Rafaella León

Han pasado 35 años desde que Ana María Cogorno entró en la vida de María Reiche y nunca más salió. Podríamos ir un poco más atrás: antes de que ella naciera, su padrastro, Luis Peri Peschiera, piloto de helicóptero, ayudó a María a tomar las primeras fotos de la araña, una de las decenas de figuras sobre las pampas de Nazca, la gran obsesión de la estudiosa nacida en Dresde, en 1903. “Desde entonces se convirtió en la ‘tía María’, cuando venía a Lima tenía un cuarto en nuestra casa”, nos cuenta Ana María, repleta de recuerdos, mientras caminamos alrededor de los milenarios acueductos de Cantalloc, maravillosa obra de ingeniería hidráulica de la cultura Nazca, ubicada a cuatro kilómetros de esa ciudad.

Contenido Sugerido

Contenido GEC