(Foto: Juan Ponce / El Comercio)
(Foto: Juan Ponce / El Comercio)
Bruno Ortiz Bisso

Hay quienes no saben su nombre, pero la reconocen como , su identificación en las redes sociales. Maite Vizcarra tiene un largo historial relacionado con las tecnologías y la innovación: trabajó en empresas privadas, pasó por el mundo académico, fundó el primer centro de innovación del país, condujo un programa de TV y ha publicado varios libros sobre innovación. Desde hace unos años, radica en Noruega y, tras ver cómo esa parte del mundo se adapta a una verdadera , quiere ser el nexo para que algo de esas experiencias se aproveche en nuestro país. La también consejera de la Agenda Digital Andina está desde hace unas semanas en Lima y conversó con El Comercio sobre los retos que deben asumir los ciudadanos y el Estado para no quedarnos rezagados en el mapa mundial.

— ¿POR QUÉ, MÁS DE 20 AÑOS DESPUÉS DE LA POPULARIZACIÓN DE INTERNET, MUCHA GENTE SIGUE PENSANDO QUE LO QUE PASA EN LO DIGITAL NO TIENE REPERCUSIONES EN EL MUNDO REAL?
Me parece que es una visión muy local. Tiene que ver con la resistencia al cambio, por no entender bien el impacto de este asunto, por considerarlo un tema menor o calificarlo de “movidita tecnológica”. Pero es todo lo contrario, es una gran revolución cuyo impacto pretenden minimizar. Pero el principal problema es que este comportamiento no es solo de la gente común, sino de muchos líderes y de la clase dirigente, tomadores de decisiones. No entienden nada y son los que tienen que decidir al respecto.

— ¿Y CÓMO SE EXPLICA ESTO SI JUSTAMENTE SE TRATA DE PERSONAS QUE ESTÁN EN CONTACTO CON GENTE QUE TIENE IDEAS MÁS ACTUALIZADAS?
Es porque, probablemente, no están pensando en digital. Entrar en estos espacios globales te permite tomar contacto con realidades distintas a la tuya, así como con actitudes y valores distintos. Pero ser digital es convertirse en una persona abierta a nuevas experiencias, flexible, con intenciones de escuchar y aprender del otro, de ver modelos, adaptarlos y hacerlos suyos. Pero si se sigue pensando como en el siglo pasado, en analógico, si crees que tu palabra es la única verdad, entonces hay una contradicción. El tema es que si nuestros tomadores de decisiones dejan de pensar como en el siglo pasado tendrán que salir de su zona de confort y perderán muchas cosas. Cuando se piensa realmente en digital, hay que estar abierto a la experimentación, abierto a que se cometerán errores y abierto a que uno no es el dueño de la verdad absoluta. 

— ¿QUÉ TANTO LE HA SERVIDO VER CÓMO SE HACEN LAS COSAS EN LO DIGITAL EN UN PAÍS COMO NORUEGA?
Te choca. En esos países hace tanto frío que la gente se ve obligada a socializar de otra manera, la digital. Entonces, tienen que pasar mucho tiempo en línea (el nivel de digitalización es del 100%, conexiones rápidas, con fibra óptica, todos con un dispositivo móvil y el Estado totalmente digital). Esto hace que la gente sea más abierta, que no tenga las mismas dudas y preocupaciones que un usuario digital de este lado del mundo. 

— AQUÍ SE CREE QUE LOS MÁS CHICOS SON DIGITALES PORQUE NACIERON CON CONEXIÓN A INTERNET, TV POR CABLE Y UN CELULAR EN CASA. PERO SER REALMENTE DIGITAL VA MÁS ALLÁ…
La tecnología también provoca la adopción de ciertas actitudes y valores. Pensando en el caso peruano, hay que empezar a pensar más allá de un software o de un aparato. Hay que pensar en el impacto en las personas y en la sociedad. Lo que me preocupa es que empezamos el tema de la innovación en el 2012 y la aguja no se mueve, porque todo el asunto político (como es común en Latinoamérica) nos tiene absorbidos, no se generan otros espacios que permitan ampliar la agenda. Casi todos estamos concentrados en la cosa menuda y los grandes temas nos están afectando tanto que como país nos estamos volviendo irrelevantes.

— O SEA QUE NO SOLO HAY QUE ADOPTAR LA DIGITALIZACIÓN PENSANDO EN EL DESARROLLO, SINO EN SER RELEVANTES ANTE EL RESTO DEL MUNDO…
Cuando vas a foros internacionales o regionales, el Perú está muy rezagado en ese tema. Es como decir que estás en una carrera y que el requisito es que todos usen zapatos. Y cuando recién te los consigues, resulta que tus competidores ya están usando zapatillas. Eso es lo que sucede más o menos con el Perú. Estos cambios son tan rápidos que mientras estás dando pasos para adoptar un modelo, este ya cambió. Hace unos cinco años o más se empezó a discutir sobre un Ministerio de Ciencias y Tecnología. Por ejemplo, en Noruega acaban de crear el Ministerio de la Digitalización, dando a entender por dónde va el asunto. El tema ya no es la infraestructura, el software, sino el impacto de los procesos y cómo te van a servir. La digitalización y el uso de la inteligencia artificial están redefiniendo los trabajos. Hay trabajos que ya no van a existir, sobre todo los que son repetitivos y simples (que pasarán a los robots). Pero eso da pie a que el humano tenga que estar mejor educado. Eso va a tener un impacto social.

— ¿EN QUÉ ESTADO SE ENCUENTA EL PERÚ?
En el Perú no se está ni discutiendo sobre estos temas ni se proponen cosas. Es necesario que nuestro país aproveche y se adapte a estos cambios más rápido para no volverse irrelevante. Y no es solo por aparecer en las estadísticas. Todos hablan de nuestra gastronomía, de nuestro acervo cultural. Pero si no llevamos esto a los nuevos entornos, todo eso será solo un recuerdo. Al final del día, el Perú no aparecerá en el mapa global, no tendrá relevancia y eso es muy triste. Lo peor es que la juventud, llamada a ser agente de cambio, no lo puede hacer porque ha crecido con barreras, como conexiones malas a Internet, docentes desactualizados, falta de infraestructura.

Contenido sugerido

Contenido GEC