El presidente italiano que fue nombrado huésped ilustre de Lima, visitó el Panteón de los Próceres y regaló al país un cáliz de oro
Giovanni Gronchi fue el tercer presidente en la historia de Italia y llegó a nuestro país como parte de una gira por América Latina. Esta es la historia de aquella visita, que tuvo lugar hace 60 años
Era la mañana del 22 de marzo de 1961, cuando un avión de Alitalia aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Lima-Callao (ahora Aeropuerto Internacional Jorge Chávez) con una nutrida delegación del gobierno italiano. La comisión europea estaba conformada por varios delegados de la cancillería, el director de protocolo, el jefe de seguridad del presidente y algunos periodistas. La idea era preparar todos los detalles para la visita del mandatario Giovanni Gronchi a nuestro país.
Ya en el aeropuerto, los funcionarios italianos fueron recibidos por una comisión del Ministerio de Relaciones Exteriores. Esta fue la primera vez que un avión comercial de esa compañía europea llegaba a nuestro país. El viaje duró 10 horas y 15 minutos. Todo un récord de conexión entre los vuelos de Europa hacía el Perú. Es así como las comitivas de ambos países empezaron a elaborar un arduo plan de actividades para el mandatario mediterráneo y su familia.
Llegada por todo lo alto
A las 11 de la mañana del 7 de abril de 1961, el presidente Gronchi y su familia llegaron al aeropuerto limeño en un gigantesco avión a chorro de la compañía aérea Alitalia. Allí fue recibido por el mandatario peruano Manuel Prado Ugarteche, quien lo saludó con un efusivo abrazo. Luego, el jefe de Estado europeo estrechó la mano de varios altos funcionarios de nuestro país. Minutos después, una flota de aviones de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) sobrevoló la pista de aterrizaje en señal de bienvenida.
La ceremonia continuó con los 21 disparos de salva de la artillería peruana en honor a la investidura del destacado visitante. Después, el batallón de la Guarnición de Lima presentó sus armas y la banda militar entonó los himnos de ambos países. Es así como los mandatarios pasaron revista del escuadrón del Ejército peruano que estaba en los exteriores del aeropuerto. Finalmente, se dirigieron hacía un auto negro descapotable e iniciaron el recorrido por la ciudad. El resto de la comitiva oficial los siguió en otros vehículos.
En los exteriores del terminal aéreo, miles de personas, entre los que había un grupo de la colonia italiana residentes en nuestro país, expresaron su alegría por la llegada del presidente europeo. Es así como el automóvil presidencial se dirigió hacia el Ovalo Saloom, en el Callao. Allí, el alcalde del puerto chalaco dio un cordial discurso de bienvenida. Luego, el recorrido siguió por la avenida La Marina hasta Salaverry. En el lugar, varios grupos de escolares y los bomberos de Pueblo Libre, saludaron al mandatario visitante. Después, el alcalde de Lima cerró la ceremonia con un amplio mensaje.
Posteriormente, ambos presidentes se trasladaron a una carrosa en la que realizaron el último tramo del camino hasta Palacio de Gobierno, en el Cercado de Lima. Durante el trayecto, miles de personas dedicaron una calurosa ovación al presidente de Italia. Incluso hubo algunos que arrojaron papel picado desde sus edificios. Giovanni Gronchi solo levantó la mano en señal de agradecimiento al notable gesto del pueblo limeño. Un recibimiento que fue catalogado por el cronista de El Comercio como una “acogida entusiasta y cordial, pocas veces realizada a un mandatario visitante”.
Reuniones en Palacio, homenaje a los Próceres y entrega del cáliz de oro
A las 5 y 50 de la tarde, el presidente Prado se reunió con su homólogo italiano en el salón del Consejo de Ministros. En la reunión, participaron comisiones de ambos países. La comitiva peruana estuvo conformada por el Premier y los ministros de Hacienda y Comercio, Relaciones Exteriores y dos especialistas en asuntos económicos. La delegación italiana quedó compuesta por el ministro de Comercio Exterior, el jefe de Protocolo de la Presidencia, el director de Asuntos Políticos de la Cancillería y el embajador en Misión Especial. La sesión duró algo más de una hora.
Al día siguiente, la mañana del 8 de abril de 1961, el presidente Gronchi visitó el Panteón de los Próceres, ubicado en el Centro de Lima. Allí estuvo acompañado por los ministros de Relaciones Exteriores, Guerra, Marina, Aeronáutica y otros funcionarios peruanos e italianos. En el lugar, el mandatario europeo colocó una ofrenda floral. Horas más tarde, se volvió a reunir con el presidente Prado en Palacio de Gobierno y dio una conferencia de prensa ante los medios nacionales e internacionales.
Ahí recalcó que su país enviaría ayuda técnica y económica para llevar a cabo el proyecto de irrigación de Olmos, en Lambayeque. Horas antes, su esposa, Carla Bissantini, obsequió un cáliz y un platillo de oro labrado a la capilla del Hospital del Empleado (ahora Hospital Edgardo Rebagliati), ubicado en Jesús María. Ella también visitó la iglesia de San Pedro, en el Centro Histórico de Lima.
Más tarde, Giovanni Gronchi fue declarado huésped ilustre de la ciudad en la Municipalidad de Lima. En su discurso, el mandatario italiano expresó que le conmovió las palabras ofrecidas por el alcalde de la capital. “El nombre del Perú despierta siempre sincera admiración en Italia por su cultura milenaria y ciclópeos monumentos”, dijo el jefe de Estado.
Últimas actividades y despedida
La mañana del 9 de abril de 1961, el presidente Gronchi y su familia visitaron el colegio Antonio Raimondi, ubicado en La Molina. Luego, fueron, por unos minutos, al local del Circolo Sportivo Italiano. Después, partieron rumbo al Museo de Antropología de Pueblo Libre. Allí fueron recibidos por el ministro de Educación y el director de la institución. Además, el jefe de Estado europeo recibió un presente de manos del alcalde del distrito.
En la tarde, el máximo funcionario italiano visitó las instalaciones de la fábrica de Fertilizantes Sintéticos S.A. (Fertisa). En el lugar, estuvo solo veinte minutos. Al día siguiente, el 10 de abril, el presidente Gronchi y su familia fueron muy temprano al Aeropuerto Internacional de Lima-Callao. Ahí miles de personas lo esperaban para despedirlo. Tras una amplia ceremonia, el mandatario subió la escalera del avión y agitó la mano al público presente. De esta manera, toda la comitiva europea partió hacia Argentina.