Heredia y Palacios versus Rosana Cueva, por Cecilia Valenzuela
Heredia y Palacios versus Rosana Cueva, por Cecilia Valenzuela

“Ayer he escuchado a una periodista [Rosana Cueva] decirle bloguera, en tono de insulto, de agravio, a otra periodista [Rosa María Palacios] que puede ser su maestra. ¿De qué estamos hablando? O sea, una locutora, ¡porque es una locutora!, porque es pagada por un prófugo de la justicia, solamente porque lleva una nacionalidad suiza, ahora viene a insultar a una periodista independiente ¡solamente porque toma una posición independiente!”, espetó el lunes por la mañana en la puerta del colegio Albert Einstein, en una supervisión de Qali Warma, aprovechando las cámaras de televisión.

Según la esposa del presidente Humala, Palacios es “independiente” porque la defiende a ella y a lo suyo, a capa y espada, en extensos alegatos publicados en su blog. Mientras que Cueva es una “locutora” porque, con valentía y profesionalismo, ha revelado hechos registrados en sus agendas, de las que se desprenden contundentes indicios de, por lo menos, enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias.

¿Qué le parece? Aquella que se entrega, con abandono, a la versión oficial es una maestra; en cambio, la que coteja, fiscaliza y cuestiona es el parlante del lado oscuro.

Ha ocurrido siempre con los políticos aventureros. Están convencidos de que quienes usan la prensa para relacionarse con el poder son superiores a los periodistas que buscan la noticia, la contrastan y la exponen.

Cuando Rosa María Palacios era una burócrata del régimen de Fujimori, especializada en temas municipales, trabajó como asalariada y no como voluntaria en la campaña de Hurtado Miller. Rosana Cueva tenía casi una década de experiencia en televisión, había cubierto como reportera la guerra contra Sendero Luminoso y sus investigaciones sobrevivían a las amenazas y los chupones del SIN de Montesinos.

Y cuando Palacios pasó a defender lo mismo que había estado defendiendo, en CCN, el canal que la facción montesinista de las Fuerzas Armadas le compró al diario “Expreso”, Cueva pasó a la CNN donde trabajó tres años como corresponsal.
Cuando el régimen que entonces defendía Rosa María cayó, Rosana pasó muy pronto a dirigir “Cuarto Poder”, pero salió porque se negó a ser obsecuente con el gobierno de Alejandro Toledo.

Palacios, en cambio, pasó por un programa de género en canal N y después por uno municipal en Plus TV; y aunque luego dio lo que en ese momento se consideraba un salto del cable a la señal abierta para ingresar a América Televisión, siempre trabajó en un estudio. Jamás hizo un reportaje o una crónica, y mucho menos una investigación.
Palacios, como muchos otros columnistas a los que los políticos aventureros prefieren y consideran influyentes, no surgió del oficio, sino de la relación entre el poder y la prensa.

Nadine Heredia insulta a Rosana Cueva en defensa de Rosa María Palacios porque necesita su influencia, pero se confunde porque los columnistas que verdaderamente trascienden son los que publican porque son destacados en sus profesiones, o porque desde la redacción abrazan una causa y la convierten en el eje de sus columnas.
Eso, claro, no lo entiende; ella cree que la historia del Perú, y la del periodismo, comenzó cuando ella llegó a la política y al poder.

NOTA DE LA REDACCIÓN del 29 de agosto del 2015
Con fecha 27 de este mes este diario recibió un pedido de aclaración de Rosa María Palacios. Su carta y la respuesta del diario se consignan a continuación:

“Señor Director,
 En la columna “Heredia y Palacios versus Rosana Cueva “ publicada por Cecilia Valenzuela  el 26 de agosto se afirman hechos falsos.
No se trata de opiniones. Se trata de hechos. Jamás trabaje para un Canal de Montesinos. Eso es una infamia y ella lo sabe.  Tampoco es verdad que tuve un programa de temas “municipales” en Plus TV; tuve un programa de temas políticos en Antena 3.
No reclamo por las omisiones. Es libre de omitir lo relevante. Reclamo por las mentiras objetivas.
Atentamente,
Rosa María Palacios”
 
Consultada nuestra columnista dijo “mi frase describe la filiación montesinista del canal. CCN fue creado a principios de 1998 para defender al régimen que capitaneaba Montesinos, contraponiéndose editorialmente a la línea independiente de Canal N. En su corta vida,  CCN no cambio nunca su línea editorial; y hasta que aparecieron los vladivideos, funcionó públicamente como de propiedad del mismo dueño: el diario Expreso. La justicia probó luego que Montesinos lo compró clandestinamente en noviembre de 1999, pero el hecho no fue público gracias a la complicidad de su directorio y a la anuencia de su plana periodística. He buscado en los archivos y en ninguno aparece un solo artículo de la señora Palacios, denunciando la venta de CCN al montesinismo; ni siquiera para justificar en ello las razones de su distanciamiento.No existe entonces ninguna falsedad: Palacios trabajó en CCN, y ese es el hecho objetivo que reseño en la columna en cuestión.

De otro lado, los temas municipales también son políticos; y me disculpo por confundir Plus Tv con Antena 3 ya que ambos  fueron los nombres comerciales que utilizó el mismo canal de cable.”

Este diario por su parte ha constado que la señora Palacios renunció a CCN en Diciembre de 1999, al mes siguiente de la compra subrepticia del canal por Montesinos. También que el programa de que la señora Palacios tenía en Antena 3 era de entrevistas políticas.

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.: "Apra y fujimorismo tienen y han tenido vínculos con el narcotráfico" ► — Política El Comercio (@Politica_ECpe)