Lenguaje de multitudes
Lenguaje de multitudes

El lenguaje aguanta todo. En el fútbol abundan las frases tanto arbitrarias como seductoras. El pensador francés Albert Camus, existencialista y arquero, dijo que todo lo que sabía de la moral humana se lo debía al fútbol. Otros confían en el balompié para describir una idiosincrasia. El periodista italiano Gianni Brera, valiéndose del ‘catenaccio’ (el cerrojo o sistema pelotero defensivo y amarrete), se refirió a un contexto de posguerra y apuntó: “Somos feos, somos débiles […] El italiano debe defenderse, ser astuto”. El fútbol es tanto una disciplina multiuso como un drama premundialista peruano en los días venideros. Depende del ángulo: el lenguaje se hermana con una lectura sensata de la realidad, el pensamiento mágico o un desesperado acto de fe. A los menos futboleros más de una frase sobre el balón de la TV y la radio les puede parecer antojadiza, esotérica o absurda. A días del partido entre las selecciones del Perú y Argentina, valga esta guía para sentirse menos perdido en medio de la euforia de los hinchas:

1. "¡No nos ganan!"

La gesta de la selección peruana para eliminar al conjunto argentino y clasificar a México 70 fue amplificada por esta frase de Augusto Ferrando, quien trasladó su impetuosa formación en el relato hípico a la narración pelotera. Era 1969 y Ferrando narraba el partido que se jugaba en la Bombonera, el mismo estadio en el que se disputará el encuentro de este jueves entre el Perú y Argentina (el hincha local más creyente confía en que la historia es cíclica). Según Genaro Delgado Parker, el mandamás de Panamericana Televisión, Humberto Martínez Morosini estaba tan resfriado que se quedó sin voz en pleno relato del partido, por lo que Ferrando le quitó el micrófono para perennizar una épica: “¡No nos ganan, juro que no nos ganan!”.

2. “El tiempo pasa y no se detiene” y “La hora es la hora”

Ejercicios retóricos y tautológicos extremos del narrador Toño Vargas. Estas sentencias subrayan la duración reglamentada de un partido de fútbol (a diferencia de un partido de tenis o de vóley) y aluden con obviedad a la relevancia de cada segundo de juego. Las frases pertenecen al mismo árbol genealógico de “la U es la U”, inmortalizada por el ‘Puma’ Carranza.

3. “Matemáticamente todavía podemos clasificar”

Desde hace décadas, un estado de ánimo peruano y el aferrarse a lo poco probable se conjugan en la triste metáfora de una calculadora. Su origen se remonta a la frase: “Matemáticamente todavía podemos clasificar”, dicha por el serbio Vladimir Popovic, el técnico de la selección nacional en las Eliminatorias a EE.UU. 1994, cuando su campaña ya enrumbaba hacia el fracaso. Su expresión se convirtió en un chiste. La prensa repetía con deleite la sentencia de Popovic. La frase caló en el imaginario colectivo. El lenguaje hizo lo suyo. La calculadora pasó a ser un símbolo de derrota o falta de grandeza. Ojalá el sentido trágico o socarrón de esta metáfora, por fin, se revierta.

Una acotación: el asistente de Popovic fue Juan Carlos Oblitas, quien luego como técnico de la selección hizo una campaña muy decente –e injustamente vapuleada en su momento– en las Eliminatorias a Francia 98. Hoy Oblitas es el director deportivo de la Federación Peruana de Fútbol que contrató a Ricardo Gareca. Pocas voces tan autorizadas como la de Oblitas en temas sobre la selección.

4. “Los palos son así, a veces juegan para el delantero, a veces para el arquero”

El periodista Daniel Peredo resume de esta manera ese instante dramático en el que la pelota choca con el palo: una síntesis filosófica sobre las consecuencias del azar. Esta categoría también cuenta con un aporte de Toño Vargas, quien suele invocar a la diosa fortuna.

Fuera del fútbol y salvando las distancias, el cineasta Woody Allen llevó el azar deportivo al tenis. El resultado es “Match Point”, película que expone dos posibilidades cuando la pelota de tenis choca con la red: pasa al otro lado o no (Allen se vale de esta premisa sencilla para ironizar y burlarse de la suerte). “Match Point” se centra en un tenista que pierde la cabeza por su amante, y en la influencia del azar en sus arrebatos sexuales y desdichas.

