La semana pasada EE.UU. reforzó la seguridad en los aeropuertos por temor al ingreso de explosivos en vuelos comerciales que salen e ingresan del país. La amenaza terrorista y el tráfico de drogas es el pan de cada día con el que tienen que lidiar los agentes de aeropuertos de todo el mundo. Por ello, se utiliza a perros para que olfateen objetos sospechosos por la gran sensibilidad del olfato.
Una firma israelí acaba de anunciar la creación de una ‘nariz’ electrónica que usa nanosensores, es de bajo costo y tan o más sensible que el olfato de un can.
El olor es una manifestación de moléculas; una expresión de características químicas.
UNA NUEVA VERSIÓN
Las narices electrónicas funcionan con métodos informáticos para realizar análisis químicos, pero los dispositivos suelen ser de gran tamaño. Este sensor, capaz de detectar explosivos y armas biológicas o químicas, es de bolsillo. Esto permitirá a los agentes policiales o militares ejecutar inspecciones más efectivas en aeropuertos o eventos con gran afluencia de personas, grandes estaciones de buses, etc.
El uso de la nanotecnología en este aparato asegura la detección de las moléculas que aportan olor a las cosas; tanto de las muestras de aire, líquidos o sólidos.
Hasta el momento, el dispositivo pasó pruebas de eficiencia con varios componentes. Se espera que esté disponible en el 2015.