Alexis Magoo adoptó a Kila hace 2 años y ambas vidas cambiaron para bien.
Alexis Magoo adoptó a Kila hace 2 años y ambas vidas cambiaron para bien.
Andrea Carrión

Esta perrita de raza mixta pasó sus primeros meses mendigando por atención y comida en las calles de Tijuana, México, exponiéndose a los caprichos del clima y soportando la indiferencia y las pedradas de niños y borrachos, entre otras adversidades propias de vivir en la calle.

Para su fortuna, un grupo de rescatistas del grupo Forever Home Pet Rescue, de los Ángeles, California, no la pasó por alto. La perrita fue llevada al otro lado de la frontera y en poco tiempo fue puesta en adopción.

Claro que al hecho de tratarse de una perrita sin una raza establecida –detalle que desanima a mucha gente para adoptar-, se sumaba otro reto: ceguera. La discapacidad física es otra barrera que dificulta cerrar una adopción.

Kila fue adoptada cuando tenía 9 meses.
Kila fue adoptada cuando tenía 9 meses.

Felizmente ni una ni otra fueron obstáculos para Alexis Magoo. Por esos días ella misma estaba atravesando por serios retos emocionales y al enterarse de que esta perrita tan especial estaba en adopción, no lo dudó dos veces. La llevó a casa y la llamó Kila.

“Estaba pasando por muchos problemas personales, andaba triste todo el tiempo, tenía mucha ansiedad y me sentía miserable”, cuenta Alexis en una nota publicada por Caitlin Jill Anders en el portal The Dodo. “Pero Kila, instantáneamente, trajo felicidad a mi vida y a todos los que la rodean. Ella solo sabe de amor y lo irradia a través de sus ojos”.

Cuando Alexis adoptó a Kila, la perrita apenas tenía 9 meses de edad. No se sabe exactamente qué provocó la ceguera en Kila, pero para ella es como si nunca hubiera visto. Actúa como una perrita con todas sus facultades físicas y es capaz de hacer lo que se proponga.

Pese a su ceguera, Kila corre sin miedo.
Pese a su ceguera, Kila corre sin miedo.

De hecho, cuando recién llegó a casa de Alexis, Kila enfrentó uno de sus peores desafíos: las escaleras. La pobre cachorra temblaba de terror cada vez que le tocaba subirlas y bajarlas, hasta se escapaba y se escondía cuando presentía que llegaba el momento de hacerlo.

“Trabajamos duro cada noche para que se sintiera más cómoda con las escaleras. Le movía sus patas una por una y le enseñaba cómo hacerlo”, cuenta Alexis. “Después de dos meses, no solo subía y bajaba escaleras ella sola, sino que corría por ahí sin problema”.

Actualmente Kila tiene 2 años de edad. Para adaptarse al lugar al que vaya, Kila suele dar vueltas en círculos hasta ubicar bien los alrededores, luego corre y juega por todos lados, sin miedo de caerse o de golpearse.

“Kila es muy inteligente”, asegura Alexis. “Ella entiende cuando le digo ‘arriba, abajo, derecha, para, peligro...”.

Kila se lleva bien con todos.
Kila se lleva bien con todos.

Pese a la crueldad que sufrió cuando era más joven, Kila se lleva bien con todos: personas, perros, gatos, adultos, niños, etcétera’. Eso sí, cuando personas desconocidas para ella llegan a casa, advierte a ladridos que alguien está afuera, como demostrando protección a su mamá, pero luego se muestra amigable con quien llegue.

Por su pasado, podría pensarse que Kila podría haber terminado siendo una perrita miedosa, ansiosa o agresiva, pero no. Resultó ser todo lo contrario gracias al amor que recibió de quienes la rescataron y hoy la llenan de amor.

“Ella es tan feliz y plena como cualquier otro perro y siempre digo que ella puede ver, solo que no lo hace a través de sus ojos”, asegura Alexis.

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