¿Qué pasaba en Lima cuando fueron tomadas estas fotografías en 1968?

“Solo cuatro ómnibus enviaron al depósito por echar mucho humo” titulaba El Comercio, un 17 de enero de 1968, sobre un operativo en las principales avenidas limeñas. Solo seis autos recibieron multa por arrojar excesivos gases. Las multas por mil soles a cada chofer de ómnibus que infringiera la disposición no logró ser aplicada porque las empresas apelaban y la sanción no se hacía efectiva.

Según reportes de la época, unas 34 empresas de transporte cubrían los circuitos urbanos. En una ciudad con más de 2 millones de habitantes era preocupante que los choferes de las lineas urbanas desconocieran el reglamento de tránsito. Ya por ese año los muertos por accidentes de tránsito se contaban por centenas y los heridos por miles. ¿Algún parecido con la actualidad?

Mientras tanto en lo alto de una casona de Paseo de la República, uno de nuestros reporteros gráficos documentaba el tráfico de una joven vía Expresa, inaugurada en julio de 1967. Cabe recordar que se invirtieron unos 190 millones de soles en su construcción. Durante ese verano aun se estaban construyendo los puentes que unirían distritos como La Victoria y Lince.

Una gran carga vehicular se apoderó de la avenida Tacna de principio a fin. Un solo policía de tránsito dirigía a los autos particulares que en el futuro se convertirían en colectivos. Esta avenida fue construida para albergar oficinas y departamentos exclusivos; así como, cines y hoteles. Tacna era una calle del mismo ancho que el histórico jirón de la Unión. En la década del 40 comenzaría su transformación formando parte del plan de modernización que incluía a las avenidas Wilson y Abancay.

La noticia que acaparó titulares fue el boicot que hicieron los vendedores minoristas de pescado a una nueva forma de comercialización. Tal vez muy pocos recuerden que en los años 60 el pescado se vendía por docenas y manojos. El gobierno dispuso que a partir de la segunda quincena de enero de 1968, los productos marinos serían vendidos por kilos y fileteados. Los minoristas no estaban dispuestos a invertir en balanzas. Por ello decidieron no comprar bonitos, pejerreyes, entre otros productos marinos. Su rebeldía obligó a que se enviaran 1,700 docenas de bonito a las fábricas de harina de pescado.

En 1968 Lima consolidaba su crecimiento hacia el cielo, que comenzó durante el gobierno de Manuel A. Odría. A la salida del Centro, este edificio ubicado en la esquina de la avenida Grau con Paseo de los Héroes Navales, estaba siendo construido. ¿Quién no recuerda la publicidad en luces de neón que adornaba su techo?