujimori. Elard Melgar, por su parte, ya renunció al CEN fujimorista.

Un silencioso Luis Galarreta se mantiene a cargo de la nave fujimorista y aún es una incógnita si en el ajedrez de la próxima Mesa Directiva presentarán candidato propio o se apoyarán en alguno de sus aliados.