Panamá impulsa un proyecto que investigará la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que absorben y almacenan los manglares en el país centroamericano, con el apoyo de Alemania, Naciones Unidas y la organización Wetlands International, informaron hoy fuentes oficiales y diplomáticas.
El proyecto “Protección de Sumidores y Reservas de Carbono en los Manglares y Áreas Protegidas de Panamá“, que se presenta por primera vez en el país, medirá la importancia de los manglares para el cambio climático local y global.
Con el plan se pretende igualmente fortalecer las capacidades de las entidades gubernamentales y autoridades locales en el manejo del recurso, promover microproyectos comunitarios y sensibilizar a los habitantes de las comunidades de San Félix, San Lorenzo y Remedios, en la occidental provincia de Chiriquí, donde ya fue presentado.
Panamá cuenta con 169.700 hectáreas del ecosistema de manglar, pero no se sabe cuánto dióxido de carbono absorben de la atmósfera cada año ni cuánto de él está almacenado en sus ramas, hojas, troncos, raíces o suelo, según datos del Centro del Agua del Trópico Húmedo para América Latina y El Caribe (CATHALAC).
Un elemento novedoso del proyecto es investigar exactamente estos datos para utilizarlos en la formulación de estrategias para la mitigación del cambio climático, así como en los reportes del país ante la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), según información oficial.
La iniciativa, que concluye en 2018, busca determinar la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que absorben y almacenan estos humedales en Panamá.
La coordinadora del proyecto, Isis Pinto, aseguró que la cooperación de Alemania ayudará a la mitigación y adaptación al cambio climático y a la conservación de la biodiversidad, así como al desarrollo social, económico y ambiental de las tres comunidades participantes.
Estos manglares, resaltó la directora de áreas Protegidas de Panamá, Zuleika Pinzón, también son fuente de ingresos para muchas comunidades, como las del proyecto, y son la primera línea de protección ante eventos adversos identificados como impactos del mismo cambio climático.
Entre los eventos adversos está la subida del nivel del mar, una aumentada intensidad y frecuencia de vientos fuertes, marejadas y oleajes.
A su vez, el director de Wetlands International en Panamá, Julio Montes de Oca, dijo que ante la mayor vulnerabilidad climática que estas comunidades ya viven, es “clave” diseñar e implementar medidas de adaptación orientadas a fortalecer el capital natural y la base de las actividades económicas locales.
El proyecto contempla una capacitación a los funcionarios del Ministerio de Ambiente y la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) en temas de adaptación al cambio climático basado en ecosistemas marino costeros y herramientas para incorporar el tema en su trabajo diario.
Fuente: EFE