El Comercio acompañó el viernes al jefe del Estado en su visita a Pucallpa y Purús (Ucayali). Junto con doce ministros y cuatro parlamentarios supervisó la que considera una selva olvidada por años. (Foto: Rolly Reyna/El Comercio)
El Comercio acompañó el viernes al jefe del Estado en su visita a Pucallpa y Purús (Ucayali). Junto con doce ministros y cuatro parlamentarios supervisó la que considera una selva olvidada por años. (Foto: Rolly Reyna/El Comercio)
Diego Chirinos

El presidente recibió el viernes a El Comercio en la primera entrevista a profundidad que da a un medio peruano. Se enorgullece de no mentir y de no asumir compromisos que no puede honrar. Y con ese valor de la palabra a cuestas sienta postura sobre PPK, la oposición y las reformas que –espera– llegarán.

—¿Cómo le gustaría que recuerden su gobierno cuando deje la presidencia?
Quiero que recuerden mi gobierno como el gobierno de las regiones, en el cual se pudo confiar porque fue honesto, y que fortaleció la educación.

—¿Le gustaría ser recordado como un mandatario de transición? Algunos políticos esperan que sea eso.
Dependerá del análisis que hagan políticos, opinólogos, analistas. Me es indiferente. Te aseguro que en tres años y cuatro meses vamos a hacer mucho más de lo que hicieron anteriores presidentes en cinco. Que lo llamen gobierno de transición.

—¿Gobernar para tener contentos a todos es viable?
Nuestra idea no es gobernar teniendo contentos a todos. Es gobernar haciendo lo correcto.

—En el Congreso le pidieron al primer ministro definir si su gobierno es o no una continuación del de Pedro Pablo Kuczynski. ¿Lo es?
En el 2016 se inició un gobierno por cinco años. Estamos en una continuación del gobierno con un nuevo presidente. Pero también, como es lógico, somos personas totalmente diferentes y con estilos diferentes.

—Kuczynski anhelaba que Fernando Zavala fuese primer ministro durante todo su gobierno. ¿Usted espera lo mismo de César Villanueva?
Quisiera que César, por la coincidencia que tenemos de visión y desarrollo del país, me acompañe durante todo el gobierno. Y no solo él. Quisiera que todo el Gabinete me acompañe.

—¿El corto tiempo que tendrá de mandato podría ser un impedimento para llevar a cabo las reformas profundas requeridas?
Se pueden hacer definitivamente cambios estructurales en tres años y cuatro meses. Por lo menos proponerlos, porque dependen del Congreso. Nosotros no vamos a renunciar a la iniciativa de proponer reformas. Esperamos que el Parlamento respalde y coincida en esa decisión de mejorar nuestras instituciones.

—Señaló que Peruanos por el Kambio tiene un plan de gobierno al cual le harán ajustes. ¿Cuáles serán estos ajustes y qué se continuará?
Todo eso se mantiene. Las prioridades de dar saneamiento básico, fortalecer la educación, mejorar la cobertura de salud, la conectividad. ¿Dónde está la diferencia? En la forma de llevarlo a la práctica. Este es un trabajo de los tres niveles de gobierno. No puedes ver por sobre el hombro al gobernador o al alcalde y menos decir que como no tiene capacidad ejecutiva el gobierno hará el trabajo por él.

—¿Ese es un aprendizaje del anterior período de gobierno?
No solo del anterior, sino en general. Cuando llegaba la autoridad a una región decía: “Te he venido a solucionar el problema”. Muchas veces con proyectos inaplicables a su realidad.

—¿Se jugó con las expectativas de las provincias en los últimos años?
Creo que sí. Durante los últimos gobiernos se jugó con las expectativas de las provincias. Hay una desconfianza generalizada, con justa razón. Dicen: “Ha llegado un funcionario, pero qué seguridad tengo de que esta vez no me va a mentir”. Ya pasaron varios por estos pueblos alejados ofreciendo la solución. Vamos a cumplir 200 años de vida republicana y todo sigue igual. Lo que yo le digo a la gente es: “No te voy a mentir”.

—Apelo a esa sinceridad. ¿Considera que Pedro Pablo Kuczynski fue un buen presidente?
Pedro Pablo Kuczynski fue un presidente bien intencionado. Sin embargo, este espíritu confrontacional que había de todos contra todos no lo dejó desarrollar sus planteamientos. En consecuencia, no fue un gobierno con buenos resultados.

