Especialistas de la Agencia Espacial Europea (ESA) han impreso un ladrillo utilizando polvo lunar simulado y luz solar concentrada, con el fin de demostrar que los futuros colonizadores de la Luna podrían utilizar esta tecnología para construir asentamientos.
"Tomamos material lunar simulado y lo cocinamos en un horno solar", explica el ingeniero de materiales Advenit Makaya, quien supervisa este proyecto para la ESA. "El procedimiento se llevó a cabo en una mesa de impresora 3D, que permitió hornear sucesivamente capas de 0,1 mm del polvo lunar a 1.000 °C. Podemos completar un ladrillo de 20x10x3 cm para construir en unas cinco horas", agregó.
Para producir el ladrillo se utilizó como materia prima suelo lunar simulado, que está basado en material volcánico terrestre y procesado para imitar la composición del suelo de la Luna.
El polvo se cocinó en un horno solar instalado en el Centro Aeroespacial Alemán DLR, ubicado en Colonia. La máquina está conformada por 147 espejos, los cuales enfocan la luz solar en un haz de alta temperatura que funde los granos de suelo.
Como en ciertas partes de Europa el Sol no siempre coopera, en ciertas ocasiones es simulado por una lámpara de xenón, que se utiliza en los proyectores de cine.
Los ladrillos obtenidos a través de este proceso tienen una resistencia equivalente a la del yeso, y presentan cierta falla: sus bordes se enfrían más rápido que el centro.
Para Makaya, una solución a este problema podría ser acelerar ocasionalmente la velocidad de impresión para que se acumule menos calor dentro del ladrillo.
Pero a pesar del resultado, se trata de un proyecto que ha demostrado que este tipo de tecnología podría aplicarse para la construcción de un futuro asentamiento en la Luna.