“Lo que se ve no se pregunta, mijo”, por Diana Seminario
“Lo que se ve no se pregunta, mijo”, por Diana Seminario
Redacción EC

Cuando un periodista le preguntó a Juan Gabriel si era gay, él respondió: “Lo que se ve no se pregunta, mijo”. Esta semana se ha debatido sobre cómo probar si usurpó o no funciones durante el gobierno de su esposo. Y sí, hay realidades que basta verlas para saber que son ciertas.

Durante cinco años, los peruanos fuimos testigos de la intervención de Nadine Heredia en temas de gobierno. Al principio de la administración Humala, muchos veían con simpatía esta activa participación, porque estaban convencidos de que ella era el “freno” de los devaneos chavistas del marido. “Qué hubiéramos hecho sin ella”, decían los más entusiastas, mientras Heredia de Humala movía los hilos del poder desde Palacio de Gobierno convocando a personajes claves del país. Reunirse con Nadine era casi un ‘estatus’ de poder; si no la conocías, “estabas en nada”. Así era al principio, ¿o no?

La alerta se dio el mismo 28 de julio del 2011. Tras la ceremonia de toma de mando, se realizó una cumbre extraordinaria de mandatarios y las imágenes mostraban a los presidentes a punto de iniciar la cita, y al costado de la mesa de trabajo asomaba Heredia, como quien no quería perderse la oportunidad de asistir a un cónclave de este tipo. Los ‘Nadinelovers’ rechazaron las críticas a esta notoria intromisión y celebraron la anécdota.

Pero la cosa se fue poniendo seria cuando empezó a zanjar discusiones de Estado. Cómo olvidar cuando fue ella quien descartó la compra de Repsol por el gobierno. “Lo que señaló el presidente es una intención, un interés, pero si eso no se puede demostrar en los números que es beneficioso para el país, simplemente no va”.

En ese entonces, la decisión fue aplaudida y la clara jugada en pared con el entonces ministro de Economía Luis Castilla fue notoria.

Otra de sus declaraciones trajo como consecuencia la renuncia de César Villanueva a la Presidencia del Consejo de Ministros. “No está en discusión en este momento”. Heredia rechazó así que el aumento del salario mínimo estuviera en debate tal como lo había anunciado Villanueva previamente.

“Me ha dado luz verde Nadine Heredia para lo del PNUD. O sea vamos a empezar a comprar”, así se refería el entonces ministro de Defensa Pedro Cateriano a la supuesta autorización que la primera dama le dio para suscribir un acuerdo con el PNUD.

Hemos enumerado solo algunos ejemplos visibles de lo que fue la intromisión de la señora Humala en el gobierno anterior. ¿Y lo que no vimos?

El jueves, el Congreso votó por unanimidad investigar la injerencia de la señora en los actos de gobierno. Advirtieron que no podían demostrar la usurpación, pues no existe ningún documento con su firma.

Precisamente en eso radicó su poder. Ella se cuidó muy bien de no dejar huella, pero todos fuimos testigos. No necesitamos un papel firmado ni un correo electrónico para saber cómo actuó. Un funcionario público tiene que cuidarse de lo que firma y de todos sus actos, porque, hasta el más honrado, no se libra de un proceso. Ella no jugaba bajo esas reglas.

Podía hacer y deshacer sin rendir cuenta a nadie, sin asumir ninguna responsabilidad. Su poder era de facto.

Es que lo que se ve no se pregunta, mijo.

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