(Ilustración: Rolando Pinillos)
(Ilustración: Rolando Pinillos)
Diego Suárez Bosleman

Puede que muchos hayan amanecido experimentado fatiga, náuseas y dolor de cabeza. Si es que en la noche anterior ingirió cantidades excesivas de alcohol, sabe lo que esto significa: resaca.

Existen varias creencias populares sobre cómo sobrellevarla y superarla. Pero antes de llegar a ese punto, analicemos por qué el cuerpo reacciona de esta manera, ¿cuál es la ciencia de la resaca?

–Un cuerpo alterado–

El alcohol tiene la capacidad de inhibir la producción de la hormona vasopresina, que reduce la cantidad de orina. Al ser bloqueada, obliga al riñón a deshacerse rápidamente de las reservas de agua. Esto puede conducir a un estado de deshidratación, lo que a su vez se manifiesta en mareos y aturdimiento. Asimismo, el típico dolor de cabeza que uno siente se debe a que la membrana que recubre al cerebro (la duramadre) se contrae producto de la falta de agua en el cuerpo.

Pero eso no es todo. El cuerpo gasta energía extra al degradar el alcohol. Como consecuencia, baja la concentración de vitamina B en el organismo, señala un informe de la Universidad de Oxford. Sin esta, uno empieza a sentirse cansado.

De acuerdo con la Clínica Mayo (EE.UU.), el alcohol aumenta también la producción de ácido en el estómago y ralentiza el vaciado estomacal. Estos factores pueden desencadenar dolor abdominal, náuseas o vómitos. Los problemas de memoria, la falta de concentración y de apetito pueden asociarse a una respuesta inflamatoria por parte del sistema inmunitario.

–Derribando mitos–

Lamentablemente, el cebiche no funciona para cortar la resaca. Roberto Piccini, gastroenterólogo de la clínica Ricardo Palma, le dijo a El Comercio que esta arraigada costumbre tiene el efecto opuesto.

“El alcohol es irritante, por lo tanto puede desencadenar gastritis. Lo que hace el cebiche es empeorar esa gastritis”, advierte el experto.

Pretender eliminar la resaca con más alcohol no es una solución. Lo que hace este hábito es simplemente regresar a los efectos placenteros de estas bebidas, pero la resaca volverá a aparecer.

Los alimentos grasosos hacen que el alcohol sea absorbido más lentamente en el tubo digestivo, pero no limitan sus efectos.

Piccini recomienda hidratarse mucho para combatir la resaca. Asimismo, sostiene que intercalar entre un vaso de alcohol y uno de agua puede ayudar a disminuir los malestares.

La nutricionista María Teresa Zumarán, de la misma clínica, recomienda consumir tostadas para evitar la acidez estomacal, un tazón de frutas frescas para disminuir las náuseas, y huevos, que ayudan a descomponer las toxinas del alcohol. Del mismo modo, pide no ingerir alimentos condimentados ni postres.

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