Por cierto, aún no existe una gran película de ficción relacionada estrechamente con el fútbol. Sobre la dificultad de adaptar el balompié en la pantalla, el poeta Abelardo Sánchez León comentó en una entrevista con El Comercio: “Creo que el fútbol está para ser jugado, no para ser leído. Es como la ópera, que es para ser vista, no escuchada. El deporte más literario es el box, porque ahí te la juegas, ahí hay muerte, ahí hay puñete. Como dice Borges: es más natural ver a dos hombres peleando que a 22 persiguiendo una pelotita. O sea, el box en cine y literatura. Gay Talese tiene un relato maravilloso. Norman Mailer tiene ‘El combate’. Eso sí he leído, pero el fútbol o el tenis no dan para mucho, y la natación no da para nada”.

5. “Cuando no se puede jugando, la pelotita parada…”

Daniel Peredo, otra vez. La expresión se refiere a esos momentos en los que el juego asociado o colectivo no fluye, por lo que hay que recurrir a otros caminos para llegar al gol: tiro libre o tiro de esquina. La “pelotita parada” ha sido un dolor de cabeza histórico en la selección peruana.

6. “Aquí no pasa nada”

Las elegantes maneras para la narración de Humberto Martínez Morosini escondían a un espectador de fútbol impaciente. Sobre su célebre frase que puede ser aplicada en cualquier circunstancia, él afirmó: “En un partido, si no hay gol, no se cuenta con emoción. Entonces, para mí si en 15 minutos del primer tiempo no hay gol, se trata de un ‘aquí no pasa nada’”.

7. “Ya vienen los goles de Cubillas”

Memorable dicho de Pocho Rospigliosi para anunciar que ya venía en su programa “Gigante deportivo” lo que el público esperaba. El profesor Juan Gargurevich detalla su origen: los Strikers de Florida, con tres tantos de Teófilo Cubillas, habían goleado al New York Cosmos de Pelé. El mismo Cubillas traía desde Miami a Lima la grabación de sus anotaciones. El formato estadounidense de la cinta, sin embargo, debía ser adaptado técnicamente en el Perú para que pudiera ser transmitido. Pasaron horas y un angustiado Pocho se limitaba a exclamar: “Ya vienen los goles de Cubillas”. Hasta que el inconveniente se resolvió. Esa edición de “Gigante deportivo” reventó en ráting. La frase quedó.

Pocho era ingenioso hasta para meter publicidad. Aprovechaba la caída de un jugador en un partido que era transmitido por radio para preguntarse: “¿Qué pasó, qué pisó?”. Y alguien respondía: “Pisó pisos Pisopak”.

Micky, el hijo de Pocho, continuó con la frente en alto el quehacer periodístico y deportivo de su padre. Escuchar los relatos en radio Ovación de Micky Rospigliosi –acompañado por Máximo ‘Vides’ Mosquera, Mario Grau, Rolly Cadillo, Enrique Valdez, Freddy Lazo Tincopa, Elejalder Godos, entre otros– era un deleite electrizante.

8. “Acéptalo Chile, Perú fue más”

Toño Vargas, nuevamente. Una invocación para reconocer la superioridad del rival. Dignidad en la derrota.

9. “Un gol más va a haber”

Daniel Peredo en pleno seguimiento de un partido abierto, probablemente de ida y vuelta, generoso y perfecto para los que no soportan las disputas en las que ‘no pasa nada’. Un encuentro sin especulación.

10. “En el rincón de las ánimas”

Apunta a ese lugar al que el arquero no llega, por lo que si la pelota transita por ahí, le será imposible evitar el gol. Un espacio inalcanzable, como si fuera el más allá. Imagen poética de Humberto Martínez Morosini para las masas.

TIEMPO EXTRA:

Existen, desde luego, muchas otras frases que merecen ser consignadas o analizadas (el lenguaje puede ser una dimensión arcana). Aquí mencionamos algunas:

“Estaba solo, soloooooo, oye, oyeeeeee” (Jesús Arias)

“Se sienten pasos en el arco del Real Madrid” (Raúl Maraví)

“Se formaron las parejas y no para bailar” (Gino Bonatti)

“Liquide, Mendoza. Defina, Mendoza. No lo entiendo. Sufrimos todos” (Toño Vargas)


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