Usar el cerebro desde muy joven, particularmente durante la adolescencia, estimularía la sobrevivencia de nuestras neuronas, y podría afectar cómo nuestro cerebro funciona después de la pubertad.
¿Quieres saber en qué consistió la investigación? Pues lee el más reciente post del blog Bajo el microscopio de Patricia Jumbo.