Ausencia de Donald Trump en la Cumbre de las Américas es un "desaire" para la región. (AP).
Ausencia de Donald Trump en la Cumbre de las Américas es un "desaire" para la región. (AP).
Cecilia Valenzuela

El viernes empieza en Lima la Cumbre de las Américas. Pero lo que quizá usted no sepa es que el lunes comenzó, también en esta ciudad, la Cumbre de los Pueblos. Tal evento reúne a dirigentes de la izquierda de Latinoamérica y el Caribe, los que se juntan para oponerse cada vez que se realiza en la región una reunión de presidentes interesados en discutir sobre las economías de sus países.

La Cumbre de los Pueblos se remonta al primer lustro de este siglo. Su primer nombre fue Congreso Bolivariano de los Pueblos y fue el hijo favorito del ALBA, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, establecida y financiada por Hugo Chávez para combatir al ALCA, la entidad de las Américas creada para fomentar los acuerdos de libre comercio.

Hace 10 años, en mayo del 2008, la capital peruana recibió a los mandatarios de América, el Caribe y la Unión Europea en la V Cumbre ALC-UE. Y como lo hacen ahora, en los mismos días los chavistas inauguraron en Lima su Cumbre de los Pueblos 2008.

En ese entonces, la izquierda latinoamericana estaba insuflada: tres cumbres atrás, en el 2005 en Mar del Plata, los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; de Argentina, Néstor Kirchner; de Bolivia, Evo Morales; de Brasil, Lula da Silva; y de Uruguay, Tabaré Vásquez habían confraternizado con Diego Maradona y vilipendiado, todos juntos, la globalización y la iniciativa de Bill Clinton de crear un Área de Libre Comercio para la Américas, ALCA. Además, en el 2006 Chávez y Morales habían firmado en La Habana un Tratado de Comercio de los Pueblos entre Venezuela y Bolivia, y según ellos su estrategia era devastadora para las transnacionales.

La estrella de la Cumbre de los Pueblos de mayo del 2008 en Lima fue Ollanta Humala. El esposo de Nadine Heredia ofició de anfitrión, departió consignas en contra del modelo económico y encabezó la marcha que realizaron el día de la clausura.

Pero hoy el sucesor de Chávez, , es mundialmente conocido como un dictador y su gobierno como un cártel del narcotráfico. La sucesora y socia de Néstor Kirchner, Cristina Fernández, es procesada por lavado de activos y asociación ilícita para delinquir. La justicia de su país la acusa de encubrir a los terroristas iraníes que atentaron contra la sede de la AMIA, que dejó 85 muertos en 1994. Lula da Silva, quien fomentó las constructoras brasileñas que pudrieron los gobiernos de toda la región, cumplirá una pena de 12 años de cárcel por corromperse, y el tiempo que pasará en prisión está por verse porque tiene todavía seis procesos judiciales pendientes.

Rafael Correa, quien inscribió a Ecuador en el grupo del ALBA en el 2006, también podría ir preso. La contraloría de su país ha determinado responsabilidad penal de su gobierno en el manejo de la deuda pública.

El futuro de Humala tampoco es auspicioso. Odebrecht afirma que le dio US$3 millones contantes y sonantes a su esposa, y las demás constructoras brasileñas aún no han terminado de contarlo todo. Y Evo Morales va por la cuarta e inconstitucional re-reelección.

La Cumbre de los Pueblos es un evento financiado por el Gobierno Venezolano. A pesar del empobrecimiento de ese país, el chavismo insiste con la práctica. Quizá es la única herramienta que le queda para soslayar la crisis moral en la que han sucumbido sus ideas y sus líderes.

Sus organizadores, entre los que se encuentran dirigentes del Frente Amplio, Nuevo Perú y Patria Roja, han convocado para mañana a una multitudinaria marcha antiimperialista bajo el lema “Fuera del Perú”. Pero como el imperialismo conspira siempre contra ellos, Trump no vendrá, dejándolos con los crespos hechos.