Puede que no sean las aves más inteligentes o incluso más agradables del mundo, pero las palomas, según demostraron una serie de experimentos recientes, tienen la capacidad distinguir entre tejido canceroso y sano en mamografías y diapositivas digitalizadas.
De acuerdo a los investigadores que publicaron el estudio en la revista Plos One, las palomas lograron en total acertar en el 99% de los casos.
En el laboratorio
En una de las pruebas, el equipo de Levenson les presentó a ocho palomas 144 imágenes en blanco y negro y en color.
Después de cada imagen, la paloma debía pulsar una tecla azul o amarilla para indicar a qué categoría pertenecía el tejido (sano o enfermo).
Cada acierto fue recompensado con comida, mientras que después de cada fallo, las palomas debían seguir viendo nuevas imágenes hasta volver a dar en el blanco.
El segundo experimento –que involucró la identificación de microcalcificaciones, que suelen estar asociadas a la presencia de cáncer– también fue exitoso.
Ni la ausencia de color ni el cambio en la compresión de las imágenes perturbó la habilidad de las palomas.
Las respuestas combinadas de los ocho individuos dieron un resultado final de 99% de precisión.
La única prueba que mostró resultados menos alentadores fue una en que las aves debían identificar masas sospechosas en las mamografías.
Aunque hay que reconocer que esta tarea es extremadamente difícil incluso para radiólogos de mucha experiencia.
¿Palomas en el consultorio?
¿Pero cómo es posible que un animal con un cerebro más pequeño que la punta de un dedo pueda, después de 25 días de entrenamiento, ponerse al mismo nivel que un radiólogo experimentado con años de estudio?
"Puede que no sepan escribir poesía, pero han tenido millones de años para desarrollar las habilidades que tienen para navegar un mundo muy complicado y peligroso", explica Levenson.
"¡Por eso no me sorprende que puedan practicar patología!", añade el investigador.
Pese a lo diminuto de su cerebro, estas aves tienen una gran inteligencia visual que, de hecho, supera a la de los seres humanos.
Mientras que nuestros ojos tienen tres receptores de colores, los de estos animales tienen cinco.
Y no hay que olvidar que pasan horas mirando el suelo buscando semillas e insectos para comer.
Esto las convierte en expertas para detectar anomalías en medio de patrones visuales complejos.
Sin embargo, el talento recién descubierto de las palomas no significa que puedan reemplazar a los radiólogos en los consultorios médicos.
Lo que el equipo cree es que se las puede utilizar para ayudar a investigadores e ingenieros a evaluar nuevas técnicas de análisis por imágenes.