Sincérate: ¿Te gusta este Alianza?
“Alianza no gusta, pero gana”, es la frase que se impone en la actualidad blanquiazul. “Alianza juega a la uruguaya”, es otra de las sentencias que describen el fútbol que practican hoy los íntimos, muy alejado de su esencia.
Pero en medio de esa suerte de crítica, aparece la imagen de Luis Trujillo, el hombre en quien Alianza se apoya cuando los equipos se cierran en Matute y juegan muy a la defensiva.
Trujillo tiene la particularidad de ser un hombre al que hay que encapsular cuando se opina sobre su pegada. Porque como lateral no siempre destaca. En cambio, cuando se hace cargo de un tiro libre, nunca deja de ser peligroso.
Contra Unión Comercio no llegó al gol, pero estrelló un tiro al palo y otro que salvó el golero. Lo que se discute es que si Alianza solo aguarda a que llegue una falta cerca al área para que Trujillo salve los partidos.
¿Alianza mejoró en este partido en Matute? Si se tiene en cuenta que el golero Ronald Ruiz fue una de las figuras de la fecha, a pesar de caer por 2-0, entonces se entiende que Alianza tuvo llegadas y que no aprovechó.
Sin embargo, no alcanza para advertir buen fútbol. Eso no. Las principales características del equipo son la actitud y la seriedad para jugar. Primero defiende y luego asfixia al rival para recuperar. Y si tiene que pegar ahí está Míguez y el acompañante de turno.
Sanguinetti prioriza la marca en zona de gestación. Por eso Míguez es fundamental y está transformando en eso mismo a Albarracín. Al ‘Cachetón’ lo quiere más con el cariz de recuperador -en primer lugar- antes que creativo. Y si tiene ocasión para rematar de afuera, bueno pues. Pero que baje rapidito.
Junior Ponce no arranca porque todavía le deja dudas físicas al técnico. Le cuesta mantener la intensidad y hacer el pressing desde el arranque hasta los momentos finales del partido. Pero sí, es determinante cuando ingresa. Tiene talento y es encarador. Hábil, quimboso, Alianza. Solo que todo ello es secundario para Sanguinetti si Junior no está en capacidad de cumplir las normas tácticas de ahogar al rival para recuperar la pelota. Hasta que no llegue al modelo que quiere el uruguayo, Junior seguirá siendo un accesorio y no pertenecerá a la columna vertebral del equipo.
Atrás, Alianza se mantiene sincronizado. Ibáñez es caudillo y Koichi aplicado. Guizasola impone experiencia y sabe dosificar el físico porque ya no es el muchacho al que algunos compararon con el brasileño Maicon en su mejor momento. También le da prioridad a la marca y la cobertura en zona. No desequilibra por la banda, solo saca el centro. Y al otro sector, Trujillo ya fue analizado.
A los puristas no les gusta este Alianza. A mí no me gusta, lo reitero. Aplaudo la intención de ser serios y prácticos, pero ello no me colma en la idea de modernidad. No es la identidad histórica de Alianza. ¿Qué haremos el día que se vaya Sanguinetti? La blanquiazul tiene que darle modernidad a su estilo de juego; temperamento en recuperación, sí; pero principalmente tener MUCHAS MÁS variantes que un simple centro cuando vienen equipos a cerrarse atrás como ocurre desde hace dos décadas en Matute. Como si no lo supiéramos.
El andamiaje es muy endeble si se pretende volver al Alianza un simple equipo correlón que consigue puntos al guerrazo. Es una giro de timón en la historia muy aventurado porque si no se consigue el título a fin de año, esta propuesta será modificada radicalmente. ¿Y qué le quedará al Alianza?
Intensidad de juego, compromiso y corazón con el estilo aliancista en lo que pide la hinchada. Señor Sanguinetti, ojalá lo lea: muy bien con que todos corran y presionen, pero hay que tener la idea clara cuando se tiene la pelota en los pies. Es un gran déficit de este Alianza 2014 que marcha segundo en su grupo.
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