—¿Cree que debió renunciar?
Sé que personas muy cercanas a él, ya en diciembre del año pasado, le recomendaban renunciar. Él pensaba que hacerlo era claudicar. Finalmente no logró su objetivo.

—Y decidió relevarlo. ¿Qué cambió respecto a diciembre, cuando acompañó a Kuczynski en su mensaje previo al primer proceso de vacancia?
En diciembre tampoco pensaba renunciar.

—El entonces presidente dio un discurso, junto a usted, en el cual señalaba que sus vicepresidentes no continuarían si lo vacaban.
Manifestó que no avalábamos, como vicepresidentes, medidas inconstitucionales. Un proceso que se lleve de acuerdo a la Constitución tenía que respetarse. Yo deseaba que terminara su gobierno. Pero si por cualquiera de las causales, renuncia o vacancia, no podía hacerlo, lo que decía la Constitución es que yo debía continuar.

—¿Pudo reunirse con Kuczynski?
Conversamos un par de veces por teléfono. Me deseó éxito. En algún momento va a ser oportuno reunirnos. No será en las próximas semanas, pero sí en los próximos meses.

—También se reunirá con Keiko Fujimori. ¿Cuándo se concretará esa cita?
Parte de la democracia es tener una relación de diálogo fluida con los líderes de diversos partidos políticos. No creo que sea en mayo o en junio, pero a partir de julio, cuando ya tengamos encaminadas las facultades legislativas, debería programarse un rol de reuniones con todos los líderes políticos. No hay ninguna alianza del partido de gobierno con grupo político alguno. Queremos trabajar con todos para lograr su respaldo.

—Sin embargo, el Frente Amplio y el Nuevo Perú les negaron el voto de confianza. Y algunos miembros de Acción Popular se abstuvieron.
A mí me sorprende que la izquierda no nos haya dado por lo menos el beneficio de la duda votando por lo menos en abstención. La izquierda le dio la confianza al presidente Kuczynski con su Gabinete Zavala. Entonces, ¿eso quiere decir que ideológicamente la izquierda se siente más cercana a Kuczynski que a Vizcarra? Nosotros seguiremos trabajando con el mismo esfuerzo para atender las demandas de todos.

—El gobierno anunció metas específicas durante la sesión de investidura. ¿Está convencido de que se lograrán, teniendo en cuenta la experiencia previa?
Por supuesto. Tenemos que bajar la pobreza al 18%, subir el crecimiento del PBI al 5% en el 2021 y aumentar dos puntos la recaudación tributaria. Más del 50% de niños debe entender lo que lee y cerca del 50% debería poder resolver problemas lógico-matemáticos. Si no podemos poner esas metas, ¿para qué somos gobierno?

—¿Cuál será la posición del gobierno respecto, por ejemplo, a proyectos de ley como el pase de trabajadores CAS a las planillas del Estado? Este va en contra del ajuste de gastos anunciado por el Ejecutivo.
Definitivamente, y aumenta el gasto corriente. Lo que debemos buscar es la racionalización y eficiencias en todo el aparato público. Eso no significa hacer una razia laboral, en absoluto, sino buscar eficiencias.

—Otro proyecto controversial es el de publicidad estatal. ¿Qué opina sobre este?
La prohibición de la publicidad estatal no es una medida adecuada. El gobierno necesita comunicar lo que hace, interactuar con la población, y lo tiene que hacer a través de los medios masivos de comunicación. Esperamos que el Congreso no apruebe la norma. Haremos una ronda de conversaciones para evitarlo.

—Dichas posiciones significarán un pulso con el Parlamento que, a su vez, podría terminar la ‘luna de miel’. ¿Está listo para dar una pelea legítima por sus convicciones?
Vamos a defender siempre nuestras convicciones. Defenderlas no es buscar enfrentamiento. Siempre pelearemos por lo que creemos que es mejor y no solo ante el Parlamento. Lo hacemos en las regiones y con los alcaldes.

—¿Está de acuerdo en que una reforma laboral es indispensable?
Es necesaria desde el punto de vista de que el 75% de los trabajadores del Perú son informales. Si vemos esa situación, algo tenemos que hacer para aumentar la formalidad.

