Jürgen Schmidhuber es un científico informático alemán que empezó a interesarse por la inteligencia artificial (IA) cuando era joven. En esos años soñaba con construir un robot que fuera más inteligente que él. Décadas más tarde es líder de la firma NNAISENSE- encargada de diseñar robots que aprenden como lo hacen los niños- y sigue buscando cumplir su sueño. “En dos décadas habrá robots más inteligentes que los humanos”, es su mensaje profético.
La inteligencia artificial avanza a pasos agigantados y con ello la posibilidad de cumplir su deseo. “Mi intención es construir un autómata que aprenda a ser más inteligente que yo y resuelva los problemas que yo no puedo resolver. Cuando lo consiga me jubilaré”, dice a El País dibujando una sonrisa en su rostro.
Jürgen creó en 1997 un algoritmo llamado Long Short Term Memory (LSTM), que ha revolucionado el procesamiento del lenguaje natural de las máquinas y es usado por Google, Facebook o Amazon.
Ahora en su empresa trata de fabricar robots que sean autónomos y capaces de aprender como lo hacen los niños. “La mayoría del tiempo no tratan de imitar a sus padres, sino que aprenden por sí mismos.
Ven procesos, los interpretan y los reproducen”. Señala que los menores inventan sus propios experimentos para aprender cómo funciona el mundo y hacen sus predicciones sobre qué acciones les van a causar dolor o satisfacción. A estos robots en principio se les proporciona una serie de órdenes, pero luego, mediante sistemas de machine learning, pueden aprender habilidades nuevas por su cuenta.
Según el experto en inteligencia artificial, la clave está en dotar a los robots “la curiosidad de un bebé que intenta hacer experimentos y entender cómo funciona el mundo y las consecuencias de sus acciones”.