Tampoco, tampoco; la columna de Cecilia Valenzuela
Tampoco, tampoco; la columna de Cecilia Valenzuela

La amnesia de grupo que sufre llama a reflexionar sobre la memoria política que guarda el partido político más grande del país.

Según Cecilia Chacón y Rolando Reátegui, ambos reelectos por Fuerza Popular, Fernando Zavala, quien será el presidente del Consejo de Ministros a partir del próximo 28 de julio, tiene el mismo perfil que el presidente Pedro Pablo Kuczynski: es un empresario; viene de las canteras de la gran empresa. Será un gobierno para los empresarios, han dicho apenas les han preguntado su opinión sobre la designación.

Solo les falta decir que el próximo Gabinete gobernará para los ricos y en perjuicio de los pobres.

¿Cuándo se volvieron marxistas los fujimoristas?, se pregunta una después de escucharlos despotricar.

En la década del noventa, Alberto Fujimori, su mentor, tuvo a Vladimiro Montesinos y a sus siniestros cómplices para sostener su autoritarismo, pero también tuvo ministros empresarios que en el campo de la economía y la producción se encargaron de hacer las reformas económicas que el país necesitaba y le dieron al Perú la oportunidad de reinsertarse en el mundo, en la modernidad y en el mercado.

Los fujimoristas han olvidado que el trabajo de estos ministros empresarios sirvió como primer escalón para construir la economía que ahora nos permite reducir la pobreza y crecer a pesar de las crisis económicas internacionales.

Después de estas últimas elecciones, el partido fujimorista se ha convertido en la fuerza política más grande del país; sin embargo, sus actores no son capaces de volver a su pasado, de mirarlo, de manera coordinada, acercándose a los distintos sucesos que protagonizaron, con la distancia que les da su propio presente.

La falta de memoria política e histórica que sufre el fujimorismo le ha pasado factura, en estos últimos meses, también en relación con la prensa: en público y en privado, se quejan de la prensa; culpan a los periodistas de su fracaso electoral y acusan a los medios de haber conspirado contra ellos en una campaña artera y viral.

Han olvidado que el periodismo, las empresas periodísticas y los principios editoriales fueron víctimas de su mentor: el gobierno de Alberto Fujimori compró, con cash, el alma de la televisión de su tiempo; corrompió a dueños de canales y de periódicos, pagó a editorialistas y a periodistas; y persiguió, con saña, a los que no pudo doblegar.

El tiempo se queda, el pasado no está desvinculado del presente. Los dirigentes de la fuerza política más grande en el Congreso deben recordar. Tener en cuenta que necesitan de ambos tiempos, del pasado y del presente, para construir una identidad. Sin esa identidad, la sociedad nunca terminará de mirarlos como ellos aspiran.

Pero felizmente, como ocurre en todo grupo político, hay diferencias. En hora buena Luz Salgado presidirá el próximo Congreso, se trata de una fujimorista moderada, que ha demostrado tener memoria política y que ha saludado la designación del primer ministro elegido por el nuevo presidente.

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