Una hermosa araña europea, conocida como Larinia jeskovi, cuelga de su tela. Por fin alcanzó la madurez sexual y espera nerviosa la llegada de su galán —están en época de apareamiento.
El macho de este tipo de araña la divisa. Se acerca con mucha precaución. Sabe que muchas de sus parientes suelen comerse a sus parejas.
La hembra no pone resistencia a pesar de ser la primera —y tal vez la última— vez que lo vea. Deja que su pareja se acomode sobre su vientre; y, lo que pensó que sería el momento más feliz y excitante de su vida, termina de manera abrupta y dolorosa. El sexo no duró ni seis segundos. Es más, cuando todo terminó, el macho le mutiló el escapo y huyó corriendo.
Si queires saber más sobre el comportamiento de este arácnido, lee el más reciente post del blog Expresión Genética del biólogo David Castro.