David Rockefeller: la vez que el multimillonario comió anticuchos y disfrutó de la música criolla en el Perú
El empresario estadounidense vino al país para comprar gran parte de acciones del Banco Continental. El último nieto del millonario petrolero John D. Rockefeller visitó al presidente Fernando Belaunde y conoció las instalaciones del diario El Comercio.
Un día antes de que Lima cumpliera 430 años de fundada, un inusual personaje arribó a este viejo valle del Rímac. El 17 de enero de 1965, el multimillonario estadounidense David Rockefeller llegó a la ciudad junto con altos directivos del Chase Manhattan Bank. El filántropo vino para comprar la mayoría de acciones del Banco Continental del Perú. Durante su visita, asistió a varios almuerzos y también caminó en el Palacio de Gobierno. Además, pudo probar los tradicionales anticuchos y bailar música criolla. Luego de todo eso, se enrumbó a Chile.
EL MILLONARIO QUE LLEGÓ EN SILENCIO
Cerca de las 7 y 30 de la mañana de ese 17 de enero de 1965, David Rockefeller llegó al aeropuerto limeño acompañado por tres altos ejecutivos del Chase Manhattan Bank, entidad financiera que presidía. Al bajar del avión fue recibido por varios miembros del directorio del Banco Continental. El ilustre personaje por fin pisaba suelo peruano.
Los dirigentes nacionales explicaron a los periodistas presentes en el lugar que el multimillonario no daría declaraciones. Solo brindaría una conferencia de prensa en el Hotel Bolívar, en el Centro de Lima. También aclararon que Rockefeller venía a finiquitar la compra del 51% de las acciones del Banco Continental. El acuerdo estaba cerca de cerrarse.
UN ALMUERZO DE BIENVENIDA A LA PERUANA
Esa tarde, el empresario norteamericano asistió a un almuerzo ofrecido por los dirigentes del Banco Continental en el Club Hípico de Chorrillos. Allí dio sus primeras impresiones sobre esta nueva alianza financiera. “El Banco Continental es el primer banco peruano con características totalmente internacionales. Nosotros en el Chase a nuestra vez somos el primer banco internacional con características enteramente peruanas”, dijo, sonriente, Rockefeller.
El magnate explicó que la adquisición de estas acciones impulsaría la inversión internacional en el país: “La asociación de nuestros dos bancos significa para mí el verdadero espíritu de la Alianza para el Progreso. Es un ejemplo de dos instituciones del sector de la empresa privada que, manteniendo su propia fisonomía nacional, se unen para crear una real y efectiva cooperación internacional”.
Luego, aclaró que esta unión no afectaría el concepto de nacionalidad ni la calidad del individuo en la empresa peruana. Ya que ambas instituciones buscaban crear una más profunda y cabal conciencia interamericana. Instantes después, el carismático Rockefeller brindó por la nueva alianza y probó sin reticencias unos buenos anticuchos. Enseguida, se atrevió a bailar música criolla a su estilo. Su humildad era lo que más impresionaba a los testigos de ese inolvidable momento.
VISITÓ EL DIARIO EL COMERCIO
La mañana del 18 de enero de 1965, Rockefeller tuvo varias reuniones desde muy temprano. El empresario visitó al embajador de su país J. Wesley Jones. Luego, se reunió con el Ministro de Hacienda y con el presidente del Directorio de la Caja de Depósitos y Consignaciones (hoy Banco de la Nación). Más tarde, estuvo en las instalaciones el Banco Industrial y el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).
Casi a las 11 y 30 de la mañana, el magnate norteamericano se reunió con el presidente Fernando Belaunde en Palacio de Gobierno. Horas después, sostuvo una charla con el Superintendente General de Bancos. Posteriormente recorrió el Banco Popular del Perú y el Banco de Crédito del Perú (BCP).
Esa tarde, Rockefeller visitó las instalaciones de El Comercio. Lo recibieron los directores del diario: Luis Miró Quesada de la Guerra y Alejandro Miró Quesada Garland. Junto a ellos recorrió todas las áreas periodísticas y quedó impresionado por la imponente biblioteca del diario decano.
Por la noche, terminó su agitada agenda ofreciendo un coctel de honor en los salones del Hotel Bolívar. A la ceremonia asistieron cientos de personas, entre las que destacaron personalidades del mundo de las finanzas, industria, política y el periodismo. Fue una multitudinaria celebración.
EN HORAS DEMOSTRÓ QUÉ NEGOCIOS TENÍA AQUÍ
Al día siguiente, el martes 19 de enero, David Rockefeller visitó la urbanización “Salamanca en Monterrico”. Esto debido a que era el principal accionista de una empresa que estaba construyendo dicho complejo. En el lugar fue recibido cordialmente por los vecinos; antes había estado en otro condominio que financiaba el Chase Manhattan Bank.
Horas después, el personaje almorzó en la casa del embajador de Estados Unidos. Allí se reunió con un grupo de empresarios norteamericanos. También visitó algunos templos locales y la oficina principal del Banco de Progreso y el Centro Comercial “Todos”. Este último pertenecía a la organización Rockefeller.
Esa noche, el último nieto del magnate petrolero asistió a una cena ofrecida por el presidente Belaunde en Palacio de Gobierno. A la ceremonia asistieron destacadas personalidades peruanas de diversos ámbitos y todos querían alternar con el filántropo estadounidense.
UNA AGITADA DESPEDIDA
Al mediodía del miércoles 20 de enero de 1965, el empresario norteamericano ofreció un almuerzo para todos los miembros de la sección peruana del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICYP). A la reunión asistieron los presidentes de la Asociación Automotriz, Cámara de Comercio de Lima, Sociedad Nacional de Industrias, así como el gerente del Banco Continental, entre otros.
Horas después, David Rockefeller ofreció una conferencia de prensa para los miembros del Comité Norteamericano Pro Perú (CONAPROPE), en el Salón de la Américas del Hotel Bolívar. Al día siguiente, el carismático filántropo partió muy temprano al aeropuerto. Su próximo destino era Santiago de Chile, ciudad donde también tenía inversiones.
Ya en el terminal aéreo, Rockefeller agradeció a los directivos del Banco Continental por su estadía en el país. Es así como uno de los íconos empresariales más reconocidos del mundo estuvo en el Perú y disfrutó de todas sus bondades.
David Rockefeller tuvo una larga vida. Fallecería a los 101 años, el 20 de marzo de 2017.