Redacción EC

El Teatro San Jorge es una de las joyas de la arquitectura en , , que se encuentra a una cuadra de la avenida Caracas y a una cuadra de la calle 13, exactamente en la carrera 15 con calle 13, en medio de bodegas, parqueaderos y ferreterías. Allí yace aún lo que en su época fue uno de los teatros más importantes de la capital del país cafetero.

En esta nota te contamos algunos detalles extraídos de un reportaje realizado por la periodista colombiana Ana Puentes, para Diario El Tiempo de Colombia.

QUÉ ES EL TEATRO SAN JORGE

Considerado por algunos expertos como una joya de la arquitectura de esa época, el Teatro San Jorge es una pieza clave de la historia del cine en la capital.

“De este teatro de fachada azul y con relieves propios del Art déco, salen y entran obreros, arquitectos e ingenieros. Por fuera, el cascarón desgastado de esta edificación no da pistas de lo que está sucediendo adentro: una restauración integral, que costará 13.600 millones de pesos”, se lee en la nota de Diario El Tiempo de Colombia sobre esta sede.

Su construcción fue en el años 1935, cuando Jorge Enrique Pardo, fundador de la flota de buses Santa Fe y acaudalado empresario, adquirió un predio con el que soñó levantar un teatro de cine como los de New York o Los Ángeles, en Estados Unidos.

La estructura se hizo realidad gracias a la habilidad del ingeniero español Alberto Manrique Martín, quien hizo los diseños y, luego, contrató para la obra a la firma Fred T. Ley &Co, la misma que construyó el icónico Chrysler Building de New York.

Tras su construcción, el Teatro San Jorge fue inaugurado el 7 de diciembre en 1938, con una función de cine a la que asistió, incluso, el presidente Eduardo Santos.

RECUPERACIÓN DEL TEATRO SAN JORGE

Hoy, esta estructura que en sus mejores años atrajo la mirada de colombianos y extranjeros hoy parece abandonada. Su aspecto tétrico y disrruptivo, sigue atrayendo la vista de más de un curioso pero parece haber nostalgia en esas miradas.

Por ello, la recuperación es clave en su proceso de tratamiento y para que esta no muera en el tiempo.

“A pesar de que en 1992 se le asignó el tratamiento de Conservación Arquitectónica, este señor inicia unas demoliciones del balcón para poder meter camiones y volverlo bodega”, dice Néstor Vargas, arquitecto y restaurador a El Tiempo de Colombia.

El libro ‘Bogotá Fílmica’ describió así la situación: “El teatro está completamente cerrado, lleno de escombros y con un futuro desolador”. Incluso, varias fuentes confirman que el lugar fue invadido por habitantes de calle y el Teatro se convirtió no solo en su resguardo, sino en su lugar de consumo.

Solo fue hasta 2014, cuando el Idartes le compró por 1.352 millones de pesos el Teatro al comerciante que quiso hacer allí una bodega, que se dio el primer paso hacia el rescate del Teatro. Sin embargo, por la falta de recursos para intervenir la estructura, pasaron muchos años en los que el escenario siguió cerrado.

Finalmente, en 2018, se firmó el contrato de consultoría con NVP para hacer los estudios y diseños.

“Cuando nosotros llegamos ya no estaban las ocupaciones de habitantes de calle, pero estaba todo el producto del deterioro de todos esos años: basuras, escombros. Se habían llevado los cables y habían arrancado los sanitarios, era el total desastre. Las sillas ya se las había llevado la Royals Films a Barranquilla cuando vendió el teatro (al comerciante)”, relata Vargas. Aunque los estudios estuvieron listos entre 2019 y 2020, aún no había certeza de cómo pagar la obra.

Actualmente, en la sala principal, hay enormes perforaciones en el suelo, maquinaria, carretillas, obreros por todas partes y un incesante ruido de taladros y martilleos.

Vargas, por su parte, detalla que las perforaciones se están haciendo para construir un sótano que permita tener cuartos técnicos, depósitos y camerinos. Y, además, anota, que el Teatro podrá tener no solo la configuración clásica de teatro italiano, silletería y, al frente, escenario, sino que se tendrán plataformas para configurar diferentes tipos de montaje: escenario en 360, escenario en el medio o evento con todo el público a nivel, entre otras posibilidades.

“Tenemos previstas entre cinco y seis disposiciones distintas. El Teatro será concebido como algo más dinámico”, afirma. Las distintas configuraciones permitirán un aforo entre 500 y 850 personas, dependiendo del caso.

No obstante, antes de que esté terminada la obra, empezará a vincularse a la comunidad alrededor del Teatro: “no hay apropiación de las infraestructuras si no hay trabajo con las comunidades. En el primer semestre de 2023, junto al Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, comenzaremos conversaciones con los habitantes de alrededor, el primer círculo de personas que podrán asistir al teatro”, afirma Catalina Valencia, actual directora de Idartes.

Fuente: Con información de El Tiempo de Colombia / GDA


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