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Redacción EC

La eventual colisión de las Andrómeda y Vía Láctea -donde se encuentra el- es un evento del que científicos han debatido en diversas oportunidades, algo que aseguran podría ocurrir dentro de ocho mil millones de años. Sin embargo, otro cuerpo celeste podría llegar antes a este escenario.

Se trata de la Gran Nube de Magallanes (LMC, por sus siglas en inglés), una galaxia enana, satélite de la propia Vía Láctea, que se encuentra a unos 163 millones de años luz y que podría generar una colisión dentro de los próximos dos mil millones de años.

Al menos así lo describe un trabajo de investigadores de la Durham University, en Reino Unido, publicado esta semana en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society y liderado por el doctor Marius Cautun, quien destaca que si bien "dos mil millones de años puede sonar con un periodo extremadamente largo comparado con la vida humana, en tiempos cósmicos es muy poco".

Hasta ahora se creía que la LMC tenía dos futuros: orbitar la Vía Láctea durante muchos millones de años o, debido a la alta velocidad con que se mueve, escapar de la fuerza gravitacional de nuestra galaxia. Algo que esta investigación tira por tierra y trae una nueva teoría, con mayores efectos para nuestro planeta.

De producirse esta colisión, los investigadores de la casa de estudios británica predicen que un evento de este nivel podría generar que el, ahora inactivo, agujero negro que se encuentra en el centro de nuestra galaxia despierte y comience a devorar lo que se encuentre en su entorno, lanzando radiación de alta energía.

Si bien estos "fuegos artificial" no necesariamente tendrían un efecto en la vida de la Tierra, los científicos establecen que el impacto inicial podría enviar a todo el Sistema Solar a dar vueltas en el espacio. El cambio en el futuro de esta galaxia satélite ocurre luego del descubrimiento de la cantidad de materia oscura que contiene, la que es casi el doble de la que se pensaba anteriormente.

Debido a estas mediciones, los científicos establecen que la Gran Nube de Magallanes está condenada a colisionar con la Vía Láctea, en la medida en que pierde rápidamente su energía.

Otro de los autores, el profesor Carlos Frenk, director del Instituto de Cosmología Computacional de la misma universidad, detalla que "el Universo está constantemente en evolución, muy seguido a través de violentos eventos como la potencial colisión con la LMC".

Fuente: Emol/GDA

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