—Estudios señalan que una flexibilización laboral ayudaría en ese objetivo de formalización. ¿Esa herramienta está en sus planes?
La flexibilización, como tal, ahorita puede generar cierto temor o desconfianza en los propios trabajadores formales. Pensarían que eso va a generar una pérdida de beneficios laborales.

—Sin embargo, la sobrerrigidez del mercado laboral desincentiva los contratos a tiempo indeterminado.
Somos claros al decir que no estamos de acuerdo ni satisfechos. Algo se tiene que hacer. Se lo hemos pedido al ministro de Trabajo, quien conversando con trabajadores y empresarios analizará y presentará alternativas. Es una decisión que todos rechazamos, pero nadie quiere tomarla.

—¿Ustedes lo harán?
Queremos tomarla. Pero etiquetar la solución antes de sentarnos a discutir puede también generar un rechazo a esta voluntad de diálogo de todas las partes. Somos partidarios de una reforma laboral, independientemente de cuál sea el camino. Queremos asumir ese reto. No es fácil. Es sumamente complejo. Si no, ya lo hubiesen hecho los presidentes anteriores.

—El Caso Lava Jato desnudó la debilidad en la fiscalización de aportes a campañas electorales en el Perú. ¿Por qué decidieron plantear el delito de financiamiento ilegal de campañas por un proyecto de ley y no por delegación de facultades?
Porque la delegación de facultades es para procedimientos de corto plazo, como la reconstrucción. No voy a esperar al próximo año para empezar a reconstruir con una nueva norma. El tema electoral es para aplicarlo en las elecciones del año 2021. Entonces, para eso vamos a presentar el proyecto y que haga su trámite. En la reforma electoral, como Ejecutivo, no podemos ni debemos reemplazar al Congreso.

—Anunció que la Educación será una prioridad para su gobierno. ¿Es partidario del enfoque de género en el currículo escolar?
Le hemos pedido al actual ministro de Educación, con especial cuidado, que desarrolle ese tema. Tenemos que evitar la confrontación. Hemos visto los actos detestables que ha habido de violencia contra la mujer en las últimas semanas. Si no es Eyvi Agreda, es la chica que no quiere regresar con su enamorado o la niña que es violada por un familiar cercano.

—¿Está a favor de la pena de muerte para violadores?
Quisiera desaparecer de la faz de la tierra a los violadores, pero somos parte de un sistema que tiene que respetar normas nacionales e internacionales. Hay que castigar actos de violencia, pero, además, prevenir. Eso pasa por la educación.

—¿Cuál es su postura sobre la despenalización del aborto en casos de violación?
No está en la agenda del gobierno, por lo menos ahora. No está descartado, pero hay decisiones que no las puedo tomar de forma individual. Por ahora no lo evaluamos.

—Si le pidiese tres metas específicas que le gustaría cumplir en sus primeros seis meses de gobierno, ¿cuáles mencionaría?
Una reconstrucción del norte francamente en marcha. Se han construido en el primer año 3.000 viviendas, por ejemplo, y nosotros en los primeros seis meses quisiéramos tener 5.000 más. Es decir, tener un cambio de velocidad. Queremos tener por lo menos unos treinta o cuarenta colegios en proceso de construcción.

—¿Llamar a nuevas elecciones generales antes del 2021, como pide Acción Popular y Nuevo Perú, es siquiera una posibilidad?
No. Voy a culminar mi mandato.

—Cuando culmine, ¿habrá un futuro político o es un camino terminado?
Aquí quiero ser absolutamente categórico. No buscaré ningún resquicio legal para tratar de ser candidato presidencial en el 2021. Vamos a trabajar intensamente hasta el 28 de julio del 2021. Ahí le dejaré la posta al nuevo presidente con un país encaminado al desarrollo. Regresaré a mi actividad privada y ya se verá más adelante. Seguiré trabajando por el país desde donde esté. Quizá regrese para ser alcalde de mi ciudad [ríe].

—Para entonces, tal vez pueda enfrentarse al requisito de tres años de militancia para postular al proceso electoral.
A nadie se le debe limitar la posibilidad de postular. No estoy de acuerdo con esa propuesta