Por Navidad, obispo califica de 'brujería' fecundación in vitro

"El abrazo amoroso no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio". El obispo Demetrio Fernández, que vive en Córdoba (España), compartió en YouTube una carta por Navidad en la que fustigó la práctica de la fecundación in vitro. La calificó de "aquelarre* químico de laboratorio". 

El prelado Demetrio Fernández emitió en YouTube su carta pastoral "Navidad y familia". En la misma considera que los hijos solo pueden nacer del "abrazo amoroso" de los padres, los mismos que siempre tienen que ser hombre y mujer.

En YouTube, argumenta que la concepción "no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio, la fecundación in vitro". Esto en virtud que al ser una función asistida, "rompe la armonía de la creación". 

Fernández también dijo en YouTube que existe una clara distinción de las funciones del hombre y la mujer dentro de la familia. "Cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa", dice.  "Cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa", agrega.

Sostiene que El hombre "aporta la cobertura, la protección y la seguridad" y es signo de fortaleza. Mientras que la mujer cumple la función de  "calor al hogar, acogida, ternura".

Según El País, no es la primera vez que Fernández causa polémica con sus apreciaciones. En 2011 afirmó estar convencido que la Unesco tenía como objetivo de un plan para "hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual".

Opiniones como lo citado en el párrafo anterior y la carta compartida en YouTube, fueron constantes en el obispo desde su llegada a Córdoba en 2010. En 2012, por ejemplo, igualó el aborto a un mediático asesinato de un padre contra sus dos hijos en la ciudad donde cumple roles eclesiales. 

EL DATO
La iglesia Católica está en contra de la fecundación in vitro. El papa Francisco considera que la práctica es "jugar con la vida". 

*El Aquelarre es, según la RAE, la junta o reunión nocturna de brujos y brujas, con la supuesta intervención del demonio ordinariamente en figura de macho cabrío, para la práctica de las artes de esta superstición.

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