¿Puedes imaginarte una computadora capaz de hacer un trillón de cálculos por segundo, es decir: 1000.000.000.000.000.000?
Esa es la máquina que quiere construir Estados Unidos antes del 2025. Se trataría de la supercomputadora más rápida del mundo. Para ello, el presidente estadounidense Barack Obama firmó este miércoles una orden ejecutiva que marca un paso importante para el desarrollo de este proyecto.
La orden, titulada Creating a National Strategic Computing Initiative (Creación de una iniciativa nacional y estratégica de computación), permitirá unir en un solo organismo los esfuerzos de varios departamentos gubernamentales que llevan años investigando sobre la materia.
El nuevo ente tendrá la tarea de construir una supercomputadora que pueda realizar 1.000 pentaflops, un trillón de cálculos por segundo.
Esa velocidad de procesamiento es 20 veces superior a la de la supercomputadora más potente de la actualidad, una máquina china, y mil millones de veces superior al de una PC.
Y podría revolucionar campos tan variados como la biología molecular o la predicción meteorológica.
Los investigadores de una iniciativa de la Casa Blanca llamada Precision Medicine (Medicina de precisión) aseguran que esa velocidad de procesamiento podría ayudar a crear medicamentos personalizados.
Mientras, el Human Brain Project, una iniciativa de la Comisión Europea para investigar el cerebro humano, considera que permitiría desentrañar los secretos de ese campo.
"Carrera por el liderazgo con China"
En la actualidad Estados Unidos ya tiene supercomputadoras. Es el país del mundo con más de estas máquinas, según la lista publicada este mes por TOP500, organización que clasifica el rendimiento de este tipo de tecnología.
Estados Unidos las utiliza para un gran número de proyectos de investigación científica y de defensa. Entre otros, los ingenieros aeroespaciales de dicho país las usan para hacer modelos de aviones y armas, y los climatólogos para predecir el posible impacto de huracanes y los efectos a largo plazo del cambio climático.
Sin embargo, aunque Estados Unidos es el país con más supercomputadoras, no posee la más rápida.
Esa supercomputadora está en China. Se llama Tianhe-2 y tiene una capacidad de procesamiento de 33,86 pentaflops, el doble de la máquina estadounidense más rápida (Titán).
Así, ante la última decisión de Estados Unidos, los expertos ven una clara competencia entre este país y China por el liderazgo tecnológico.
"Estados Unidos se ha despertado y ha visto que si quiere mantenerse en la carrera (por el liderazgo en el campo de la tecnología) tiene que invertir", explicó Mark Parsons, del Parallel Computing Centre (EPCC) de la Universidad de Edimburgo (Escocia).
Aunque el país lleva años invirtiendo en ello. En el 2012 la administración Obama ya destinó US$126 millones para el desarrollo de esta clase de tecnología, seis veces más que el año anterior.
"En el clavo, en términos de estrategia"
Por su parte, Richard Kenway, profesor de física matemática y subdirector de computación de alto rendimiento de la Universidad de Edimburgo, cree que el plan de Estados Unidos da "en el clavo" en términos de estrategia.
"Da en el clavo al unir la ambición de desarrollar un nuevo hardware con la de mejorar el Big Data (los sistemas informáticos basados en la acumulación y procesamiento a gran escala de datos)", señaló a la BBC.
Y al igual que los expertos del proyecto Precision Medicine de la Casa Blanca, Kenway insistió que la supercomputadora podría ayudar a diseñar fármacos a la medida de cada paciente.
"Hoy las medicinas se diseñan para el humano promedio y funcionan bien para algunas personas, pero no para todas", dijo.
"El verdadero reto es diseñar fármacos para cada individuo, porque ya se puede conocer su genoma y su estilo de vida".
La supercomputadora también permitiría predecir el clima a largo plazo, señaló Parsons. Y dará a Estados Unidos una capacidad de investigación mayor que la de cualquier país, incluso China.