Las críticas hacia el régimen de Nicolás Maduro han sido una constante durante el primer año del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski. (Foto: Archivo El Comercio)
Las críticas hacia el régimen de Nicolás Maduro han sido una constante durante el primer año del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski. (Foto: Archivo El Comercio)

Si bien el Ejecutivo no estuvo exento de críticas en el balance de este primer año de gestión, buena parte de los elogios a la administración de Pedro Pablo Kuczynski () recayeron en la posición adoptada por el Perú ante la crisis que enfrenta .

A diferencia de las dóciles expresiones mostradas durante el quinquenio de Ollanta Humala, el Gobierno, a través de Kuczynski y el canciller Ricardo Luna, cuestionó en repetidas oportunidades los hechos de violencia emprendidos contra los opositores al régimen de Nicolás Maduro y la situación social a la que le deben hacer frente los venezolanos.

El último capítulo de esta historia se escribió el último domingo, fecha en la que los partidarios del gobierno llanero eligieron a los miembros de una Asamblea Nacional Constituyente, propuesta por Maduro, como alternativa para terminar con las protestas en su contra.

Ante esto, el Gobierno del Perú, a través de un comunicado, tildó de “ilegítimos” los comicios impulsados por el régimen de Maduro y precisó que no reconocería los resultados a raíz de que “contravienen la voluntad soberana del pueblo”.

Pocas horas después, el Ministerio de Relaciones Exteriores convocó a una reunión de cancilleres para el próximo 8 de agosto, en la sede de la cancillería, en pos de evaluar la crisis en Venezuela.

Para el analista en temas internacionales Juan Velit, el Perú marca un precedente positivo al encabezar una demanda sobre un país en el que se discuten serias transgresiones contra el orden democrático.

“Esto aísla a Venezuela. La crisis humanitaria en la que está envuelta se convierte ahora en una crisis total. Esto va a llevar a que radicalice su posición, a su aislamiento internacional a pesar de tener algunos aliados”, señala en diálogo con El Comercio.

Velit refiere que la reunión de cancilleres que se llevará a cabo el próximo martes tiene sentido en medida de que dicha cita tenga una exitosa convocatoria y se busque una alternativa de solución para que Venezuela salga del entrampamiento en el cual está inmerso.

“Se le debería sugerir a Venezuela que use la misma metodología que se utilizó en las conversaciones del Gobierno de Colombia con las FARC. Que se ofrezcan tres o cuatro países amigos, naciones en las que confíen, que tengan firmeza en su capacidad de presionar al gobierno de Maduro para que este escuche a la oposición y se siente a dialogar”, indicó.

Por su lado, el internacionalista de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) Óscar Vidarte opina que el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) se ha ceñido al derecho internacional al expresar su preocupación ante la crisis humanitaria e institucional en Venezuela.

“La crítica no va por el lado de los cuestionamientos económicos ni la imposición de sanciones, esto va claramente por el lado de la crisis institucional y humanitaria. Nos compete, además, como miembros de la OEA: estamos obligados a defender la democracia. El gobierno peruano usa las herramientas jurídicas que tiene a la mano”, define.

-Relevancia-
Juan Velit afirma que, en el pasado, Venezuela ha dado muestras de fraternidad a nuestro país, por lo que la posición del Gobierno del Perú se condice con esta amistad. “Venezuela es uno de los países que más muestras de lealtad le han dado al Perú en las últimas décadas”, expresa.

Asimismo, Vidarte afirma que, en el contexto regional, ningún país ha asumido el liderazgo frente a estas fracturas del orden democrático en el país llanero, lo cual abre una brecha para que el Perú asuma dicho rol.

“Esto es relevante, es bueno para el Perú porque se termina consolidando como una potencia media con una posición importante en la región, con un papel clave. No tenemos muchas posibilidades para esto, este caso puntual ofrece la oportunidad de mostrarnos. Esto, luego, se expresa en beneficios en otros ámbitos”, agrega.

Aunque el internacionalista descarta que los opositores al oficialismo vayan a criticar el activo papel de la gestión de PPK en referencia a la crisis venezolana, afirma que sí tomaría en cuenta los cuestionamientos que apuntan a que el Perú no ha mantenido el mismo discurso demócrata respecto a países de "mayor peso”.

“No se ha dicho nada sobre las políticas de Donald Trump entorno a los musulmanes en Estados Unidos. Tampoco se ha hablado de situaciones complicadas para la democracia en China. Esa crítica sí es válida, pero hay objetivos distintos. Sí, tal vez lo polémico esté en cuestionar a Venezuela y no a Estados Unidos o a China”, concluye.

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