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¿Pasillo o ventana? Una encuesta del comprador de vuelos Skycanner indica que el 60% de los pasajeros que viajan en avión eligen ventana para no perderse las vistas desde el aire.
¿Pero, de qué forma en un vuelo todos los pasajeros pudieran observar volcanes, lagos y los colores del atardecer? El Centro de Proceso de la Innovación (CPI), una firma británica en la que 1.500 científicos trabajan para crear innovadores procesos y reinventar los ya existentes, propone la eliminación de todas las ventanas como las conocemos hoy.
Puede sonar contradictorio si lo que se quiere es ampliar el campo de visión de los pasajeros, pero su osada propuesta se basa en recubrir todo el interior de la cabina con pantallas flexibles para observar en 360 grados aquello que hoy vemos en no más de 30 centímetros de largo y 20 de ancho.
RESISTENTE Y FLEXIBLE
Estas pantallas, hechas con tecnología de emisión de luz orgánica (OLED), se basan en el traspaso de imágenes por varias capas muy delgadas que se reflejan en estos paneles. Las imágenes que proyecta son las captadas en tiempo real por cámaras distribuidas alrededor del fuselaje externo de la nave.
Como están inspiradas en las pantallas de móviles y otros dispositivos inteligentes, son táctiles y pretenden ampliar las opciones de entretenimiento del pasajero. A pesar de que existen imágenes generales para toda la cabina interna que el personal activará por ejemplo, durante las instrucciones de seguridad, cada persona podrá elegir qué es lo que desea ver o apagar la imagen externa. Los respaldos de los asientos también estarán recubiertos con este material, que puede usarse para navegar en Internet, jugar o trabajar.
El equipo de CPI asegura que en viajes largos ayuda a superar el jet lag o descompensación horaria que produce un desfase en el sueño de las personas porque se pueden modificar la luminosidad y el brillo simulando noche o día.
Pero además del pasajero, esta tecnología tiene importantes propuestas para las compañías aéreas y los fabricantes de aviones. Este material, afirma CPI es más delgado que el fuselaje actual pero no por eso menos resistente. Esta delgadez reduce el peso de la nave, lo que produce un menor consumo de combustible e impacta en una reducción de las emisiones CO2, un objetivo al que apunta la industria de vuelos comerciales, siendo una de las opciones actuales, el uso de combustible vegetal.
Los aviones sin ventanas y con tecnología OLED podrían ser una realidad en menos de diez años, estima CPI, y aunque podrían ser una preocupación para quienes tienen pánico a volar, la reducción del boleto aéreo y el ensanchamiento de asientos, como consecuencia del ahorro, podrían aliviar de alguna forma el temor.
EL DATO Se calcula que cada 3.100 millones de personas viajan por el mundo en transporte aéreo.